La ONU pide revitalizar el pastoreo extensivo en una economía verde

Article publicat a  La Vanguardia

Alerta de que se deteriora un estilo de vida respetuoso con la naturaleza que aún practican 500 millones de personas en el mundo | Una mejor gestión de este sector olvidado ayudaría a secuestrar hasta el 10% de las emisiones de carbono que calientan la atmósfera | Crece la demanda de productos procedentes de pastizales naturales

| 10/03/2015 – 08:54h | Última actualización: 10/03/2015 – 16:04h

La ONU pide revitalizar el pastoreo extensivo en una economía verde

El pastoreo extensivo ofrece enormes beneficios a la humanidad y debe apoyarse como elemento clave para la transición global hacia una economía verde, según la ONU Getty Images
Un pastoreo extensivo (es decir, la producción ganadera en pastizales y amplios espacios) ofrece enormes beneficios a la humanidad y debe apoyarse como elemento clave para la transición global hacia una economía verde. Así lo recoge un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El informe (titulado Pastoralismo y economía verde: ¿un nexo natural?) destaca la importancia de esta actividad para salvaguardar el capital natural de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta.

El informe revela que un pastoreo perdurable en los ecosistemas de pastizales —pastizales desérticos, bosques y estepas—, ayuda a mantener la fertilidad de los suelos y el carbono en suelo, y contribuye a la regulación del agua y la conservación de la biodiversidad. También proporciona otros bienes como productos alimenticios de alto valor. Cerca de 500 millones de personas practican el pastoreo en todo el mundo.

Un estilo de vida que desaparece

Sin embargo, a pesar de los claros beneficios de esta práctica, la falta de inversión de las últimas décadas ha ido deteriorando su estilo de vida en muchos países en desarrollo. El informe señala que para revertir esta decadencia y poder desarrollar todo el potencial del pastoreo para la economía verde serán necesarios liderazgo y el establecimiento de un marco de desarrollo global para el pastoreo duradero.

«Nuestro mundo, en la búsqueda del progreso, está cada vez más mecanizado e industrializado y es fácil olvidar que hay mucho que aprender de formas de vida tradicionales como el pastoreo», afirmó el secretario general adjunto de las Naciones Unidas y director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner. «Sin embargo, cerca de 500 millones de pastores en todo el mundo están teniendo problemas para mantener una forma de vida que es mucho más coherente con los objetivos de la economía verde que muchos de nuestros métodos modernos de ganadería», añade Steinier.

Servicios y biodiversidad

«Con el crecimiento de las economías en desarrollo y el florecimiento de las clases medias, la demanda de proteína animal no hace más que aumentar», agregó. «Con políticas inteligentes específicas se puede revitalizar el pastoreo de manera que desempeñe un papel importante en el cumplimiento de esta demanda, al tiempo que se protegen la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas de pastizales y se fomenta la reducción de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera».

La captura o secuestro de carbono de la atmósfera es solo un ejemplo de la contribución que el pastoreo puede aportar a la economía verde. Los pastizales cubren 5.000 millones de hectáreas en todo el mundo y secuestran entre 200 y 500 kg de carbono por hectárea al año, por lo que desempeñan una función primordial en la mitigación del cambio climático. Hasta el 70% del carbono en suelo de las tierras secas podría perderse de convertirse esas tierras a uso agrícola.

Depósitos de carbono

Está demostrado que un pastoreo eficaz activa la biodiversidad y la producción de la biomasa necesaria para conservar estos depósitos de carbono. Una mejor gestión del pastoreo podría, de hecho, secuestrar 409 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a alrededor del 9,8 % de las emisiones de carbono atribuidas al hombre, indica el informe.

«La biodiversidad, incluidos pastos, hierbas y arbustos, es el recurso productivo básico del pastoreo», apunta Jonathan Davies, coordinador de la Iniciativa Global para las Tierras Áridas de UICN. «Una práctica de pastoreo eficiente favorece la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas de pastizales, proporcionando así una amplia gama de beneficios para la humanidad». Se pueden encontrar ejemplos de ello en todo el mundo.

La trashumancia

Por ejemplo, en España, la trashumancia o desplazamiento estacional de los pastores y sus rebaños por las tradicionales cañadas fomentan la conectividad del hábitat y de la biodiversidad gracias a su función en el transporte de semillas e insectos.

En Australia, el pastoreo en áreas con especies de gramíneas invasoras ha sido vital para conservar las poblaciones de walabí de bridas —una especie endémica australiana que aparece en la Lista roja de especies amenazadas de la UICN-.

«El pastoreo hace un uso intensivo del capital natural, humano y social disponible para producir una amplia gama de bienes y servicios económicos, ambientales y sociales», añadió Davies. «Para aprovechar estas ventajas es necesario un cambio en los paradigmas de inversión, pasando de la intensificación de la producción de productos aislados a la optimización de la producción de diversos productos».

Apoyo público

Según el informe, las políticas, las inversiones y los servicios públicos deberán adaptarse para apoyar este cambio y garantizar todos los beneficios del pastoreo.

El informe incluye una serie de recomendaciones para reforzar el pastoreo perdurable a través de diversas medidas, como una mayor participación de las comunidades de pastores y en el acceso a los mercados.

Así, se ve necesario dar respuesta a la actual infrarrepresentación del sector del pastoreo en el discurso global y facilitar protección contra inversiones nocivas, como son el acaparamiento de tierras para la producción de biocombustibles. Otra prioridad sería conectar a los pastores con los mercados ganaderos nacionales e internacionales, lo que precisa políticas e inversiones que ayuden a conectar a los pastores con los mercados.

También suscita unanimidad la idea de aprovechar los beneficios ambientales del pastoreo y ampliar las oportunidades que ofrecen los mercados verdes Los sistemas de producción intensiva no son capaces de replicar los productos provenientes de un ganado genéticamente diverso criado en pastizales naturales. La creciente demanda de este tipo de bienes por parte de los consumidores ha generado unos nichos de mercado que pueden aprovecharse.

Para hacer todo esto posible (fortalecer los derechos de propiedad y el manejo de los recursos de los pastizales) se precisará también garantizar una mejor aplicación de las leyes nacionales, la creación de instituciones para la gestión de los recursos naturales, y el empoderamiento de los pastores a través del intercambio de conocimientos.

«Los pastores deben integrarse en el proceso general de desarrollo a través de una mayor representación en la toma de decisiones y la promoción de la innovación en la prestación de servicios básicos, como la educación, la salud, las comunicaciones, el agua potable y la energía renovable», dice el informe.

La economía ambiental como Ecocapitalismo

post publicat a  Decrecimiento

Juan A. Aguilar

En conclusión, el gran problema del llamado‘desarrollo sostenible’ es que no nos dice nada sobre el tipo de estructuras económicas y sociales que serían ‘sostenibles’, ni nos da criterios operativos para intentar distinguir los distintos tipos de desarrollo, con lo cual, el desarrollo sostenible se reduce simplemente a intentar compatibilizar medio ambiente y capitalismo, regulado todo por una especie de eco-tecnocracia empresarial que mantenga la economía de mercado mundialista en funcionamiento.

La economía ambiental o ecocapitalista no asume que la crisis ecológica surge del modo de producción y consumo, es decir, de la concepción liberal misma de la sociedad y una economía caracterizada por el individualismo, el afán de lucro, el negocio fácil y rápido y la especulación. Realizar una política conservacionista dentro de los esquemas de una civilización economicista y por tanto antiecológica, es una aberración sin sentido.

¿Cómo se esta plasmando la economía ambiental? Con el reciclaje y la internalización de los costes ambientales. Ahora bien, el reciclado no supone otra cosa que una nueva y sofisticada versión del clásico ‘usar y tirar’, dando lugar a un nuevo y lucrativo negocio ‘ambiental’ cuando lo más lógico y ecológico sería no fabricar materiales desechables. Con respecto a la internalización de los costes ambientales se pretende incluir en el precio final de los productos, los gastos derivados de hacer frente a la contaminación y al deterioro ambiental. Esto es un quimera capitalista porque:

– no existen criterios objetivos para determinar los gastos ambientales ¿qué precio tiene el agua, el ozono o el calentamiento global y sus consecuencias?

– internalizar estos costes, en caso de que fuera posible determinarlos, harían no rentables la mayor parte del aparato industrial de nuestras sociedades, por lo cual, los empresarios preferirán pagar las suaves multas que imponen las administraciones antes que iniciar una reconversión ecológica de dichas industrias. – internalizar los costes ambientales es, por otro lado, una medida antisocial porque al final quien pagaría los costes ambientales sería el consumidor en el precio del producto, manteniéndose, por otro lado, la tasa de beneficio del capital.

Desarrollo frente a crecimiento

La principal conclusión política del Informe Bruntland es la siguiente: Lejos de querer que pare el crecimiento económico, reconocemos que los problemas de la pobreza y del subdesarrollo no pueden ser resueltos si no se instaura una nueva era de crecimiento en la que los países desarrollados desempeñen un papel importante y recojan grandes beneficios.

El efecto final resulta ideal para los intereses de acumuladores y explotadores: tiene que continuar el crecimiento económico y la búsqueda de beneficios en todo el planeta. Es decir, para hacer frente a la crisis, más de lo mismo.

¿Qué es lo problemático en la apuesta por el crecimiento sin más especificaciones? Al menos dos cosas:

1) El crecimiento económico per se, en las actuales estructuras socioeconómicas, no alivia la gran pobreza que sigue acentuándose en buena parte del mundo no desarrollado, donde se continúa ensanchando la enorme brecha que separa las naciones ricas de las pobres. La falacia de que hace falta crecer para repartir no es más que eso, una falacia que los ricos propagan en su propio interés: el de evitar que el conflicto político se centre en las cuestiones de equidad, justicia y redistribución. Lo cierto es que en la actualidad, existen más personas viviendo en absoluta pobreza y más personas pasando hambre que en ningún otro momento de la historia de la humanidad: el 23% de la población mundial. Para llegar a un mundo donde las necesidades básicas de todos se vean satisfechas equitativamente, el énfasis ha de ponerse mucho más en redistribuir que en crecer.

2) La segunda objeción es la siguiente: si al hacer las cuentas de crecimiento se contabilizaran, incluso de manera muy imperfecta y parcial, las externalidades de tipo social y ecológica, resultaría que en nuestraactual economía del despilfarro llevamos ya mucho tiempo menguando en lugar de creciendo. Según cálculos de la OCDE, la tasa de crecimiento económico general de los países industrializados disminuiría entre el 3% y el 5% si se restasen solamente los costes de la contaminación. Esto indica que el crecimiento actual es ya negativo en muchos de los países industrializados si empezamos a considerar algunos de los costes externos asociados con el tipo de economía actual. Por todo ello, en buena parte el ‘crecimiento’ actual es sólo aparente, porque hay enormes disminuciones del patrimonio natural no apuntadas en la Contabilidad Nacional.

Debemos repetir una y otra vez que no es posible el crecimiento económico indefinido dentro de una biosfera finita, y que globalmente hemos sobrepasado ya los límites del crecimiento. Lo que necesitamos es un modelo de desarrollo sin crecimiento – o, por lo menos, sin crecimiento controlado por la autoridad política- y lo que debemos preguntarnos es si es posible un modelo así dentro de una economía capitalista. Hay sólidas razones para pensar que la respuesta es NO.