Article publicat a Diagonal Periódico
Categoría: Cotxe elèctric
El quirófano de Brufau
Article publicat a El País
¿Tiene razón el presidente de Repsol cuando afirma que es falso que el coche eléctrico no emita CO2? La polémica está servida
Con esta parábola, el ejecutivo catalán quiso reseñar la importancia que tiene el petróleo en la vida diaria y que en un 40% de su consumo mundial está libre de emisiones porque se utiliza como materia prima en la fabricación de muchos productos de primera necesidad, tanto en el sector saniatrio, como en el quirófano, como en otros sectores. Y, de paso, trató de desmontar muchos tópicos sobre la descarbonización ligada a la industria renovable.
Para remarcar la historia Brufau se destapó con la afirmación rotunda de que “es falso que el coche eléctrico no emita CO2”. Dicho así genera perplejidad. Pero lo explicó inmediatamente: mucha electricidad que alimenta esos coches se genera con carbón y este combustible sí produce muchas emisiones contaminantes. Y, por dar más datos, en Alemania, donde se ha desarrollado el coche eléctrico abiertamente, el 42% de la generación eléctrica es de carbón, un sector que en ese país está muy subvencionado. En España, donde la producción de carbón ha disminuido paulatinamente sobre todo de carbón nacional, la cifra ronda el 20%.
Para abundar en el asunto, aportó el dato de que el sector eléctrico es responsable del 30% del total de emisiones mundiales de efecto invernadero, mientras que el transporte, alimentado por petróleo, se queda en el 16%. Y que las subvenciones dadas en España a las renovables han supuesto un coste de 230 millones en la pelea contra el cambio climático mientras que su empresa invierte con una rentabilidad de siete euros por toneladas.
La polémica esta servida. La intervención de Brufau, que era consciente de que la iba a armar, va a marcar un antes y un después. Hasta la fecha, nadie (o al menos nadie de forma tan contundente y públicamente) había cuestionado el coche eléctrico, una de las banderas de la política medioambiental y de la lucha contra el cambio climático frente a los motores de combustión. Es verdad, como precisó el propio Brufau, que no está contra el coche eléctrico. Está en contra del uso de combustibles contaminantes.
Llamó mucho la atención la arremetida contra el sector eléctrico, sobre todo cuando Repsol es propietario del 30% de Gas Natural Fenosa, compañía que cuenta con cuatro centrales térmicas alimentadas con carbón (Meirama, en A Coruña; La Robla y Anllares, en León, y Narcea, en Asturias) que tienen una potencia de 2.065 megavatios (MW) y suponen el 17% del total de la producción de la compañía.
No está muy claro que el discurso del ejecutivo de Mollerussa fuera conocido por los responsables de la firma gasista ni que incluso lo supiera Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, propietario del 36% de Gas Natural y del 10% de Repsol. Fainé, que fue reelegido como consejero, es vicepresidente de la petrolera y estaba sentado muy cerca de Brufau, pero no movió ni una ceja al escuchar las palabras de este.
En todo caso, Brufau precisó que el carbón debe ser sustituido por centrales de ciclo combinado, alimentadas por gas natural. De ser sí, y se sustituyese el carbón por el gas, las emisiones se reducirían una tercera parte. Brufau trataba de barrer a favor de Gas Natural, de la que precisamente fue presidente entre 1997 y 2004 y fue artífice de la primera opa lanzada por la empresa para entrar en el sector eléctrico, sobre Iberdrola, que fracasó. Luego vendrías, ya con Salvador Gabarró al frente, la opa sobre Endesa (también fracasada) y la definitiva sobre Fenosa.
Del resto de las grandes compañías eléctricas españolas, Iberdrola apenas tiene centrales de carbón, pero Endesa tiene un parque más amplio que alcanza el 33% de este tipo de energía. De hecho, la entigua empresa pública comenzó su actividad como empresa generadora de electricidad y tenía una gran presencia en centrales térmicas. Fue después cuando se desarrolló en el ciclo completo (generación, distribución y comercialización) cuando amplió su mix entrando en las otras fuentes (hidráulica, nuclear y gas) y más recientemente en renovables, ya bajo la tutela de la italiana Enel.
Aunque el carbón es la quinta parte del mix nacional, en los últimos meses la actividad ha disminuido las horas en funcionamiento en las centrales térmicas en beneficio de la energía renovable, circunstancia esta que ha originado malestar y protestas en la minería nacional. En el consumo eléctrico se da preferencia a la energía procedente de renovables, que incluye la hidráulica, y nuclear, para luego dar paso al denominado hueco térmico, es decir, gas y carbón.
El talismán de la nueva Repsol
Brufau asegura que es falso que el coche eléctrico no emita CO2
Article publicat a El País
El presidente de Repsol pide que la OPEP «desaparezca como cartel»
En ese sentido, destacó que de las emisiones globales de origen antropológico la energía supone el 68% de las emisiones de CO2. La mayor parte de esas emisiones proceden del sector eléctrico, por encima del transporte, de manera que la generación de electricidad es responsable del 30% del total de emisiones, mientras el transporte se queda en el 16%. Y eso se debe, a juicio del ejecutivo de Mollerussa, a la presencia del carbón en la electricidad. Afirmación que el presidente de Repsol, que tiene el 30% de la eléctrica-gasista Gas Natural Fenosa, aprovechó para defender el gas natural como generador de electricidad: “Si se sustituyese el parque de carbón por ciclo combinado, las emisiones se reducirías la tercera parte”.
Al contrario de lo que pasa con la electricidad, casi el 40% del consumo mundial de petróleo no emite CO2, según Brufau. La explicación es que el petróleo se dedica como materia prima en la industria para la fabricación de muchos productos de la vida diaria.
Ante eso, Brufau resaltó que “si no hacemos nada, las emisiones no se incrementará, pero tampoco se reducirían de forma importante”. “Si queremos que no aumente la temperatura en más de dos grados [como se concluyó en la cumbre de París], en 2050 deberíamos haber bajado las emisiones un 50%, es decir, a 450 partículas por millón, que es como en 1975”, recalcó. Eso significa que solo puede crecer en energía un 0,4% anual hasta 2035.
En esas perspectivas, todas las fuentes de energía serán necesarias en el futuro, pero un papel creciente del gas y una paulatina reducción del petróleo, aunque entre ambas aportarán más del 50% de la demanda final. El 50% de la contribución de la eficiencia energética para alcanzar escenarios compatibles con el acuerdo de París.
Ante eso, Repsol se declara comprometida con esos objetivos energéticos y medioambientales del siglo XXI. Hay cuatro retos que no se pueden abandonar, según Brufau: seguridad de suministro, la energía debe ser competitiva, sostenibilidad del planeta y accesibilidad y universalidad (todo el mundo tiene derecho a tener energía).
El presidente de la petrolera, que no hizo ninguna mención a la situación política del país ni al proceso electoral, comenzó su discurso subrayando la volatilidad de los precios que ha caracterizado el sector en los últimos años, con una caída prolongada de los precios del crudo y del gas por dos causas: la crisis mundial y la sobreproducción porque la OPEP ha dejado de actuar como un cartel. No obstante, observa una paulatina recuperación en 2016, gracias a una evolución favorable del tipo de cambio por la fortaleza del dólar y un panorama también a favor para el downstream.
Para Brufau “lo mejor es que la OPEP desaparezca como cartel y que en el sector se juegue a la oferta y la demanda y no esté sometido a lo que dicen unos señores”. Según el presidente de Repsol ese es uno de los paradigmas que han cambiado en el sector. Además del cambio que ha experimentado la organización de productores de petróleo que durante años ha dominado el mercado, según Brufau el horizonte de escasez es más lejano, las grandes fluctuaciones en el precio del crudo ya no son tantas y ha cambiado la geopolítica tanto en el flujo de transporte como en el dinero.
En ese entorno mundial se espera que continuará creciendo la demanda de energía en todos los escenarios. En 2015 se produjo un desajuste de casi dos millones de barriles diarios entre oferta y demanda (96,5 millones de oferta por 94,7 de demanda), quedando la producción OPEP determinada por los incrementos en Irak y Arabia Saudí. Para 2016 se espera la estabilización de la oferta y el crecimiento de la demanda, dejando la diferencia en 600.000 barriles más de oferta. También se prevé una recuperación de los precios desde finales de este año.
La junta aprobó las cuentas del ejercicio, en las que la empresa perdió 1.227 millones tras realizar unas fuertes provisiones de 2.628 millones. El resultado neto ajustado, antes de provisiones, se situó en 1.860 millones. El dividendo del año asciende a 80 céntimos, 20 menos que el año anterior. Para la empresa, 2015 marca la transformación del grupo, centrada en el cierre de la compra de Talismán y la puesta en marcha de un plan estratégico hasta 2020 en los que prevé el ahorro de 2.100 millones (de los que ya ha realizado la mitad en 2016) y una producción anual de 700.000 barriles diarios.