Iglesias supedita su apoyo al PSOE a que Sánchez acepte un referéndum

Article publicat a El País 

  • «Cualquier fuerza política que no entienda la plurinacionalidad de nuestro país está dispuesta a entregar el gobierno al PP», afirma el líder de Podemos

Podemos ha condicionado este lunes la hipótesis de apoyar al PSOE a que su líder, Pedro Sánchez, acepte el derecho a decidir y el referéndum catalán. El candidato de la formación, Pablo Iglesias, ha rechazado hablar de líneas rojas, ha negado tajantemente que esté dispuesto a permitir un Gobierno del PP, pero ha advertido que “cualquier fuerza política que no entienda la plurinacionalidad de nuestro país está dispuesta a entregar el Gobierno al PP”. “Parece que los señores que mandan en el PSOE no entienden que España es un país diverso y plurinacional”, ha afirmado el secretario general de Podemos, que con sus alianzas territoriales en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia ha logrado 69 diputados en el Congreso.

“Ni por activa ni por pasiva, Podemos va permitir un Gobierno del PP, ni con votos a favor ni con la abstención”, ha asegurado Iglesias, quien ha recordado que su formación ha quedado por encima del PSOE en ocho comunidades. Ha sido la más votada en Cataluña y en el País Vasco y se ha situado en segunda posición en la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Galicia, Baleares, Canarias y Navarra. Esta circunstancia lleva ahora al partido que nació hace menos de dos años a intentar una negociación de la reforma de la Constitución. Iglesias plantea cinco cambios, que califica de “inaplazables e imprescindibles”, para blindar el reconocimiento de los derechos sociales, cambiar el sistema electoral, prohibir las puertas giratorias, introducir un mecanismo revocatorio de los mandatos del Gobierno y consagrar el derecho de las comunidades a decidir su encaje territorial. El referéndum catalán es, en este contexto, “absolutamente imprescindible”.
Iglesias ha rechazado hablar de investidura y de pactos, aunque ambas cuestiones estarán sobre la mesa del Consejo Ciudadano, máximo órgano de dirección del partido, que se convocará después de Navidad. “Creo que los cambios que se están produciendo son evidentes. Nosotros no estamos hablando ahora de plantear nuestra investidura, sino de tender la mano. Cuando se vuelva a votar en España la tendencia va a continuar”, ha considerado antes de llamar a acometer una nueva Transición. “Tiene que haber un nuevo compromiso histórico en España”.
El líder de Podemos ha vuelto a mostrarse poco conciliador con Pedro Sánchez. Ha recordado que ese partido ha obtenido el peor resultado de la historia de la democracia y que ha perdido seis millones de votos. El resultado electoral, en su opinión, le coloca en una situación de debilidad. “El PSOE tiene que entender la pluralidad de este país y asumir el resultado. Parece que están más preocupados en hacer unas primarias internas que en España”. En cualquier caso, ha rechazado el término línea roja. “Ni líneas rojas ni negociaciones programáticas. Esas garantías son un pegamento de país. Es el momento de hablar de este país”. “A nosotros”, ha dicho, “nos toca ahora asumir la responsabilidad de Estado”.

El "trabajo garantizado" de Izquierda Unida y el "plan de garantía de rentas" de Podemos contra la pobreza: unas propuestas muy pobres

Article publicat a Sin Permiso 
Jordi Arcarons
Daniel Raventós
Lluís Torrens

“Nadie más extremista que el verdadero moderado: porque nunca se es lo bastante moderado. Siempre habrá alguien más moderado que el moderado, que lo reprenderá por no ser lo suficientemente moderado: no se puede ser moderadamente moderado.” (Marco d’Eramo, 2007)

Se acercan las elecciones del 20 de diciembre y los partidos políticos van aportando sus programas electorales. Si bien el punto que tendrá gran parte del protagonismo es Cataluña por la lucha ininterrumpida desde hace ya varios años de la gran mayoría de la ciudadanía de esta nación por el derecho a la autodeterminación que ya una buena parte concreta en la opción independentista, también está centrando la atención de estas próximas elecciones a las Cortes españolas las propuestas de los partidos para hacer frente a la pobreza, al paro y al deterioro, en general, de las condiciones de existencia material de cada vez una mayor parte de la población.
IU tiene una propuesta estrella que es el trabajo garantizado (TG), Podemos tiene una propuesta, no sabemos si estrella o estrellada, que la han llamado plan de garantía de rentas (PGR). En esta ocasión únicamente vamos a referirnos a estas dos organizaciones políticas y al TG y el PGR. Ambos se presentan como propuestas, según el redactor que escriba en cada momento “mejores”, “más realistas”, “más razonables”, “políticamente más aceptables”… que la renta básica (RB).
Somos de la opinión que tanto el TG como el PGR son dos fórmulas que se quedan muy por debajo, en distintos sentidos que especificaremos, a la  propuesta de la RB. Lo justificaremos.
El trabajo garantizado de Izquierda Unida: ¿estamos hablando en serio?
Empecemos por el TG. Con esta propuesta, sus defensores aseguran que se creará un millón de puestos de trabajo en un año mediante contratos de 900 a 1.200 euros brutos mensuales a 35 horas semanales. Es una forma diferente pues de decir que estas personas, la mayor parte menos que mileuristas, tendrían una remuneración de entre 6,4 i 8,6 euros la hora. Sabemos que hay 5 millones de personas oficialmente en paro, sabemos que cerca de 2 millones de personas trabajan a tiempo parcial de forma involuntaria porque no tienen otro remedio, aunque su deseo sería trabajar a tiempo completo. Eso suma 7 millones de personas. También sabemos que existe un número nada pequeño de personas que no busca empleo porque considera que es inútil hacerlo y que conforma lo que se llama “población  laboralmente desanimada”. El monto total de todas estas partes de población ya alcanza los 9 millones, ¿no tanto? Pongamos pues 8. Si en un año se logra un millón de puestos de trabajo mediante el TG, no resulta una cuestión académica preguntarse por los otros 7 millones de personas. Estos 7 millones de personas no pueden quedar despachadas con el argumento de “paciencia, en el primer año será un millón, luego ya iremos subiendo y quizás en 10 o 12 años, tengamos algo parecido al pleno empleo”. Este “argumento” es, además de políticamente injustificable, técnicamente deficiente.
Más. Aproximadamente un tercio de toda la población trabajadora a tiempo completo, cobraba una cantidad inferior al salario mínimo interprofesional (SMI). Una cantidad que para el año 2015 está establecida en 9.080 euros anuales. Es decir, que estos 900-1200 euros mensuales brutos serían un excelente motivo para que al menos un tercio de los trabajadores actuales a tiempo completo dejaran su actual empleo para acogerse a la oferta de TF. Más o menos unos 4 millones de demandantes. Nos situamos pues en una cantidad a los que habría que ofrecer TG realmente imponente: a los 8 millones anteriores habría que sumarles estos 4. Convendremos que 12 millones de personas para cubrir con TG es una tarea ciclópea. Y todo ello sin tener que gastar por nuestra parte ningún argumento sobre la deseabilidad ética o no del TG. Simplemente números fáciles de contrastar.
Piénsese que el TG o la idea del Estado como empleador de último recurso es una propuesta de economistas, en otros aspectos sumamente interesantes, de EEUU. Y en EEUU el paro no ha alcanzado en los últimos 70 años nunca el 10%. En cambio, en el Reino de España, a lo largo de los últimos 36 años… se ha superado 33 veces el 10% de la tasa de desempleo. Estamos hablando de algo diferente. Si alguien está pensando en contestar que en EEUU el paro no se contabiliza exactamente igual que en la UE y que por lo tanto las cifras están estimadas a la baja… bien, desplacemos la atención a los datos de la OCDE sobre el paro desde 1978 hasta hoy. Y comprobemos que el Estado campeón mundial es, claro está, el Reino de España, lugar donde la tasa de desempleo ha superado 24 años el 15%. El segundo Estado en tan triste competición y a muchísima distancia es Irlanda con 9 años, y el tercero Eslovaquia con 8. No hará falta insistir sobre el punto que queremos destacar: las proporciones del desempleo en el Reino de España son estratosféricas y no se trata de un lugar en el que nadie, excepto algunos miembros de IU, haya pensado de forma razonable en depositar la confianza en el TG como principal herramienta para enfrentar esta situación.
La propuesta de Podemos: muy deficiente
El PGR es una propuesta que, a diferencia del TG, es más conocida porque ha sido practicada con variaciones en la comunidad autónoma vasca (CAV). La idea de los autores de este PGR sigue el siguiente curso de razonamiento. El lugar del Reino de España en donde se ha intentado combatir la pobreza con mayor éxito, mediante algo muy parecido a la PGR de Podemos, ha sido la CAV, entonces extiéndase esta experiencia al conjunto del Estado. Si algo no tiene la menor duda es la miseria de las rentas para pobres, llámense como se llamen según la comunidad autónoma, como cualquiera que conozca medianamente la cuestión puede constatar. Así que… parece una buena idea extender lo que parece haber ido bien.
El problema está en que la experiencia de la CAV (allá se llama renta de garantía de ingresos –RGI- complementada con la prestación complementaria de vivienda –PCV- y las ayudas de emergencia social –AES-, lo que es conocido por sistema RGI/PCV/AES) no ha ido tan bien como algunos vociferan. Más bien, deja mucho que desear. Veamos por qué:
1.- Después de transcurridos más de un cuarto de siglo de implantación del sistema vasco de renta mínimas condicionadas, el combate contra la pobreza solo ha tenido éxito en el campo de la pobreza más severa. En los otros tipos de pobreza ha habido incluso retrocesos[1].
2.- Los problemas de gestión del sistema siguen siendo enormes y sus costes cada vez más voluminosos.
3.- En distintos momentos, se han introducido más recortes. Así, en la ley de 2008 y en la de finales de 2011, se han introducido más condicionalidades para impedir que aumente el número de personas que podrían acceder a estas prestaciones.
4.- El sistema vasco de rentas mínimas condicionadas, por mucho que haya tenido desde sus orígenes, pero sobre todo, en el último cambio legislativo de 2008, el objetivo de la empleabilidad de colectivos numerosos de personas perceptoras, no ha conseguido nada en este sentido. Los convenios de inclusión activa y la existencia formal de los nuevos agentes orientadores de empleo, que controlan a las personas perceptoras cada dos meses, no sirven más que para desarrollar otra función burocrática más, cuya eficacia en cuanto a la empleabilidad es totalmente nula. Para lo que sí sirve es para sancionar con suspensión de la prestación de la RGI-PCV a quienes se olvidan de las citas con la orientadora o incumplen alguna de sus inútiles recomendaciones.
5.- Crea situaciones absurdas y claramente injustas[2].
Nos comenta quien fue miembro responsable de política social del Gobierno Foral de Guipúzcoa en la anterior legislatura, Ander Rodríguez Lejarte, a partir de muchos informes de los técnicos que gestionaban el sistema RGI/PCV/AES, que las dificultades de este programa condicionado pueden resumirse así:
A) Excesiva complejidad.
B) Crea situaciones de desigualdad/discriminación.
C) No da cobertura al conjunto de situaciones de pobreza.
D) Es muy intrusiva y estigmatizadora.
E) No funciona bien para la prevención de la pobreza infantil.
Y después de estos resultados… se intenta aplicar la RGI al conjunto del Reino de España. Un desastre de propuesta.
Para que no haya la menor confusión sobre lo que queremos afirmar: la CAV ha sido la más generosa de todas las comunidades autónomas en el sistema de rentas condicionadas dirigidas a los pobres. De entrada, esto se debe más a la increíblemente cicatera situación (con alguna excepción parcial como Navarra) de las otras comunidades autónomas que del mérito de la CAV. Dicho lo cual está fuera de toda duda que comparada con la mayor parte de comunidades autónomas la CAV es la más generosa, pero con múltiples defectos que hemos intentado resumir.
El Círculo Renta Básica de Podemos ha estado investigando, alertando, explicando… para nada
En el documento presentado por Podemos sobre el PGR se expone: “La consideración del sistema fiscal y el de prestaciones especiales como vasos comunicantes permitirá avanzar a medio y largo plazo en la introducción de mecanismos de impuesto negativo o de RB (aunque el alto coste neto de la introducción de esta última, debido fundamentalmente a la individualización de la prestación, no resultaría asumible en una legislatura).” Si dejamos al margen por falso y gratuito el texto entre paréntesis ya que hemos demostrado que es perfectamente asumible en una legislatura una introducción de una RB para toda la población igual al umbral de la pobreza, hay otras consideraciones importantes. Es falso que el PGR sea un paso hacia la RB. Creemos que es necesario separar dos aspectos. 1) Que alguien plantee políticamente que determinada medida es un paso hacia el «objetivo» de la RB es perfectamente legítimo. Fantástico si así lo plantea algún partido político no muy convencido o más bien acobardado ante las potencialidades actuales de la RB. 2) Pero diferente cuestión es cuando se afirma que un PGR es un paso para la RB. Como si hubiera necesariamente algún tipo de automatismo. A estas alturas debe estar claro que se trata de propuestas muy diferentes y una no «acerca» necesariamente a la otra como algunos autores han afirmado. La condicionalidad, como es el caso del PGR, es lo contrario de la incondicionalidad de la RB, así que parece raro aproximarse a algo mediante su contrario, por raros y modernos que algunos quieran ser en la forma digamos de argumentar. Es más, alguno de nosotros hasta hemos dicho que una medida que podría ser efectivamente parcial y un paso hacia la RB individual, sería la RB por hogar. Y además sería más barata que este complicadísimo PGR que vaticina un control inmenso sobre quién debe percibir (y seguir percibiendo según las condiciones cambiantes de cada persona) el PGR. Y un control inmenso equivale a costos de administración también inmensos o, digamos, muy grandes.
Nos hubiera gustado ver en la propuesta de PGR de Podemos una clara concreción de cómo va a financiarse su coste (más de 18.000 millones en el escenario I, el que pudiera considerarse más cercano a la RB, salvando las enormes distancias que ya hemos apuntado) sin embargo, tan solo hemos encontrado vaguedades sobre una posible reforma del IRPF, que cuando se contabilizan no cubren de ningún modo el coste contabilizado para dicho escenario.
De hecho, hemos simulado con nuestra muestra de casi dos millones de declarantes del IRPF una RB universal por el mismo importe que propone Podemos (que por cierto no saca a  ninguna familia del riesgo de pobreza, tal como se calcula con metodología europea) y ¡nos sale más barata!, con menos de 15.000 millones de euros en transferencias de las rentas de los más ricos a los más pobres se financiaría una RB que llegaría, esta vez sí, a todo el mundo, como lo hace la sanidad o la educación.
Un documento firmado por el Círculo Podemos RB, resume perfectamente algunas de las diferencias sustanciales entre el PGR y la RB. Nos permitimos entresacar algunas de estas conclusiones, con añadidos por nuestra parte:
El PGR reduce la pobreza, lo cual es obviamente deseable, pero la RB la elimina completamente: al ser incondicional y estar situada en el umbral de la pobreza, automáticamente ningún ciudadano estaría por debajo de dicho umbral.
El PGR únicamente beneficiaría, en el mejor de los casos, al 20% de la población bajo el umbral de la pobreza. La RB, en cambio, beneficiaría al 80% de la población que recibe menos ingresos. No sólo ayudaría a aquellas personas sin ningún ingreso, sino también a aquellos con rentas bajas y medias.
El esquema de la RB es muchísimo más progresivo y, gracias a su incondicionalidad, elimina directamente la trampa de la pobreza, sin necesidad de introducir complejos mecanismos de corrección mediante bonificaciones al empleo.
Debido a su condicionalidad, el PGR tiene, como ya hemos mencionado, unos costes de gestión y control muy elevados. Los costes de gestión de la RB son mínimos. Además, al estar integrada dentro del IRPF, libera completamente a los Servicios Sociales para que puedan hacer su trabajo.
Los subsidios condicionados dividen a la población y estigmatizan a aquellos que los reciben.
En la relación coste-efectividad por persona, el PGR es potencialmente ineficiente o menos eficiente que el coste de la propuesta del Círculo Podemos RB (la propuesta del Círculo Podemos Renta Básica es muy similar a la nuestra).
Por otra parte, los subsidios que propone el PGR también provocan rechazo en muchas personas que no los reciben y lo consideran injusto. El planteamiento de la RB es diametralmente opuesto: se considera un derecho de todas las personas.
En conclusión, la RB es el sistema más eficiente para garantizar la existencia material de toda la población. Pero es mucho más que eso. Se trata de una medida sencilla, racional, con un coste equiparable al de un PRG riguroso, pero con muchos menos gastos de gestión y una cantidad mucho mayor de ganadores, lo que supondría una gran mejora para la inmensa mayoría de la población. Más libertad, menos desigualdad y el fin de la pobreza.
La RB no es “políticamente sensata”… y una encuesta interesante
Otro punto importante es la tontaina idea confesada por parte de algunos defensores del PGR según la cual, independientemente del enorme atractivo y seguimiento que tiene entre buena parte de las personas que militan en Podemos, la RB no es “políticamente sensata” o, más claramente, “puede hundir al partido”. Dejando al margen lo que denota una concepción de este tipo en una organización que se autorepresenta como producto del 15-M, y dejando al margen también que no es precisamente a pocas semanas de las elecciones del 20-D cuando Podemos goza de mejores expectativas[3] (poco después de las elecciones europeas en donde Podemos defendió meridianamente bien y claro la RB gozaba de la mayor expectativa de voto: no debe ser por la RB que se está produciendo el deshinchamiento), quizás sea más empíricamente interesante, más que imaginar lo que opina la gente, preguntarle lo que realmente opina. Una encuesta, por ejemplo. Y tenemos una muy reciente para contar. La encuesta se encargó a la empresa especializada en estudios de opinión pública GESOP. Se realizó entre el 13 y el 17 del pasado julio, entre una población de más de 16 años y residentes al menos un año en Cataluña. El número de entrevistas repartidas por distintas áreas de Cataluña fue de 1.600. La pregunta principal era la siguiente:

“La renta básica es un ingreso de 650 euros mensuales que recibiría toda la población como derecho de ciudadanía, que sería financiada mediante una reforma fiscal que supondría una redistribución de la renta del 20% de las personas más ricas al resto de la población. ¿Estaría usted más bien de acuerdo o más bien desacuerdo que se implantase en nuestro país?”

Los resultados a esta pregunta fueron: 72,3% más bien de acuerdo, 20,1% más bien desacuerdo y un 7,6% NS/NC. Parece que no es tanta la oposición de la población a la RB. Quizás es más sensato pensar que si se explican bien las propuestas cuando se tiene los medios para hacerlo, la mayor parte de la población entiende perfectamente lo que se explica. Y si no se está de acuerdo con la última afirmación… estamos ante un problema social y políticamente muy grave que destila paternalismo rancio por todas partes.
Sigamos con los resultados de esta encuesta. Si bien todos los sectores de la población analizados estaban de acuerdo, los críticos con esta medida sobresalen entre las personas de más ingresos y los que ideológicamente están situados en el centro, el centro derecha y la derecha (apunte interesante, por cierto, para Podemos, si supiese atraparlo). Otros resultados interesantes (pueden consultarse los muchísimos datos y resultados de esta encuesta aquí) fueron que de las personas que disponían de un trabajo remunerado, el 2,9% dejaría de trabajar; y de las personas que estaban en el paro, sólo el 2,2% dejaría de  buscar empleo. Parece que el sonsonete habitual de que con una renta básica incondicional la gente dejaría sus trabajos remunerados forma parte de la fantasía y del prejuicio. Una gran parte de la gente entrevistada opinaba lo contrario. Pero es que incluso hay encuestados inactivos o parados que declaran que con una RB iniciarían un proyecto personal de empleo. Cuando sumamos las horas dejadas de trabajar y las comparamos con las potenciales nuevas horas, ¡la cifra final da más actividad! y por supuesto menos paro involuntario.
Sobre la crítica que más a menudo de lo que sería sensato se lanza contra la RB de que supondría una vuelta de la mujer al hogar o cosas de tenor parecido, es interesante observar que de las personas que tienen empleo contestan en la encuesta comentada que lo dejaría un 3,1% de hombres y ¡un 1,2%! de mujeres. Solo queda el recurso de afirmar que la encuesta está mal hecha, que no se ha preguntado bien… Es una tentación particularmente atractiva cuando los resultados no coinciden con la opinión del que queda retratado. Ya se sabe que cambiar de opinión cuesta y es imprescindible una honradez intelectual que no abunda generosamente. Y por este motivo no debemos ser muy exigentes con los críticos.
El PGR está pensado para paliar la pobreza. La RB para erradicarla y para que la población trabajadora, es decir la inmensa mayoría de la población, tenga un poder de negociación que no tiene ahora. Este mayor poder de negociación es producto, como hemos insistido a menudo, del derecho que supondría, con la RB, tener la existencia material socialmente garantizada. Lo hemos afirmado en otras ocasiones, lo hemos demostrado y lo seguimos defendiendo: la RB es una propuesta más racional, más eficiente y más deseable que el PGR.
(Agradecemos a Iñaki Uribarri y Ander Rodríguez Lejarte, buenos conocedores del sistema RGI/PCV/AES, las aportaciones que nos han sugerido. La responsabilidad del artículo es completamente nuestra).


[1] Es especialmente significativo que la propia Encuesta de Pobreza y Desigualdades del Gobierno Vasco (EPDS) 2014 que elabora el Órgano Estadístico Específico del Departamento de Empleo y Políticas Sociales señaló que:
“Algunos aspectos estructurales plantean, sin embargo, dudas respecto al rendimiento futuro del sistema de protección.
Se detectan algunas importantes disfunciones en el rendimiento del sistema RGI/PCV/AES. La más significativa se vincula al incremento de la población en riesgo que no accede al sistema de prestaciones: de 47.542 personas en 2008 a 50.313 personas en 2012 y 56.307 personas en 2014. Este colectivo representa un 27,1% del total de personas en hogares de riesgo.
El rasgo más preocupante es que en los últimos años se acentúa, en este grupo de personas, la distancia existente entre los ingresos disponibles y el umbral de pobreza de mantenimiento. Esta distancia pasa así de 21,3% en 2008 a 24,9% en 2012 y 30,5% en 2014. La situación de este grupo de personas, caracterizado ante todo por el acceso a bajos salarios o bajas pensiones, tiende por tanto a deteriorarse en términos comparativos respecto a la población beneficiaria de la RGI.”
Ander Rodríguez Lejarte nos comenta: «Es precisamente el carácter no universal de la RGI la que ha permitido a personajes como Javier Maroto criminalizar a sus perceptores». Javier Maroto es el actual alcalde del PP de Vitoria-Gasteiz. Parte de su campaña electoral fue atacar a marroquíes, argelinos y otros inmigrantes porque «viven de ayudas que pagamos todos».
[2] Una familia de 3 o 8 miembros (matrimonio con 1 hijo o con 7 hijos o más) no cobrará más que 935,38€ mes, siendo éste el único ingreso que entraría en este hogar, y 320€ de PCV en el caso de estar de alquiler.
En cambio, gracias a las unidades “especiales” una hija de 30 años que no trabaja y que vive con sus padres que pueden tener rentas muy altas, puede cobrar por ella y su hijo (especial x menor a cargo) 845,58 € (máx. para 2) + el subsidio monoparental de 47,98 €. Esto ahora tiene un limitación en el tiempo de 2 años, es decir, que esta mujer joven constituirá UC especial máximo por 2 años.
[3] Según la última encuesta ahora disponible, Podemos no llega al 14% del voto estimado, a 13 puntos del PP, 7 de Ciudadanos y 5 del PSOE. Ya han perdido muchos votantes de izquierda, aunque si siguen en el empeño moderando más sus propuestas pueden perder hasta votantes de centro izquierda y el batacazo respecto a las expectativas posteriores a las elecciones europeas puede ser hasta demasiado cruel. Al menos nadie responsabilizará a la RB y a su “insensatez” de ser la causa de este hundimiento. Será por otra cosa. Quizás tenga más que ver con lo que hace poco más de un lustro el sutil analista italiano Marco d’Eramo dejó apuntado y que es la cita que encabeza este artículo.

es catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Es miembro de la Red Renta Básica.
es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).
es economista, profesor asociado de la Escuela Superior de Comercio Internacional-Universitat Pompeu Fabra y Director de servicios de planificación e innovación en el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona. Colabora con iniciatives pel decreixement que impulsa un nuevo modelo económico sostenible y estacionario. Es miembro de la Red Renta Básica.

Fuente:

http://www.sinpermiso.info, 1 de noviembre de 2015

Jornades programàtiques Podem Catalunya: Economia i innovació – Nou model productiu

Resultado de imagen de podemos catalunya

(Versió 0.1 – 1 de Juliol 2015)
Introducció -Marc-Context

Al igual que cal un canvi polític, cal un canvi econòmic.
La crisi econòmica, agreujada per les mesures «estafa» adoptades pel govern del Partit
Popular i la Generalitat de CiU -austeritat fiscal, devaluació salarial i retallades socials-, ha
provocat que l’economia catalana no solucioni les necessitats de grans sectors de la població,
creant greus problemes -augment molt important de la pobresa i de la desigualtat, augment de
la càrrega reproductiva de les famílies, principalment les dones, erosió substancial de l’Estat de
benestar, destrucció de llocs de treball, alts nivells d’atur i l’ofegament de les PIMES i
autònoms, així com preocupants nivells de contaminació mediambiental. Finalment, la política
vers la banca ha resultat en una càrrega de deute excessiva -tant públic com, especialment,
privat- que llastra les possibilitats de creixement de l’economia catalana.
La política economia no nomes «no funciona», sinó que reforça un model productiu que té -ja
d’abans de la crisi- greus problemes estructurals que el fan insostenible (especialització en
sectors d’escàs valor afegit, feble productivitat, dependència energètica, debilitat externa) i
caduc, ja que no aprofita els avantatges comparatius de la societat catalana vers la creativitat
social i la innovació econòmica. Tot i la retòrica de les reformes econòmiques, aquests
problemes no s’han abordat per part del Govern de CiU.
Sota el projecte d’economia neoliberal -amb el que s’han aliat les polítiques de PP, PSOE i
CiU-, s’ha privatitzat recursos i serveis públics com a manera de millorar la seva gestió,
convertint-se en una font de corrupció i sense que això hagi garantit una millor qualitat i equitat
del servei. El projecte neoliberal limità el debat al binomi Estat-mercat com els dos únics
models de producció i provisió de recursos, tractant de negar alternatives i ocultant l’existència
d’un tercer model procomú, ja en practica i més eficient i que dona millor resultats, com mostren
els estudis d’Elinor Ostrom (Premi Novel d’economia del 2009) i la pròpia tradició del tercer
sector i economia social i solidaria catalana. El tercer model -el procomú- permet
l’externalització de serveix públics sense la seva privatizatció, a partir de la participació
ciutadana en la resolució de problemes comuns i per la gestió i producció ciutadana procomú i
propública, alhora que combatre la insostenibilitat mediambiental del model actual.
Hi ha alternatives al model neoliberal que ens tracten d’imposar basat en que augmente el PIB
sense generar ocupació ni benestar social, basat en l’increment de desigualtats. El mateix PIB
cada vegada està mes qüestionat, doncs no està adaptat a les formes emergents de fer
sostenible la vida i de generar valor lligat al benestar social.
Ens cal, per tant, una política econòmica que estableixi noves prioritats i nous eixos d’actuació
per a possibilitar la superació dels problemes esmentats a partir de l’estimul de la demanda i
d’un canvi del model productiu. Catalunya té transferides múltiples competències
administratives, amb elevats nivells d’autonomia en qüestions econòmiques des de les que
impulsar una política econòmica alternativa, i compta amb un gran potencial creatiu i un
entramat econòmic per a la transformació del model productiu. La estratègia de política
econòmica i productiva alternativa s’ha de centrar en aquestes quatre grans prioritats:
(1) Atendre la situació de les persones més afectades per la crisi i disminuir la desigualtat,
incloent la discriminació de gènere.
(2) Reduir l’atur i crear llocs de treball de qualitat.
(3) Disminuir el pes del deute.
(4) Transformar el model productiu per fer-lo sostenible i competitiu.
Aquestes mesures es poden articular en cinc eixos principals d’actuació:
(1) Enfortiment de les polítiques socials.
(2) Pla de creació d’ocupació i d’atenció a la igualtat d’oportunitats.
(3) Reforma del sistema tributari.
(4) Desenvolupament de mesures encaminades a reduir progressivament el deute de les llars.
(5) Mesures per transformar el model productiu.
Seguidament es presenten les mesures que aspiren a contribuir a la transformació del model
productiu.
Polítiques regulatòries i de promoció d’un nou model productiu procomú a Catalunya,
basat en l’economia social, el coneixement obert, la col·laboració i la sostenibilitat
Cap a un nou model productiu i una economia més justa
● L’impuls del model de producció procomú busca:
○ La reapropiació de l’economia -en tant que sistema per cobrir les necessitats
col·lectives i individuals. Posar el benestar social i la vida al centre de
l’economia.
○ La innovació i la competitivitat econòmica. L’augment de la competitivitat
estructural i la modernització productiva de Catalunya a traves de potenciar els
advantages competitius i la creativitat i la innovació econòmica, reforçant el
paper d’aquells sectors amb major capacitat de generar ocupació de qualitat,
aprofitar les possibilitats de les noves tecnologies, basades en el coneixement
obert, potenciar la col·laboració, la innovació i la capacitat exportadora i de
internacionalització de l’economia a Catalunya.
○ La sostenibilitat. Potenciant un model productiu i de consum basat en la
reutlizació de recursos i d’infraestructures existents, i les energies renovables.
○ Institucions de govern més democràtiques i eficients. Les institucions de
govern han d’aprofitar les oportunitats que ofereix l’economia procomú, tant per
fer les seves pròpies operacions més eficients, i per fer un millor ús públic dels
recursos, com per obrir mes canals de participació i activació de la societat civil
en la resolució de problemes comuns i necessitats publiques.
Nou model productiu procomú
● L’economia social i solidaria i el tercer sector a Catalunya son dos entramats vinculats al
model procomú amb llarga tradició històrica a Catalunya. Durant les darreres dècades,
recolzades per les noves tecnologies, aquestes tradicions han crescut, mostrant més
resiliència davant la crisis que models d’empresa privatius i tancats. Alhora que ha
guanyat en centralitat un altra vessat del model procomú mediada per les noves
tecnologies, basada en la gestió oberta del coneixement, les relaciones igualitàries
(peer to peer) i l’accessibilitat dels recursos generats com a bens públics de propietat
procomú. Respecte a l’economia digital procomú, hi han varies tendències: la producció
col·laborativa de recursos de coneixement obert (com ara la Viquipèdia), l’economia
col·laborativa basada en un model de consum que afavoreix la compartició de recursos
(com ara couchsurfing.com en torn a l’allotjament compartit), el crowdfunding (com ara
Goteo) o les monedes socials (com ara Bitcoin).
● El coneixement obert es basa en unes condicions d’accés que afavoreix l us i el reús
dels recursos (copyleft front a copyright a traves de llicencies com la GNU o les
llicencies Creative Commons), i que concep el coneixement com un bé comú. Les noves
tecnologies han obert moltes oportunitat per a democratitzar l’accés al coneixement i als
mitjans de producció. El coneixement obert incentiva la creativitat i la innovació.
● El model procomú s’ha anat expandint a moltes àrees de producció, amb un gran
impacte econòmic, però també social, i es un model referent en alguns sectors com ara
el sector de programació informàtica, o transformant industries culturals. El model
productiu es molt versàtil i s’ha expandit en tres anys (de 2011 a 2014) de 11 a 33 àrees
d’activitat (Estudi projecte Europeu P2Pvalue – 2014).
●Les noves modalitats de producció requereixen d’una banda d’una adequada regulació
de les activitats. Sobretot respecte a la regulació de la activitat de companyies
transnacionals o en especial estatunidenques, que ofereixen infraestructura i serveis a
l’economia procomú a Catalunya.
● Catalunya ha estat una regió clau a Europa en el desenvolupament d’aquest model amb
un gran capital creatiu i d’innovació, contant amb un gran potencial per a la consolidació
d’un sector productiu robust i per a consolidar-se com a regió de referència al món. Una
mostra es que la primera Viquipèdia en una llengua diversa de l’anglesa va ser la
catalana. Al 2014, tres de les experiències més innovadores en el sector a nivell
europeu van sorgir de Catalunya (guifi.ne -infraestructura comunitària d’accés a Internet
sense fils-, Kit del ciutadà intel·ligent -sobre eines per la compartició de dades associat a
la xarxa de Fab Labs- Fabriques de producció oberta, Goteo -sobre crowdfunding
procomú- (font: estudi innovació social digital del NESTA -Agencia de la innovació de
Gran Bretanya- per a la Comissió Europea – 2014).
● El sector pot ser un motor d’internacionalització i augment de les exportacions
catalanes. El sector a Catalunya té una forta internacionalització, el 60% de les
experiències a Catalunya tenen lligams internacionals (estudi Consell Audiovisual de
Catalunya -elaborat per IGOPnet-, 2011). Creative Commons (llicencies de coneixement
obert), la Fundació pel coneixement obert o empreses d’economia col·laborativa com
Airbnb, tenen la seu espanyola a Barcelona i no a Madrid. Airbnb compta amb més de
14.000 places a Barcelona, entre les principals destinacions del món.
● Les teories tradicionals de valor no s’ajusten a aquesta modalitat de producció, doncs
gran part de l’activitat es no mercantil, no està mediada pels diners. El PIB tampoc
inclou moltes d’aquestes activitats. Les concepcions de valor posen mes l’accent en el
valor social, creació de comunitat, reputació, valor d’ús, o reutilització del recurs, que en
la creació de beneficis privatius. La mediació de les interrelacions per la tecnologia i la
creació de dades ofereix nous indicadors de valor associats a aquest model de
producció.
Diagnòstic-Situació actual de les polítiques públiques
● Apropament general de les administracions: hi ha hagut desinterès o poc
coneixement del sector català per part de les administracions (Generalitat i
ajuntaments). En conseqüència, la regulació actual està poc adaptada a la realitat i al
potencial del sector a Catalunya. En lloc de tractar d’entendre el valor del sector a
Catalunya, l’apropament de les administracions s’ha basat en la importació, això es:
incentivar que grans companyies estatunidenques o grans conglomerats inverteixin a
Catalunya, sense entendre el potencial propi de desenvolupament del sector a
Catalunya i el seu potencial d’exportació d’innovacions.
● Tant l’ajuntament de la capital catalana (a traves de Barcelona Activa) com la mateixa
Generalitat han abocat milions i grans esforços per convertir Barcelona en un referent
mundial de la innovació i la emprenedoria (projectes com la Mobile World Capital, i el
nomenament com a capital europea de la innovació). Peró apostant un model
d’innovació tancat i privatiu, no procomú.
● Mancança de diàleg de les administracions: hi ha una mancança de mecanismes de
representació del sector procomú i de diàleg amb les administracions. L’administració –
Generalitat i Ajuntament de Barcelona- té com a referent lobbies vinculats a empreses
que treballen sota un model tancat i privatiu (Ex.: Cluster Ecommerce & Tech
Barcelona).
● No hi ha una regulació adaptada a les activitats: la Generalitat ha estat la única
administració al món que ha sancionat Uber i Airbnb. Ho pot fer perquè tant Airbnb com
Uber ofereixen serveis que queden fora de la llei tal com està plantejada, alhora que és
igualment evident que la Generalitat té pressió de lobbies per actuar contra aquestes
plataformes (els taxistes, en el cas d’Uber, i els hotelers pel que fa a Airbnb).
● Regulació actual: hi ha en vies de definició una regulació de l’economia col.laborativa a
Catalunya per part de la Generalitat. Els departaments involucrats són el Departament
d’Empresa i Ocupació i el Departament de Territori i Sostenibilitat, a través de la
Secretaria d’Empresa i Competitivitat i de la Secretaria d’Infraestructures i Mobilitat,
respectivament. L’Ajuntament de Barcelona va encarregar un estudi -abans de les
eleccions- però no el va fer public.
Programa per la regulació i promoció de model productiu col·laboratiu vinculat al
coneixement obert a Catalunya
Programa general-rincipis:
● Promoció del procomú com a tercer model productiu que reforça una economia mes
social i eficient i que dóna una sortida propublica i apertura de les administracions en
l’involucracio de la ciutadania en la resolució de problemes públics.
● Impuls de nous indicadors de valor.
● Regulació que potencií la figura del ciutadà com a generador de valor. Reconeixement
del valor procomú generat. Afavoriment de l’activitat econòmica autònoma (autònoms).
● Potenciar les ciutats col·laboratives. Dotar a les ciutats i poblacions de protocols que
permetin tenir iniciatives de cura i cobrir necessitats en l’espai comú.
● Afavorir la creació de nous sistemes de distribució col·laboratius i basats en la
intel·ligència col·lectiva per promoure la producció i el consum local, i en les PIMES
(front a grans conglomerats econòmics des-localitzats).
Programa general- línies d’actuació:
● Establiment d’un pla autonòmic -regulatori i de promocio- per a la millora de la
competitivitat estructural i modernització a traves de la especialitzacio productiva
procomú com a model amb al valor afegit i social, i els diversos sectors d’activitat
(transport, recursos educatius, cultura, recerca, entre d’altres).
Millor coneixement del sector:
● Creació de recursos pel mapeig, estudi d’impacte i valorització del model a Catalunya, i
finançament de la recerca. Creació d’una agència per innovació econòmico-social a
Catalunya (i.e. NESTA a Gran Bretanya). Creació d’un consell d’experts.
● Desenvolupament de plans d’inversió en recerca, desenvolupament i innovació, amb
l’objectiu d’elevar la despesa en R+D+I fins al 2% del PIB de català i mantenir-lo de
manera sostenible en el temps. Aquests plans haurien de contribuir, entre d’altres
objectius, al desenvolupament d’aquelles indústries d’alt valor afegit i elevada
especialització tecnològica i a l’estimul de la recerca en torn a producció procomú
local.
Regulació:
● Promoció de marques i mecanismes de qualitat a partir dels propis sistemes de
reputació col·laboratius.La inspecció del servei per garantir protecció dels drets dels
ciutadà productor o «prosumidors» (consumidors i/o productors/proveïdors del servei).
Evitar situacions d’explotació laboral encoberta.
● Dotar a les ciutats i poblacions de protocols que permetin tenir iniciatives de cura i cobrir
necessitats en l’espai comú.
● Fiscalitat que premiï les modalitats de producció procomú.
De la privatilizació a la comunització:
● Establiments de col·laboracions institucionals i socials per la promoció del procomú i
d’interès general a Catalunya.
● Revisió dels processos privatitzadors del sistema públic de comunicació i del sistema
de comunicació i tecnològic empresos a nivell autonòmic per revertir aquests processos
en la mesura dels possible.
● Transparència en les relacions i negociacions amb el sector tecnològic i els lobbies.
Priorització del model procomú (basat en l’economia social, coneixement obert,
transparència econòmica, sostenibilitat mediambiental) en els concursos públics. Que
en els contractes de compra i concursos públics col·laboratiu pugui tenir pes en els
criteris de selecció.
● L’administració com a usuària del model procomú. Participació de l’economia
col·laborativa.
● Adopció progressiva del programari lliure i el wifi per part de l’administració pública,
incloses totes les institucions i centres de caràcter públic (de caràcter administratiu,
educatiu, cultural o sanitari). Revisió i posada a punt dels dipòsits de programari públic
per simplificar l’aprofitament de determinades solucions per tercers, sobretot aquelles
que siguin reutilitzables per part de col·lectius amb menys recursos. Per això s’aplicaran
solucions basades en màquines virtuals o productes autoinstal·lables. En coherència
amb aquesta estratègia, s’avaluaran tots els contractes d’externalització de serveis
informàtics, intentant potenciar l’ús del programari lliure i la recuperació de la informació
de gestió per al seu ús públic.
Promoció:
● Promoció de Plans Autonòmics d’Eficàcia i Sobirania Comunicativa centrats en el
programari lliure, el coneixement obert i la utilitat pública. Aquestes actuacions
comptaran amb ajudes publiques i estaran molt vinculades a la contractació amb
projectes cooperatius de joves desocupats que rebin formació oportuna.
● Suport de l’economia social i solidària. S’inclouran un pla d’ajudes als projectes
cooperatius que compleixin amb els requisits d’igualtat, sostenibilitat i innovació,
mitjançant accions com ara: a)cessió de sòl públic en desús per als projectes
d’emprenedoria cooperatius; b) ajuts a les despeses inicials de posada en marxa de
cooperatives i entitats d’economia social i solidària; c) ajudes als treballadors i
treballadores d’empreses en crisi per tal que puguin accedir a la seva propietat, amb
l’anàlisi i avaluació de la viabilitat, mitjançant fórmules cooperatives o societats laborals,
i d) es promourà la creació d’un servei públic d’assessoria per a les empreses
cooperatives.
● Foment de l’economia digital i col·laborativa. Es donarà suport i s’impulsarà
l’emprenedoria en el sector de l’economia digital i col·laborativa, mitjançant l’impuls de
hubs (centres, comunitats) d’innovació. S’afavorirà l’accés a espais de treball i de
coworking (llocs de treball compartits) a les incubadores d’emprenedors i empreses
start-up, arribant a crear una xarxa d’espais de col·laboració (Fablabs, makerspaces,
etcètera) que permetin a petits emprenedors la mutualització de recursos, oferir serveis
compartits i facilitar la innovació de forma descentralitzada, de manera que la ciutadania
i el teixit productiu se’n beneficiïn. Impulsarem els fons públics d’inversió en aquests
sectors i la col·laboració publico-privada en la generació d’aplicacions digitals d’interès
general.
● Suport al sector cultural i a les activitats creatives. Posarem en marxa un pla
especial de promoció de les activitats culturals per facilitar la seva consolidació. Les
polítiques públiques s’articularan al voltant dels següents eixos interconnectats: a) les
interrelacions culturals, amb noves pràctiques i consums culturals que permetin una
participació activa en la vida cultural; b) la producció i difusió cultural, amb la creació
d’equipaments públics, ajudes i subvencions als agents culturals; també amb la
generació de plataformes de difusió eficaços i estables, amb tendència a l’accés obert a
tota la ciutadania dels projectes finançats amb diners públics, un cop esgotada la seva
vida comercial. Es promouran igualment mesures destinades a oferir i promocionar
diferents estratègies de sostenibilitat econòmica per a productors culturals.
● Nova política per al sector turístic. Apostarem per un model turístic sostenible
mediambiental, social i culturalment innovador, compromès amb la realitat local i social,
que contribueixi a la desestacionalització de l’activitat turística, amb possibilitat de
multiplicar l’atractiu i el caràcter diferencial de les experiències ofertes més enllà de la
temporada estival. Com ja s’ha assenyalat, apostem per la introducció de l’ecotaxa com
a incentiu perquè les empreses hoteleres compleixin amb la normativa, així com d’una
«taxa turística», variable segons el tipus d’allotjament turístic, i que abasti també l’ús
turístic de habitatge privat.
● Universitat & I+D: condicionament del finançament públic a la publicació en obert dels
resultats científics i de les dades generades. Promoció de revistes, repositoris i bancs
de dades d’accés obert als resultats científics. Promoció de mesures de transferència de
coneixement a la societat.
● Promoció de la integració, col·laboració sectorial i escalabilitat del sector (que
permetin la mutualizació de recursos, oferir serveis compartits i facilitar d’innovació de
forma descentralizada). Promocionar Catalunya com una regió favorable al procomú.
○ Creació d’un clúster d’innovació.
○ Definició d’un marc de desenvolupament sectorial integrat amb el model en
xarxa de Bolonya (basat en la integració de molts petits proveïdors de serveis
per la creació conjunta de grans industries competitives internacionalment).
○ Afavoriment de sinergies entre l’economia digital i l’economia social i solidaria a
Catalunya.
○ Impuls de hubs i incubadoras de projectes, i una xarxa d’espais de col·laboració i
treball compartir (llocs de treball compartit, fablabs, makerspaces, etcétera).
● «Reducció de danys»- plans de reorganitzacio sectorial dels actors afectats peL
canvi de model. Per aquests casos en que l’opció col·laborativa sigui una alternativa a
un servei que es produeix des de models tradicionals.
● Formació: potenciarem els coneixements digitals i facilitarem l’alfabetització digital del
conjunt de la població, tant escolaritzada com no escolaritzada. Es millorarà l’oferta
educativa, de qualitat i a preu assequible, en els àmbits de les Tecnologies de la
Informació i la Comunicació (TIC) i altres matèries vinculades al canvi de model
productiu, per afavorir una economia social del coneixement. Dotarem els centres
educatius de material informàtic i tecnològic suficient perquè l’alumnat pugui fer ús d’ells
de forma individual i continuada i perquè es fomentin les competències digitals entre la
població.
Campanyes d’informació i formació sobre solftware lliure, coneixement obert i comuns, així com
de metodologies col·laboratives. Estímul de l’ajuda i formació intregeneracional i basades en la
col·laboració ciutadana.
● Reorientació de la inversió en infraestructures, des d’aquelles relacionades amb el
transport per carretera fins a infraestructures productives i tecnològiques que possibilitin
la transició cap al nou model productiu (infraestructures energètiques i de transport,
però també de telecomunicacions i subministrament d’aigua, entre d’altres).
● Infraestructures i recursos col·laboratius: estímul d’usos i consum col·laboratiu
d’infraestructura i recursos públics i entre particulars. Protocols àgils que afavoreixin
l’accés (tant entre les administracions, com a la societat civil) i l’explotació més eficient
de la infraestructura pública existent (ús d’espais o cotxes en temps de no ús), amb vista
a un model de consum més eficient i ecològic.
● Financement: impulsarem els fons públics d’inversió al sector.
● Proposta per alleujar el deute autonòmic. Impulsarem la renegociació amb l’Estat del
pagament del deute públic autonòmic -tipus d’interès, períodes de carència, terminis de
venciment i amortització-, per tal de reduir el cost del pagament del deute i poder
destinar aquest estalvi a cobrir necessitats socials immediates, així com inversions per
al futur desenvolupament del nou model productiu.
● Desenvolupament de la banca pública i promoció de vies col·laboratives de
finançament.

¿Es “Podemos” un Euro-Peronismo?


Per Joan Martínez Alier

 Resultado de imagen de podemos

En un interesante libro recién publicado por la editorial Icaria en Barcelona de incisivas conversaciones entre Iñigo Errejón, dirigente de Podemos, y Chantal Mouffe (politóloga, co-autora y compañera de Ernesto Laclau), ella le reprocha que el empeño de situarse en el “centro del tablero” en vez de presentarse públicamente como un “populismo de izquierda”, puede difuminar la imagen de Podemos. En efecto, un año tras la muerte de Laclau (y sin saber qué hubiera recomendado él mismo a Podemos), vemos que de las propuestas en el programa de Podemos de mayo de 2014 para las elecciones europeas y de sus discursos iniciales, cayeron las principales: la Renta Básica universal no condicionada, una Auditoría de la Deuda que tuviera dientes, una política económica que sea a la vez ecológica (nacida del Círculo 3E: Energía, Economía, Ecología), el derecho de autodeterminación de las naciones o nacionalidades que componen el estado español, y últimamente también la posición republicana (Iñigo Errejón elogia al joven rey, cuya familia despide olor a corrupción). Así, frente a los estruendosos silbidos al rey y al himno real de noventa mil vascos y catalanes en la final de la copa española de fútbol en Barcelona el 30 de mayo, Podemos dijo tímidamente que fue una “situación incómoda”, sin sacar ningún jugo político.
Chantal Mouffe le pide amistosamente a Errejón más claridad. Le recuerda que hay populismo de derecha (Le Pen en Francia) y puede haberlo de izquierda. Que reivindique el populismo, pero de izquierda.  El Peronismo fue catalogado por Laclau como un “significante vacío”, que podía llenarse en su expresión más propia con elementos nacional-populares (como los Kirschner) pero que ha sido compatible con montoneros de extrema izquierda y con el neoliberalismo de Menem. Los “significantes vacíos” del populismo pueden llenarse con cualquier cosa. ¿Con qué los va a llenar Podemos?
El peronismo hasta llegó a ser neoliberal con Carlos Menem. Es como el APRA en Perú, un partido al que los militares impedían que ganara. Con Alan García, fue neo-liberal pero queda un rescoldo nacional-popular. En Ecuador, Correa es otro caso de peronismo: empieza en la izquierda, va al centro, crea sindicatos y confederaciones indígenas “correístas”, fortalece el estado y reparte mientras pueda las rentas del petróleo.
Los sucesivos golpes militares impedían que el Peronismo llegara al poder electoralmente, o sea que no puede criticarse al peronismo de antidemocrático. Más bien, lo contrario. El peronismo consiguió atraer permanentemente a las masas obreras y populares a la vida política argentina, en una época de bonanza económica. Para Ernesto Laclau,  pensador de origen marxista e inicial militancia trotskista, esa adhesión obrera y popular al Peronismo que incluía hasta un cierto elemento erótico hacia la persona de Evita Perón, presentaba un problema teórico de gran magnitud. ¿Cómo había logrado Perón una hegemonía política en Argentina abarcado diversos grupos sociales incluida la clase obrera? El joven Iñigo Errejón es lector fiel de Laclau, quien mantuvo durante 50 años el empeño profesional, personal y político por explicar el fenómeno populista en América Latina. “Populismo” se usa aquí en el buen sentido de la palabra, como una forma política realmente existente, más democrática que los regímenes oligárquicos o caciquiles, o que los golpes militares que han sido realmente las alternativas en Argentina, como también en Ecuador o Bolivia, que hoy gozan de gobiernos del tipo peronista.
 “Podemos” es un nuevo partido político que se quiere nutrir de votos del PSOE, de los post-comunistas de Izquierda Unida (de donde procede Pablo Iglesias) y de los abstencionistas y de otros partidos, los que sea. Las encuestas le daban un 25 por ciento de los votos en España en enero de 2015 pero posteriormente ha bajado a un 15 por ciento, en promedio, en las elecciones municipales y regionales de mayo de 2015. Puede subir otra vez.
Perón se afirmó en sus orígenes destruyendo otros sindicatos anteriores, y simplificando la elección política y al mismo tiempo volviéndola antagónica. Esa es doctrina explícita de los dirigentes de Podemos. “Braden o Perón”, fue el slogan en 1945, donde Braden era el embajador de Estados Unidos y empresario minero transnacional. “La Revolución Ciudadana contra los Pelucones”, proclama Rafael Correa. La Gente contra la Casta, ha sido el slogan de los politólogos que dirigen Podemos. O “están los de arriba y estamos los de abajo, que somos más”. Advertencia: nunca hables de derecha e izquierda, colócate “en el centro del tablero”. Tal vez preparan ahora otro eslogan aglutinador: “la Patria contra Merkel”. La Patria, caramba. ¿Quiere Podemos cambiar, continuar o simplemente remozar el régimen de 1978? ¿Apoya a los pujantes nacionalismos periféricos o está al servicio del estado español? Sobre esto, el libro de Errejón y Mouffe apenas dice nada.
———
Joan Martínez Alier
ICTA-Universitat Autònoma de Barcelona
08193 Spain

Daniel Raventós: "Todos los partidos están interesados en la Renta Básica hasta que llegan al Gobierno

Article publicat a  eldiario.es

Entrevista a Daniel Raventós, miembro de la Red Renta Básica y editor de la revista Sin Permiso: «El lugar del mundo donde está más avanzado el debate sobre la Renta Básica es aquí»
«Se puede financiar una Renta Básica de 7.500 euros anuales sin tocar ningún servicio del Estado del bienestar»
«¿La Renta Básica imposible? También lo decían de las vacaciones pagadas»
Daniel Raventós, editor de 'Sin Permiso' i un dels principals impulsors de la Renda Bàsica. /ENRIC CATALÀ
Daniel Raventós, editor de ‘Sin Permiso’ y uno de los principales impulsores de la Renta Básica. /ENRIC CATALÀ
Daniel Raventós dedicó su tesis doctoral a la Renta Básica. La presentó en 1998 y desde entonces viene defendiendo que esta renta es una buena propuesta para construir una sociedad donde las personas no vivan angustiadas por la falta de trabajo remunerado o ingresos. En los últimos tiempos, coincidiendo con la pérdida de puestos de trabajo y de capacidad adquisitiva de millones de ciudadanos, la idea de una Renta Básica Universal va ganando adeptos. ¿Ha llegado la hora de la verdad? Verá hecha realidad, finalmente, este economista, editor de la publicación «sinpermiso.info», su aspiración tras veinte años de lucha?
¿Ha cambiado mucho el sentido, la propuesta de Renta Básica, a lo largo de estos veinte años?
La idea es exactamente la misma. El concepto es único. No hay diferentes concepciones. Hay diferentes formas de financiarla. Hay diferentes filosofías políticas detrás, que la justifican de forma diferente. Es una asignación monetaria incondicional a toda la población. Después podemos hablar de cantidades, de restricciones, de cómo se financia…
Hay confusiones, eso sí. Por ejemplo, los estatutos de Extremadura y Andalucía hablan de «renta básica» pero su definición es exactamente igual que la del Estatuto de Cataluña, que habla de «renta garantizada de ciudadanía». Otros estatutos hablan de «salario social» o de «renta mínima de inserción». Todos son subsidios condicionados. Para los pobres, para gente que no llega a un determinado nivel de renta. Y esta es precisamente una virtud de la Renta Básica que incluso han visto incluso algunos críticos: la Renta Básica es una propuesta mejor para paliar la pobreza que los subsidios directamente dirigidos a los pobres.

Ahora se habla más que nunca de «Renta Básica». En muchos países. ¿Es la vez que estamos más cerca de que algún Estado la apruebe y la ponga en marcha?
Como debate público, el lugar del mundo donde está más extendido está aquí. Hace dos o tres años, había dos organizaciones políticas suficientemente importantes –“Bildu” y “Anova”- que defendían la Renta Básica abiertamente, tal y como la defiendo yo. También “Equo” la defiende. Pero el tema se ha disparado cuando, en las últimas elecciones al Parlamento europeo, «Podemos» la defendió con un redactado absolutamente coincidente con nuestra propuesta. Eran sólo cuatro líneas pero redactadas por personas que habían estudiado la cuestión y donde se hablaba de una Renta Básica, universal para toda la población, financiada mediante una reforma del IRPF y la lucha contra el fraude fiscal. Impecable. Yo no lo hubiera redactado mejor.
Otros partidos hablaban de algo parecido pero mezclaban conceptos. Había una cierta confusión en sus programas.
Podemos, sin embargo, ha suavizado su propuesta en el borrador de política económica elaborado por los economistas Vicenç Navarro y Juan Torres López.
Los que hace años que somos partidarios de la Renta Básica sabemos que estas dos personas siempre han sido contrarias a la Renta Básica. Son doctrinalmente enemigos.
¿Por qué?
Porque siguen pensando que el pleno empleo es la alternativa. No se han dado cuenta que el capitalismo actual no es el de antes de la crisis y menos el del «paraíso socialdemócrata» post bélico de los años 40, 50 y 60. He coincidido media docena de veces con Vicenç Navarro, en actos diversos, y le he desmentido personalmente sus miedos. Él piensa que la Renta Básica puede ser un instrumento para atacar el estado del bienestar. Esto dependerá de cómo se financie. Nuestra propuesta no toca ni un céntimo de euro de ningún servicio público tradicional del Estado del bienestar. Es más, en un ejercicio de realismo no tocamos ni un céntimo de euro del presupuesto de la Casa Real española o del Ministerio de Defensa. Que se podría tocar, perfectamente.
De hecho, estamos hablando de un borrador de programa económico. Quizás las bases de «Podemos» quieran recuperar la propuesta de Renta Básica que se presentó a las elecciones europeas.
Me consta que la retirada de la propuesta inicial de Renta Básica ha creado mucho desánimo en algunos círculos de «Podemos». Tenían mucha esperanza en esta propuesta y estaba muy extendida dentro de la organización. He dado media docena de charlas y tengo previstas media docena más organizadas por círculos de «Podemos» de todo el Reino de España en las próximas semanas. Yo se la explico. No soy de «Podemos» y los veo desanimados porque daban por hecho que el partido defendería la Renta Básica.
Daniel Raventós, editor de 'Sin Permiso' i un dels principals impulsors de la Renda Bàsica. /ENRIC CATALÀ
«Se puede financiar una Renta Básica de 7.500 euros anuales sin tocar ningún servicio del Estado del bienestar». /ENRIC CATALÀ
Ya hace tiempo que está en marcha una iniciativa legislativa popular por una Renta Básica en España.
Esta ILP nace antes que «Podemos». Presenta dos fases. La primera para ayudar a la gente más necesitada y después, una Renta Básica. Todos los que han estudiado esta cuestión saben que hay medidas que aparentemente te aproximan a la Renta Básica pero que, en la práctica, te pueden alejar de ella. Tampoco hablan de cómo se financiará. Si hubieran pedido mi opinión habría sido contrario a que se planteara de ese modo.
De todos modos, si llega la ILP al Congreso, tendrán que discutirla…
Si la ILP recoge las firmas necesarias, el Congreso está obligado a admitirla a trámite. Puede hacer lo que quiera. Recortarla, discutirla, deformarla completamente…
¡O mejorarla!
Este Congreso seguro que no. El que viene no lo sé, pero éste seguro que no la mejoraría.
El Parlamento de Cataluña está discutiendo la Renta Garantizada de Ciudadanía que firmaron más de 120.000 personas…
Aquí se aprovechó que el Estatuto de Autonomía habla de una Renta Garantizada de Ciudadanía y que el Parlamento debe desarrollar la legislación que la haga posible. En este sentido, en Cataluña se han hecho bien las cosas. Se aprovechó esta puerta legal. ¿Se hubiera podido ser más ambicioso? Claro, pero ahora mejor no entrar en ese debate.
Una puerta abierta que, sin embargo, como decía, puede alejar la Renta Básica.
Hay medidas que tienen los tradicionales defectos de los subsidios condicionados. Si dices que es un camino hacia la Renta Básica, algunos de los defectos que se puedan constatar pueden perjudicarla. Mucha gente, de forma honesta, ve defectos a la Renta Básica cuando, en realidad, está pensando en defectos de los subsidios condicionados.
Por ejemplo, la trampa de la pobreza. Se asocia desde hace muchos años a subsidios que están condicionados a no recibir otra fuente de ingresos. Si recibes el subsidio de paro, excepto en algunas situaciones limitadas y extrañas, no puedes tener, además, un salario normal y corriente. Cuando una persona está recibiendo el subsidio de paro y le ofrecen un trabajo con un sueldo bajo y por sólo tres o cuatro meses puede tener la tentación de no aceptarlo o pactar con el empresario cobrarlo en negro. Esta disyuntiva no existe con la Renta Básica. Al ser universal es compatible con otras fuentes de renta. El efecto disuasorio para buscar trabajo queda suprimido; o mucho más que con un subsidio condicionado.
Se han hecho estudios sobre el coste de una Renta Básica actual en el Reino de España. ¿Qué resultados dan?
Hemos publicado un avance que se puede ver en (http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7535) y ahora publicaremos todos los detalles, probablemente en forma de libro. La idea que sale es clarísima: es perfectamente posible financiar una Renta Básica. Hemos dispuesto de casi dos millones de declaraciones de IRPF de 2010, excepto de la comunidad autónoma vasca y navarra. Mediante una serie de reformas, se puede financiar una Renta Básica para toda la población adulta del Reino de España menos este par de comunidades de 7.500 euros al año, que es el umbral de la pobreza, y una quinta parte para los menores de 18 años.
Hemos hecho los cálculos con una recaudación igual que la actual. Queríamos que la propuesta fuera neutra fiscalmente en este sentido: no desviamos recursos hacia la Renta Básica. Muchos economistas, la mayoría de derechas, multiplican los 7.500 euros por el número de habitantes de España y dicen que es una barbaridad. Pero explicamos por activa y por pasiva que hay muchos gastos actuales que no se harían con la Renta Básica. Todos los subsidios y prestaciones públicas inferiores a la Renta Básica desaparecen. Y los que son superiores no desaparecen pero se complementan.
Si una persona está recibiendo una pensión de 1.500 euros al mes, se queda con los 1.500: 650 de la Renta Básica y 850 como pensión. La persona que recibe un subsidio o pensión de 400, pasará de 400 a 650 euros. Nuestra propuesta supone una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población: gana más del 70 por ciento de la población menos rica.
Pedro Sánchez preguntó a «Podemos» de dónde sacaría los 160.000 millones de euros para la Renta Básica que defendía.
Se le debe decir que primero entienda de qué va la cosa y que hable después. Los diputados, los políticos que hacen estas afirmaciones deberían saber de qué hablan. Entre otras cosas, cobran del presupuesto público y es justo exigirles que no hablen por hablar. Y mucho menos admisible aún es que muestren su ignorancia haciendo además demagogia.
Está claro que más que tener un problema, Pedro Sánchez es él mismo un problema. La cosa va mucho más lejos que esta tontería de los 160.000 euros. Recientemente también dijo en referencia a Cataluña: «Es esencialmente antidemocrático que un Estado se secesione». Uno se pregunta: ¿es más democrático no llegar ni a consultar a este pueblo? Pero en fin, dejémoslo estar.
Pedro Sánchez tiene muchos economistas cerca. No le han pedido a usted que les explique su propuesta.
Todos están interesados antes de llegar al gobierno. El PSC, antes de conseguir el gobierno de la Generalitat, nos invitó a miembros de la Red de Renta Básica a algunas jornadas, incluso. Entonces todo era maravilloso. Una vez en el gobierno… Hay que decir, sin embargo, que hay muchos militantes del PSOE que están a favor de la Renta Básica.
No parece que el PSOE piense incluir la Renta Básica en sus programas electorales.
La Renta Básica es una medida de higiene pública. No es una propuesta radical como algunos despistados dicen. Sólo pretende que todo el mundo tenga la existencia material garantizada. Todas las políticas económicas que se han aplicado en este país han sido, con pocas excepciones, en beneficio de la minoría más rica. Lo muestran las estadísticas de distribución de la renta. Después de la crisis, especialmente después de las medidas que impuso Rodríguez Zapatero en mayo de 2010, que suponen su suicidio político, esta desigualdad aumenta. Y el Gobierno del PP todavía lo agrava más.
La Renta Básica sería, por una vez, componente de una política diferente.
¿Por qué ningún país del mundo ha optado por una Renta Básica?
Si la mayor parte del mundo ha optado por las minorías ricas es muy normal que no lo hagan por una Renta Básica. Pero maticemos. Alaska tiene Renta Básica desde hace unos 25 años. Desde mediados de los años ochenta, por una serie de casualidades, toda persona residente en Alaska, con una cierta antigüedad, recibe una Renta Básica independientemente de cualquier otra circunstancia. Estamos hablando de cantidades pequeñas. La vez que se han llevado más han sido 2.400 o 2.500 dólares anuales. Esto quiere decir que una familia de cinco miembros ha recibido 13.000 o 14.000 dólares, que no es para tirar cohetes pero tampoco es poco. E independientemente del sistema fiscal. No es financiación pública. Tienen una fundación que depende sobre todo del petróleo y reparte sus beneficios entre toda la población. Los beneficios oscilan. La Renta Básica ha sido de 2.500 dólares unos años y otros, inferior a 1.600 dólares. Los resultados han sido bastante buenos.
Tenemos el caso de la ciudad de México donde hay no una renta básica pero sí una pensión general básica para todas las personas de más de 68 años, con unos resultados fantásticos. Primero, la derecha se oponía. Ahora, ni se atreven.
¿Y en países como Ecuador o Venezuela, con gobiernos de izquierda?
Hay partidarios pero la Renta Básica es una propuesta todavía relativamente desconocida. Aquí, desde que Podemos la ha introducido hay muchísima gente que habla de ella, sobre todo si lo comparamos con hace un año.
El sufragio universal no existía en ningún lado hasta que no se puso en marcha en un país. O el matrimonio entre personas del mismo sexo. O la eutanasia.
En el Parlamento catalán había diputados que se oponían al matrimonio entre personas del mismo sexo con el argumento de que no existía en ningún país. Y luego como que son decisiones que producen efectos positivos, se consolidan. Incluso, el PP no lo ha echado atrás.
Daniel Raventós, editor de 'Sin Permiso' i un dels principals impulsors de la Renda Bàsica. /ENRIC CATALÀ
«¿La Renta Básica imposible? También lo decían de las vacaciones pagadas». /ENRIC CATALÀ
En la Unión Europea, ¿tiene sentido que se ponga en marcha una Renta Básica en un solo país?
La zona donde sería fantástico que se aplicara es en la Unión Europea pero no me imagino a Angela Merkel aceptándola. Hay que empezar por donde se pueda. Ha habido experiencias que se han ido copiando de unos países europeos a otros. Las rentas mínimas de inserción, con todas sus limitaciones, que se han ido poniendo en funcionamiento en todas las comunidades españolas, se iniciaron en Francia. Era una experiencia relativamente nueva y la primera en copiarla fue la comunidad vasca. Ahora, con nombres diferentes, existe en todas las comunidades.
¿Se podría aplicar una Renta Básica sólo en Cataluña?
No. Se podría hacer con un supuesto que era lo que hicimos en nuestro proyecto de financiación ahora hará más de un año (http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/RBnoinerte.pdf): que nos quedemos con todo del IRPF. El problema es político. Pero no económico. Ahora Cataluña se queda el 50% del IRPF.
Un argumento a favor de los independentistas.
O independientes o con todos los recursos fiscales.
La Renta Básica ¿es de derechas o de izquierdas?
Estar a favor de una Renta Básica no define si una persona es de derechas o de izquierdas. El mismo Milton Friedman pedía un impuesto negativo sobre la renta, que se parecía mucho a la Renta Básica, a cambio de suprimir algunas ventajas del estado del bienestar.
La diferencia está en cómo se financia. Si recortas el estado del bienestar para financiar una Renta Básica aplicas una propuesta de derechas. Si, en cambio, haces una gran redistribución de riqueza para financiarla, es de izquierdas. Hay gente con la que políticamente estoy de acuerdo y discrepamos en la Renta Básica y hay gente que está a favor de la Renta Básica pero con la que no coincido nada políticamente. Y otra con la que no daría ni un paso…
Otra crítica: Si se aplica la Renta Básica en Cataluña todo el mundo querrá venir a vivir aquí.
Es lo que se dijo cuando la comunidad vasca fue la primera en aprobar una renta mínima de inserción (¡que por razones largas de explicar se llamó entonces Renta Básica!). Se quedaron con el nombre pero no con el concepto. Los riojanos podrían ir perfectamente a cobrarla. Pero no pasó nada. Trasladarte a otro lugar sólo para conseguir una renta de este tipo tiene más costes que beneficios. No la recibes el primer día. Tienes que estar unos meses empadronado antes de cobrarla. Hay que cumplir una serie de condiciones.
Usted dice que la Renta Básica acabará con el efecto disciplinador de la fuerza de trabajo.
El economista Michal Kalecki decía que cuanto más nos apartamos del pleno empleo más aumenta el efecto disciplinador de la fuerza de trabajo. La gente cuando ve que las posibilidades de perder el puesto de trabajo son muy grandes está mucho más dispuesta a aceptar recortes en las condiciones laborales, no sólo monetarias, a trabajar más, a tener menos vacaciones … Esto lo vemos mucho ahora. La alternativa de quedarse sin trabajo siempre es peor.
Kalecki decía que, por supuesto, el capital está interesado en que toda la gente tenga poder adquisitivo suficiente para comprar mercancías pero es superior su preferencia por el efecto disciplinador que supone que la gente desocupada esté predispuesta a aceptar condiciones precarias de trabajo.
Una Renta Básica rompería este efecto disciplinador porque tienes un mínimo vital. Cuando determinamos esta cantidad de 7.500 euros anuales estamos jugando con el criterio de la pobreza. Una persona que recibe esta cantidad ya no es técnicamente pobre. No vivirá en la abundancia pero no aceptará cualquier trabajo con la pasividad o necesidad que lo haría sin la Renta Básica.
Además, hay un incremento de la capacidad negociadora de los trabajadores. No es lo mismo quedarse en la calle sin un euro, que hacerlo con 650 euros mensuales. No aceptarán trabajar por 700 euros en unas condiciones laborales miserables si tienen 650 garantizados.
¿Y los trabajos duros, desagradables que nadie quiere hacer?
Que desaparezcan. Sería uno de los grandes efectos de la Renta Básica. Cuando estamos hablando de trabajos duros, desagradables, tenemos que pensar que con una Renta Básica habría la tendencia indiscutible a subir los sueldos para hacerlas atractivos. Y habría otros trabajos, de salarios bastante elevados, que la gente estaría dispuesto a hacer aunque los bajaran. El salario de un profesor de universidad podría bajar un poco. A la inmensa mayoría de los profesores les gusta su trabajo. Tiene un cierto prestigio y hay que tener en cuenta que hay gente muy vanidosa…
Es indiscutible que una Renta Básica haría a la gente mucho más libre para redistribuir su tiempo en los tres tipos de trabajo. Sigue habiendo la confusión entre trabajo y empleo. Empleo es el trabajo con remuneración monetaria. Pero se puede trabajar para satisfacción propia, por solidaridad, por militancia … de forma voluntaria. También está el trabajo doméstico.
Una de las grandes ventajas de la Renta Básica es que, frente a la ocupación, revaloriza los otros dos tipos de trabajo. Otra cosa es que no aumenten el Producto Interior Bruto. Pero como muchos otros han estudiado: este PIB que tenemos merece ser cambiado en su composición en muchos sentidos.
La sociedad no estaría tan obsesionada con las cifras del paro.
La Renta Básica puede arreglar lo que puede arreglar. Ella sola no resuelve todos los problemas. Hay especialistas en la Renta Básica que la vinculan con el reparto del trabajo, con la reducción de las horas de trabajo. Yo no cuento todo un programa de política económica, sino una sola medida. Pero, efectivamente, en mi opinión, la Renta Básica sería una de las medidas importantísimas de otra política económica.
Tantos años después de empezar este combate, ¿cree que un día verá como algún país pone en práctica la Renta Básica?
Dependerá, como siempre, de cómo lo vea una parte importante de la población. Es significativo que es mucho más conocida popularmente ahora que hace un año o un año y medio y con mucho más apoyo. A través de la red mucha gente, de todo tipo, ve que la Renta Básica resuelve muchos problemas de forma inmediata. Por eso molesta a la derecha y a una cierta izquierda «carcamalística».
Sería una medida casi inmediata (insisto: casi inmediata) para asegurar la existencia material de toda la población. Lo he dicho en pocas palabras pero sería una realidad que, evidentemente, remueve muchas cosas. Unos por interés, otros por pusilanimidad y aún otros por incomprensión (sin negar que hay gente que efectivamente tiene diferencias de principio) constatan que es una propuesta no exenta de polémica. ¡Y cuál no en una sociedad tan desigual como la nuestra!
Quienes controlan el sistema financiero no están muy interesados en el éxito de la Renta Básica.
Ni en la Renta Básica ni en nada que suponga mejorar la situación de una parte de la población que no es estrictamente rica. Esto ha ocurrido históricamente con todo. Cuando se discutían las vacaciones pagadas de los trabajadores, los empresarios decían que se alcoholizarían. Fue el Frente Popular quien las implantó en Francia.
El salario mínimo interprofesional fue muy criticado por la patronal. Como ahora. Intentan que se suprima con excusas tan peregrinas como que muchos jóvenes no pueden trabajar porque las empresas no pueden ofrecer un salario inferior al salario mínimo interprofesional. ¿La conclusión es hacer trabajo esclavo? Poco interesante para la mayoría de la población…
Alemania acaba de implantar el salario mínimo con una oposición frontal de su empresariado y a regañadientes de la propia canciller.
El presente, como es normal, nos afecta más que el pasado. Hace un año o un año y medio si nos hubiéramos planteado que Syriza podía ganar las elecciones en Grecia o Podemos en el Reino de España nos habría parecido imposible.
Es aquella frase del novelista Arthur Clarke: Toda nueva y buena idea pasa por tres fases. La primera es: “Imposible, no me hable de tonterías”. La segunda es: “Se puede hacer, pero hay cosas más importantes que hacer”. Y la tercera: “Ya hace tiempo que venía diciendo que era interesante”.
Daniel Raventós, editor de 'Sin Permiso' i un dels principals impulsors de la Renda Bàsica. /ENRIC CATALÀ
Daniel Raventós, editor de ‘Sin Permiso’ i un dels principals impulsors de la Renda Bàsica. /ENRIC CATALÀ

La estrategia económica de Podemos va en la buena dirección pero puede, y debe, ir más allá

Article publicat a  Sin Permiso

Giorgos Kallis · · · · ·
 
28/12/14
 

¿Austeridad o estímulo?

Esta es la cuestión  para  economistas y gobiernos tras las secuelas de la crisis. En Europa la austeridad no está funcionando ni económicamenteni mucho menos socialmente, excepto  para proteger  la riqueza del 1%. En E.E.U.U. se evitó lo peor con las medidas de estímulo impulsadas  por la deuda, pero la recuperación aún está por llegar, lo que indica un «estancamiento secular». Tal como hemos argumentado  en  «Decrecimiento. Un vocabulario para una nueva era»,  el propio dilema austeridad vs. estímulo ha quedado obsoleto. Hemos entrado en una nueva era en la cual relanzar el crecimiento, ya sea por medio de la austeridad o del estímulo, no es posible ni sostenible. El rápido crecimiento de la posguerra en Occidente es una excepción histórica, resultado de una reconstrucción después de una catástrofe sin precedentes. Un crecimiento anual del 2% duplica la economíaen 35 años. Al paso al que se están agotando los recursosnaturales baratos, cada vez se hace más difícil mantener este ritmo. Del mismo modo, va a ser muy difícil que demanda e inversiones continúen doblándose en cada generación y, más aún, en las economías maduras. En la década de 1980 y 90 las altas tasas de crecimiento se pudieron mantener a base de burbujas, productos financieros ficticios y de deuda pública y privada, postergando las consecuencias para el futuro. Pero incluso si el crecimiento continuado fuera posible, no sería deseable. Es causa directa del cambio climático y  por encima de un cierto nivel de riqueza tiene más costes que beneficios sociales sin hacernos más felices. Sin embargo, para el economista Tim Jacksonla cuestión central de nuestra época no es austeridad o estimulo, sino como garantizar la prosperidad sin crecimiento, en otras palabras, cómo hacer que el decrecimiento sea estable.

En este terreno, no esperamos  nada de los conservadores o socioliberales que gobiernan Europa. Ambos han abrazado, más o menos, la austeridad con algunos gastos para clientelas seleccionadas. La izquierda tradicional, socialista o keynesiana, está también apegada a la idea del desarrollo de las fuerzas de producción.  Los Verdes, en los lugares donde gobiernan, como en Alemania, apuestan por el mito del “crecimiento verde”. En otros países donde son más radicales, como en España o en Grecia, donde sí hablan de decrecimiento, tienen desafortunadamente una escasa influencia electoral. Así que cuando Podemos, un nuevopartido de izquierda radical formado por treintañeros, nacido de las Universidades y las plazas ocupadas y desde hace unos meses encabezando lasencuestas en España, lanza su estrategia económica, se tiene  curiosidad y esperanza por si se va a apostar por algo distinto. En el documento de Podemos, elaborado por los profesores Navarro y Torres, y publicado el pasado mes, hay muchos elementos positivos desde la perspectiva de la prosperidad sin crecimiento, aunque este no sea  su objetivo.
En primer lugar, da un fuerte respaldo a la redistribución con impuestos más altos para el capital y las rentas altas, una renta  mínima garantizada y límites a las diferencias salariales dentro de las empresas. Si el crecimiento está llegando a su fin, asegurar un mínimo vital para todos y reducir la desigualdad es básico.
En segundo lugar, el documento apela a los  impuestos para frenar las transacciones financieras y la especulación en bolsa y propone una serie de reformas en el sistema bancario para desviar la capacidad de financiación desde las  burbujashacia las necesidades reales de las pequeñas empresas y las clases trabajadoras. Dirigir las finanzas hacia las necesidades reales con valor social añadido es un paso básico hacia la prosperidad
En tercer lugar, apela al debate democrático para reestructurar y cancelar parte de la deuda privada y pública. De hecho, como argumenta Federico Demaria, no se puede obligar a la economía a crecer artificialmente solo para pagar las deudas que alimentaron el crecimiento ficticio del pasado; parte de la deuda tiene que ser cancelada.
En cuarto lugar, el documento propone una semana laboral de 35 horas. En una economía sin crecimiento, sólo se pueden crear más puestos de trabajo si todos nosotros trabajamos  menos.
En quinto lugar, el documento llama a un cambio en las inversiones hacia las industrias limpias y las energías renovables, imponiendo una moratoria a todos los  megaproyectos en infraestructuras desorbitadamente costosos y corruptos. Esto es parecido  a lo que Naomi Klein llama “decrecimiento selectivo”. También cambia el objeto de la inversión pública hacia  el cuidado y la educación y llama al apoyo de las cooperativas. En una economía de crecimiento nulo o bajo, las cooperativas tienen una ventaja natural: no requieren ganancias crecientes. Y en un contexto de desempleo, los sectores intensivos en trabajo dedicados al cuidado proporcionan más empleo y de mayor valor social.

Los grupos de trabajo de Podemos yun proceso de consulta concretarán la implantación de la estrategia. Una cuestión clave es cómo se va a reestructurar la deuda  privada y pública. No debe ocurrir, como ha ocurrido en Grecia o Chipre, que sean losacreedores o los deudoresricos quienes se beneficien y los pequeños ahorradores, españoles o  extranjeros, los que pierdan. El documento llama también a mejorar la eficiencia del sector público pero, aparte de las buenas intenciones, no concreta ninguna nuevaalternativa de izquierdas a losrecortes de los neoliberales, las privatizaciones y la externalización. Se pierde una oportunidad para tomar ideas e inspiración de la floreciente economía cooperativa en España, en la que los grupos de ayuda mutua organizan soluciones asequibles para la salud, educación, alimentación, vivienda o servicios. Estas soluciones podrían regenerar los servicios de bienestar, reduciendo sus costes de manteniendo y profundizando en su carácter público.

El estímulo al consumo está en el núcleode la estrategia, pero los autoreshacen hincapié en que buscan un consumo ecológicamente sostenible. No quieren volver  al período anterior a la crisis con un crecimiento impulsado por la deuda y destructor del  medioambiente. Sin embargo, no está claro cómo ni por qué van a obtener este resultado a partir de la combinaciónde políticas propuesta. Sin ninguna otra medida complementaria la reducción de la deuday la mejora de los flujos de créditopueden relanzar el crecimiento insostenible. La reducción de las horas de trabajo puede liberar tiempo para el consumo material. ¿Qué va a hacer Podemos si de nuevo comienza un crecimiento insostenible? El paquete de medidas propuesto necesita ser complementado con las siguientes medidas:
Primero, límites obligados al  total del  carbono y de los materiales  empleados en la economía española (incluyendo los incorporados  en los productos importados) y   límites a la presión ambiental, como el total de tierras que pueden ser urbanizadas, el agua utilizada en la agricultura o las nuevas instalaciones turísticas permitidas.
Segundo, prohibición de las mega-infraestructuras que debería extenderse a una moratoria de todos los proyectos perjudiciales ambientalmente, como nuevas presas, minas o promociones inmobiliarias (hay muchas viviendas vacías que pueden ocuparse antes de empezar a construir de nuevo).
Tercero, es necesario aplicar controles más estrictos en materia de publicidad.
Cuarto y más importante, se necesita un cambio en la fiscalidad, reduciendo los impuestos sobre el trabajo y redirigiéndolos hacia el uso de los recursos, con un diseño favorable a las rentas más bajas.

La pr
osperidad sin crecimiento no es el objetivo de la estrategia, pero puede ser su resultado. Los autores reconocen que la inversión en el cuidado y la educación a lo mejor no van a aumentar el PIB inmediatamente. Están seguros de que sí lo harán a la larga, pero no dan ningún argumento convincente del por qué. Sea lo que sea, coincido con  Yayo Herrero en que tenemos que “salir de la dicotomía keynesianismo-decrecimiento”.Las políticas públicas y las inversiones también van a ser necesarias en la transición hacia el decrecimiento. Un “keynesianismo” verde no es una mala cosa, aunque como he sostenido en otras partes, es improbable que conduzca al crecimiento. Y las políticas de Navarro-Torres no son Keynesianas estrictamente hablando: ellos no pretenden estimular cualquierconsumo, sino el consumo que satisfaga las necesidades básicas. En resumen, las políticas que proponen son buenas, independiente de su efecto sobre el crecimiento. Pero si ignoramos el PIB, como ellos correctamente hacen en su documento, entonces necesitaremos nuevas métricas del bienestar para evaluar el éxito de esas políticas. Y tendremos que asegurar que los objetivos de dichas políticas se puedan alcanzar en el caso de que, tal como yo creo,  el PIB o la actividad económica, de forma más general, se niegue a crecer, lo que significa que Podemos tendría que manejarse con  unos ingresos públicos estancados. Sin crecimiento, una cuestión clave es como se puede asegurar un estándar de vida digno para todos desde la, todavía considerable,  riqueza común aunque no creciente.
En este contexto, será un error si Podemos se rinde en la cuestión de la Renta Básica. El informe de Navarro-Torres sugiere, en su lugar,  una renta mínima garantizada para aquellos que no puedan encontrar trabajo. La ventaja de una renta básica universal como un derecho de la ciudadanía es que elimina el estigma del desempleo. No es un factor disuasorio del trabajo ya que la gente la recibe sin condiciones y proporciona seguridad complementaria para aquellos que quieran trabajar menos horas retribuidas y dedicar más tiempo a la familia, al cuidado, al ocio, al desarrollo personal, al voluntariado  o al trabajo político. Los estudios preliminares muestran que una renta básica mensual de 400 a 600 euros por persona es factible en España sin cambios dramáticos en los impuestos. Si a una Renta Básica le unimos el acceso a un paquete mínimo de recursos (energía, agua, alimentos y vivienda) necesarios para satisfacer las necesidades básicas a  un coste bajo o gratuito garantizado por el Estado, he aquí un nuevo contrato social. Un contrato que puede garantizar la prosperidad de todas y todos sin crecimiento.
Giorgos Kallis es profesor de ICREA del ICTA-UAB

¿Podemos aspirar a un populismo ecologista?

Article publicat a  eldiario.es

  • Pablo Iglesias, que es un populista en el mejor sentido de la palabra, no navega la ola del descontento ciudadano con las velas de la ecología política
  • Es cierto que algunas de las cosas que hay que hacer para lograr un encaje sostenible dentro de la biosfera tienen poco de populares, pero, aún así, el ecologismo político y concreto tiene potencial para ser popular
Salvados, 26 octubre, Jordi Évole le pregunta a Pablo Iglesias si aplicar políticas expansivas para salir de la crisis no equivale a incentivar el consumismo, a lo que Pablo le contesta: « no se puede hacer una enmienda a la totalidad del sistema; tú y yo nos podemos poner de acuerdo en que el capitalismo nos conduce al desastre ecológico, pero ahora lo importante es dar de comer a la gente«. Este revelador intercambio se produce además en Ecuador, país lider en redistribución de la riqueza; riqueza que sin embargo sigue vinculada a la lógica extractivista. No en vano el presidente Correa ha llegado a acusar a los críticos con la extracción de petróleo en la selva de «causar el caos» y difundir «mentiras».
Siguiendo este hilo argumental, ¿concluiremos pues que Podemos es otro afiliado mas a la Iglesia del Crecimiento, fiel devoto del aumento del PIB como remedio universal de todos los males? No, es mas complejo. De hecho, el programa económico que debate estos días pone las bases imprescindibles para una sostenibilidad digna de este nombre. Medidas como la banca pública o la auditoria de la deuda apuntan a lo fundamental, que es recuperar el control sobre la planificación democrática de lo común. Otras medidas, como el defensor de las generaciones futuras -mas allá del inevitable escepticismo que produce por su resonancia a cargo de segunda fila- introducen conceptos revolucionarios y ensanchan el debate. Así pues, en que quedamos, ¿entra o no la crisis ecológica entre las urgencias que agita Podemos?
Para empezar, lo de las «generaciones futuras» suena equivocamente lejano. No, este problema no incumbe solo a nuestros nietos. Es cierto que la crisis ecológica parece aún relativamente alejada de nuestro día a día, pero esto se debe a que algunos de sus principales efectos -destrucción del litoral aparte- estan deslocalizados. Por ejemplo, la soja que alimenta nuestro ganado no arrasa nuestros bosques; y contabilizarle a los chinos como propias todas sus emisiones de CO2, siendo la fábrica de occidente, como que no cuela. Así que es una estrategia injusta, y además, debido a la escala global del problema, con fecha límite. Por no decir que la crisis ecológica no cuestiona solamente el modelo de redistribución, sino una inercia económica de quinientos años. Y ante todo esto -disculpad la contradicción tonta en los términos- el debate social está bastante verde.
Por eso Pablo Iglesias, que es un populista en el mejor sentido de la palabra, no navega la ola del descontento ciudadano con las velas de la ecología política. Obvio, algunas de las cosas que hay que hacer para lograr un encaje sostenible dentro de la biosfera tienen poco de populares. Pero cuando Iglesias le dice a Évole, con mas razón que un santo, que « los ricos son como niños a los que no hay que dejar que se coman todos los caramelos que quieran»… ¿qué opina de los demás? Las golpeadas pero a la vez crecientes clases medias globales que soñamos con iPhones y trenes de alta velocidad… ¿podemos comernos todos los caramelos que queramos? Me temo que es una de esas preguntas con respuestas genéricas ecofriendly pero que a la hora de concretar devienen tabú político.
Ojo, nadie le pide a Podemos que no recoja el descontento para reciclarlo en poder efectivo. Es inteligente, es necesario y es ético, pero sí podemos pedirles -y pedirnos- un debate público que redifina lo deseable y lo posible. Igual que en este país nadie es racista, todos somos ecologistas, pero a la hora de la verdad seguimos orbitando alrededor de la mitologia productivista socialdemócrata. No es fácil salirse del esquema. Cuando por ejemplo los mercados nos obligan a situar la lucha por la sanidad pública en mantener su carácter público y universal, ¿qué espacio queda para la igualmente importante lucha por una sanidad preventiva, holística y desmedicalizada? ¿Comer sano y ecológico, nacer por parto natural o no dejarse la vida en trabajos sórdidos, no se siguen percibiendo como conquistas secundarias reservadas a la clase media-alta o a subculturas alternativas? ¿Como vamos a poner estas cosas sobre la mesa si hay que ser competitivos y mantener el tipo geopolítico?
Y a pesar de todos estos obstáculos, el ecologismo político y concreto tiene potencial para ser popular. A mi entender Pablo Iglesias debería haber contestado que es tan urgente salir del abismo como hacerlo sin poner en contradicción justicia social y medio ambiente. Es decir, que para « dar de comer a la gente» no sirve dar pan para hoy y hambre para mañana; y que el pan y las rosas se llaman hoy justicia ambiental. Pero en lugar de eso parece remitirse otra vez a la idea de las etapas. Si antes necesitábamos la dictadura del proletariado para llegar algún día al paraíso comunista, ahora parece que necesitamos el crecimiento capitalista regulado para llegar algún día a un Estado del Bienestar ecológico, autogestionario y, por fin, relajado. Y sin embargo, hay al menos dos elementos que cuestionan este enfoque, sin negar por ello lo que también tiene de razonable.
El primero ya cansa de tanto repetirlo, pero desgraciadamente es cada vez mas real: la urgencia. No hay tiempo para una adaptación lenta y progresiva al cambio climático, al declive de materias primas cruciales o a la pérdida de biodiversidad. No es una opinión, es un consenso científico. Y es irónico que en una civilización que pone a la ciencia en un altar este consenso en concreto sea tan poco escuchado. Lo segundo es que el ecologismo no pide una « enmienda a la totalidad» sino que el camino se haga al andar. Ya dijo Albert Einstein que no se puede resolver un problema usando el mismo estado de conciencia que lo creó. Esa nueva conciencia es el hilo invisible que une fenómenos dispares como el consumo colaborativo (el de verdad, no el de alquilar a particulares), las leyes contra la obsolescencia programada que se están debatiendo en Francia o los circuitos cortos de distribución alimentaria que proliferan por todo el territorio.
Tal vez ha llegado el momento de resignificar la «austeridad» y crear un nuevo contrato social basado tanto en el afán de supervivencia como en el deseo de igualdad. El trato vendría a ser: vamos a garantizarnos entre todos los comunes básicos: agua, energía, vivienda, trabajo, comida, cultura… y a cambio nos vamos quitando de los caramelos que se están cargando ahora el planeta. Pero para llegar a eso hay que empezar a deconstruir las nociones convencionales de valor, capital, inversión y riqueza, que no son útiles en esta tarea. Y a popularizar que los almacenamientos más importantes de valor futuro no son las urbanizaciones fantasma o las bolsas de gas de esquisto, sino el suelo fértil con un alto contenido de humus; los bancos de peces, los reservorios de agua o las construcciones solares pasivas.
En definitiva, si como dice Equo se pueden crear cientos de miles de empleos en sectores como energía renovable, rehabilitación de edificios o agricultura ecológica… ¿no dan mas ganas de enfrentar la casta transnacional y recuperar el transporte, la comida o hasta el mismísimo tiempo?  Quizás es este el populismo que necesitamos para llegar al buen vivir ibérico.

Surfistas sin olas: ¿ha muerto ahogada la socialdemocracia?

Article publicat a la revista  Sin Permiso 

Neal Lawson · · · · ·
 
14/12/14
 
¿Está ya muerta la socialdemocracia y, como el proverbial pollo sin cabeza, damos instintivamente vueltas al patio antes de derrumbarnos definitivamente? Si está viva la socialdemocracia, resulta difícil saber cómo o por qué. Examinemos las pruebas.  
No hay ningún partido socialdemócrata a la cabeza en ninguna parte del mundo. Desde luego, hay partidos en el gobierno – como es el caso en Dinamarca, Suecia, Alemania y Francia, por sí mismos o formando parte de una coalición – pero esto sucede por accidente o tiende a ser resultado de los fallos de la derecha. Y en el poder, los socialdemócratas tienden a seguir las medidas de austeridad o de austeridad light. Ningún partido socialdemócrata posee un conjunto de ideas intelectuales y organizativas dotado de contundencia y seguridad que  impulse un proyecto político alternativo. El futuro parece increíblemente sombrío. ¿Por qué?
No es difícil descubrir las razones. La socialdemocracia es una creación del siglo XIX que logró algunos éxitos en el siglo XX, pero está irremediablemente mal preparada para el XXI. Esto se debe a que han desaparecido todas las fuerzas que antaño hicieron fuertes a los socialdemócratas. La experiencia colectiva de la guerra, la existencia de una clase trabajadora unificada, organizada y aparentemente en crecimiento, la inquietante presencia de la Unión Soviética – una amenazadora alternativa al libre mercado que obligaba a grandes concesiones a los patronos que temían que se produjeran revoluciones en Occidente – todo ello se combinaba para garantizar que el capitalismo llegara temporalmente a compromisos históricos con los partidos socialdemócratas.
A toro pasado, esta ‘época dorada’ debería contemplarse como una incidencia pasajera, pero los socialdemócratas han seguido confundiéndola con la norma. Agravan luego este error con efectos demoledores. Al haber perdido sus fuentes externas de poder, se centran casi enteramente en elegir a los ‘líderes adecuados’ que, creen ellos, restablecerán la ‘era dorada’ desde arriba. Se trata de una política tecnocrática carente de movimientos, de toda comprensión del contexto histórico o de la geopolítica que configura la acciones cotidianas tanto de los políticos como de la gente. Los socialdemócratas son surfistas sin olas.
Pero el tiempo no se ha quedado quieto. Los respaldos de la socialdemocracia en el siglo XX no sólo se han evaporado sino que han sido reemplazados por otras fuerzas hostiles. La globalización y la individualización actúan como tenazas que restringen aún más las posibilidades de cualquier renovación socialdemócrata. La globalización – la fuga del capital y la presión a la baja sobre los impuestos y regulaciones que fomenta – señala la sentencia de muerte del socialismo en un solo país. Entretanto, el individualismo y la cultura del turboconsumo hacen difícil la solidaridad social, por decir lo mínimo. En un mundo así, no solo hemos perdido, afortunadamente, el sentido de deferencia que hizo posible buena parte de la socialdemocracia paternalista sino que la buena vida se ha convertido en algo que ha de adquirir el consumidor solitario y no creado colectivamente por los ciudadanos. La inacabable formación y reforma de nuestras identidades por medio de un consumo competitivo destruye el tejido social mismo en el que tiene que enraizarse la socialdemocracia. Pareciera que hoy en día no hay alternativa.  .
La breve mejora de la suerte electoral de los socialdemócratas a mediados de los años 90 en torno a la Tercera Vía, el nuevo centro y elclintonismose consiguieron a costa de una mayor erosión de una base electoral a la que cada vez se ignoraba más. En la errada creencia de que no se podía ir a ningún otro sitio, su apoyo central se trocó por unos valores y una dependencia centrales de un disfuncional capitalismo financiarizado, lo cual acabó siendo espectacularmente contraproducente en 2008, pillándose los socialdemócratas los dedos en la caja neoliberal.
Esta crisis existencial de la socialdemocracia encuentra su expresión última en la crisis continuada del capitalismo. Si la meta histórica de la socialdemocracia consiste en humanizar el capitalismo, entonces la forma en que se han utilizado las finanzas públicas para rescatar a los bancos a expensas de aquellos que son víctimas del capitalismo demuestra la insuficiencia de la posición socialdemócrata.    
Allí donde la crisis ha golpeado con más dureza, han caído los socialdemócratas más abajo y más rápido. Hoy en día apenas existe el PASOK en Grecia. Al PSOE le va mal en España y le ha superado Podemos en las encuestas, ¡un partido que tiene menos de un año de vida! En Escocia, el laborismo se enfrenta a su substitución por los nacionalistas. En todos los demás lugares, los socialdemócratas forcejean mientras barren Europa el populismo y el ánimo antipolítico.
Todo esto resulta evidente. Pero los socialdemócratas parecen incapaces de hacer otra cosa que no sea encogerse de hombros y volver a las mismas ortodoxias. Se dan contra los bordes de los límites fiscales y regulatorios, pero nunca rompen con las constricciones del neoliberalismo. Actúan como si continuaran existiendo las mismas divisiones de clase, siguen dando por hecho su núcleo de votantes y se comportan como si el planeta no fuera finito. Rivalizan por llegar al poder, por empujar palancas que llevan mucho tiempo oxidadas y detenidas. El bagaje del pasado parece demasiado pesado para desprenderse de él. Adoptan la definición de Einstein de estupidez: hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado distinto.  
Así pues, ¿qué hay que hacer? Los socialdemócratas van a tener que ser valientes – valientes de verdad – o arrostrar la irrelevancia en el mejor de los casos, o la extinción en el peor. Hay tres retos clave.  
El primer reto consiste en redefinir el significado de la buena sociedad. La socialdemocracia lleva centrada demasiado tiempo en lo material. Si, queremos una mayor igualdad, pero ¿significa eso cada vez más consumo en una carrera en la que no se puede vencer? Si el televisor de plasma de los trabajadores no puede ser lo bastante grande, entonces el capitalismo siempre gana. Sencillamente, la cinta del consumo competitivo socava cualquier esperanza de solidaridad social lo mismo que destroza el medio ambiente. En lugar de más cosas que no sabíamos que queríamos, pagadas con dinero que no tenemos, para impresionar a gente que no conocemos, los socialdemócratas van a tener que hablar más de otras cosas: más tiempo, más espacio público, aire limpio, comunidad y autonomía. Esto sugiere una política de límites al horario laboral, de democracia y propiedad en el puesto de trabajo, de renta básica y estrictos controles sobre las emisiones de carbono..
El segundo reto consiste en un desplazamiento radical en términos de internacionalismo. Si el capitalismo ha rebasado la nación, entonces la socialdemocracia no tiene otra opción que hacer lo propio. Tiene que regular y controlar los mercados allí donde dañen a la gente o el planeta. Sí, esto resulta difícil y, sí, significa entregar soberanía. Pero el poder es vacuo si se blande a escala nacional cuando las decisiones económicas se toman en otros países y en otros continentes. Esta política se iniciaría a escala europea en torno a cuestiones como un salario mínimo en todo el continente y la armonización de los tipos impositivos empresariales.  
El tercer desafío es cultural. Los socialdemócratas van a tener que dejarlo correr. No hay lugar para vanguardias elegidas, que hacen cosas por la gente y para sí mismos. Los socialdemócratas van a tener que descubrir su nueva ubicación como una de las fuentes tan solo de empoderamiento para los ciudadanos. En lugar de mover palancas políticas, la tarea consiste en crear plataformas para que la gente pueda cambiar las cosas colectivamente por sí misma. Se trata de un papel más humilde, pero esencial y enteramente posible en la sociedad en red en la que Internet se ha convertido en el nexo principal de la cultura humana. Los partidos tienen que abrirse y desplegarse. Tienen que verse a sí mismos como parte tan solo de alianzas mucho más amplias en favor del cambio, no como depósito único de todo el saber y la acción. Los partidos van a tener que volverse verdaderamente democráticos, restringiendo el poder y creando programas de colaboración en asuntos como energía, préstamos y nuevos medios de comunicación.
Estos desafíos son inmensos y la escala de la transformación enorme. Pensemos en el súbito hundimiento de Kodak y el ascenso de Instagram. ¿Se puede hacer frente a estos retos? Sencillamente, no lo sabemos. Lo que no debemos es subestimar nuestra capacidad de cambio. El declive no es inevitable. La energía está ahí, pero los socialdemócratas van a tener que descubrir nuevas formas de aprovecharla. Todo depende de las decisiones políticas que tomemos. Se puede construir una nueva alianza política entre los pobres en recursos y sus alter egos pobres en tiempo. Pero el reloj sigue su tic-tac y estamos advertidos. .
Neal Lawson (1963) es presidente de Compass, un grupo de presión progresista, y miembro de la consultora de comunicación Jericho Chambers. También pertenece a la junta de organizaciones como UK Feminista y We own it!. En los años 80 trabajó como investigador de los sindicatos y fue asesor de Gordon Brown. Colaborador regular del diario The Guardian y el semanario The New Statesman, es director de colaboraciones en la revista socialdemócrata Renewal y miembro asociado del Instituto Bauman de la Universidad de Leeds. Entre sus libros se cuentan título como Dare More Democracy, The Advertising Effect (con Zoe Gannon) y All Consuming, este último sobre los efectos sociales destructivos del consumismo.
Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

Yayo Herrero: "La confluencia se alcanzará; lo contrario rompería con la lógica de Podemos"

Entrevista publicada a   eldiario.es

La activista, que deja la coordinación colegiada de Ecologistas en Acción tras nueve años en el cargo, advierte de la necesidad de explicar la verdad a la gente: «Los cambios que hay que hacer son de un calado muy grande y no le van a gustar a todo el mundo»«Los planteamientos de la economía ecologista y feminista son más fáciles de entender que cuando pretendemos que la mayoría entienda qué es la prima de riesgo o la Bolsa»

Yayo Herrero (Madrid, 1965) cierra un ciclo al frente de Ecologistas en Acción, cuya coordinación colegiada ha ocupado durante nueve años. Ahora, el sistema de renovación de la ONG pone fin a su mandato, aunque se mantendrá en el organigrama como la encargada de mediación y resolución de conflictos, una figura que considera fundamental para lograr la cohesión de una organización.
Herrero entró en la coordinadora de Ecologistas en 2005 cuando, como ella misma relata, «convocabas una manifestación para cualquier cosa y éramos 300». Desde entonces la movilización social creció sin parar. Hoy, toda esa energía está concentrada en lograr entrar en las instituciones: «Hay que construir un modelo político que esté dispuesto a dejarse interpelar, exigir y apoyar por la ciudadanía para corregir sus desviaciones».
Parte del periodo que ha pasado al frente de Ecologistas en Acción ha coincidido con un auge de la conflictividad social y movilización. ¿Cómo ha notado la organización esta situación?
Yo recuerdo los tiempos en los que convocabas una manifestación para cualquier cosa y éramos 300. La irrupción de ‘V de Vivienda’ y de Juventud sin Futuro fue muy importante. En aquél momento Ecologistas era reconocido por su capacidad para hacer de bisagra entre grupos y gente muy diferente y con los partidos. Luego llegó el 15M, que nos hizo rejuvenecer muchísimo como movimiento porque habíamos interiorizado la derrota. Nos habíamos convencido de que éramos un movimiento de minorías. Luego llegaron las mareas, el 25S, resurgió un nuevo movimiento vecinal y estuvimos en todo eso.
La situación parece haber virado y la presión en la calle se ha reconducido a una movilización para entrar en las instituciones.
En este último año se ha producido un trasvase del peso de la movilización a la construcción de iniciativas electorales y para una organización como la nuestra que quiere seguir siendo un movimiento social no es fácil. Hay gente de Ecologistas en los círculos de Podemos, colaboramos mucho con algunos sectores de IU que están atrapados en unas estructuras incomprensibles desde fuera. Algunos quieren ocupar la centralidad del tablero, otros reconstruir la izquierda del tablero y algunos tenemos la sensación de que nos hemos quedado sin tablero.
El detonante de las movilizaciones fue una profunda crisis económica. ¿Los postulados ecologistas se resienten en una situación así?
Sí. Dicho de una forma muy bruta, en muchas ocasiones se hace un análisis de la crisis absolutamente miope. Hay muchos siglos de construcción de una utopía emancipadora desvinculada de la materialidad de la Tierra, con la idea de que se podía crecer económicamente al margen de las materias primas y de los ecosistemas que las sostienen o de la gran cantidad de trabajo que se hace en los hogares.
Cuando empiezas a escuchar a gente muy bien intencionada que plantea reflotar el sistema sobre modelos productivos de antes de la crisis y con los mismos parámetros, pero esta vez de buen rollo y sin corrupción, da mucha pena. Hay gente que no lo ha interiorizado, otros que no lo saben explicar y parece que a priori no permite recolectar votos. Si hay un éxito importante en las iniciativas emancipadoras que están surgiendo y se llegara a gobernar, la cuestión de la escasez de las materias primas, de una OMC que funciona como funciona y de unos tratados de libre comercio que te aprisionan y restan la soberanía estarán ahí. Y no tratarlo ni explicarlo es un riesgo enorme porque puedes estar generando ilusión sobre un conjunto vacío. Y la gente no es idiota: las personas nos merecemos un respeto y cuando se nos explican las cosas las entendemos.
¿Tendríamos que dejar de lado el productivismo y comenzar a pensar seriamente en el decrecimiento?
Me gustaría salirme de esa dicotomía keynesianismo-decrecimiento porque sitúan en una confrontación a gente que no confronta tanto. El  documento de Torres y Navarro para Podemos tiene elementos que son muy salvables e interesantes desde el punto de vista ecologista, como estimular sectores que sean compatibles con el desarrollo de la naturaleza. Que la gente debe tener empleo, que el Estado tiene que tener un papel fundamental y que el modelo tiene que ser compensador y distributivo de la riqueza es una cosa obvia en el momento actual.
De lo que hablamos nosotros no es de reducir el PIB, sino de que este se tome como una especie de tótem indicador. Nosotros hablamos del decrecimiento de la esfera material de la economía porque nuestras sociedades van a tener que aprender a vivir con menos materiales y energía, con menos cobre, menos platino, menos litio, menos petróleo… Si a esto le sumamos el calentamiento global, que básicamente significa un cambio en las reglas que organizan lo vivo, te encuentras en un momento en que ese decrecimiento es una obligación. Así que vamos a pensar cómo vamos a hacerlo para evitar que quienes tengan el poder económico, político y militar sigan sosteniendo su estilo de vida a costa de una especie de ecofascismo que expulsa cada vez a más mayorías fuera del terreno.
¿Se puede construir un discurso mayoritario con esta base?
Estoy convencida de que sí. En los últimos años hemos ido a todo tipo de espacios, desde foros cristianos de base a sindicatos. Y cuando tienes tiempo para poner estas cosas encima de la mesa la gente lo entiende. Es perfectamente capaz de entenderlo. Si algo tienen los planteamientos de la economía ecologista y feminista es que son tan cercanos y tienen tanto que ver que son más fáciles de entender que cuando pretendemos que la mayoría entienda qué es la prima de riesgo o la Bolsa.
Comentábamos antes que la gente que hace unos años estaba catalizando las movilizaciones sociales hoy están intentando un proceso de confluencia que no es nuevo en España pero que parece más cerca de lograrse que nunca. ¿Cuál es tu valoración de este escenario?
Yo el que más conozco es el de Madrid y me parece muy interesante. Que en Ganemos se hayan juntado los que se han juntado ya me parece bueno en sí mismo: gente de partidos políticos que hasta hace unos meses no hablaban ni entre ellos, gente de las mareas y de los movimientos sociales, personas que vienen del mundo de la autonomía, etcétera. Hace cinco años era imposible ni imaginarlo. Ahora es muy importante que se acaben de  recoger las firmas necesarias para seguir con el proyecto.
El proceso parece a la vez que está a punto de despegar y de venirse abajo. ¿Qué sensación tiene usted?
Los que ponen siempre más problemas para confluir son los partidos políticos. Y probablemente empiece ahora una parte delicada. Las  declaraciones que hizo el otro día Jesús Montero [candidato a la Secretaría General de Podemos Madrid] no ayudan. En Ganemos, por lo que sé, no hay muchas cosas cerradas porque se ha tenido un enorme respeto a que se fueran dando los pasos que se tenían que dar dentro de Podemos. Y lo que ya se ha avanzado ha sido con la participación de gente de Podemos.
Esa confluencia se alcanzará. Lo contrario rompería con la lógica que ha impulsado Podemos. También es importante lo que pase en IU, que tiene que abrir las ventanas.
Otro reto que queda es el de construir equipos ilusionados. Imagínate que se llega al Ayuntamiento y ves que está terriblemente endeudado, con contratos atados y con un organigrama que marea. En esa situación tienes que llegar con ilusión y convencido de que la gente que te acompaña son tus compañeros, con quien puedes reírte. Y que si tienes ganas de llorar sea alguien que te quiere y te aprecia. Cuando se habla de cómo conformar listas o equipos no sé si lo tienen tan claro.
Estas conversaciones, negociaciones y debates se producen ahora mismo en un agente externo como es Ganemos. ¿Puede darse la confluencia en otro escenario?
Lo que está en juego es la voluntad política. ¿Queremos juntarnos con otros y otras para construir ese cambio de modelo? ¿Queremos hacerlo en diálogo con los movimientos sociales? ¿Creemos que además de una lista electoral hace falta un movimiento de base que sea contrapoder y presione para que hagamos las cosas que hay que hacer en la institución?
Yo estoy segura de que Felipe González no quería ser lo que fue de mayor; o que muchos sindicalistas no querían ser lo que son. No hay persona humana que esté libre de derivas y trayectorias. La única manera de paliar eso es construir un modelo político que esté dispuesto a dejarse interpelar, exigir y apoyar por la ciudadanía para corregir sus desviaciones. Por eso el planteamiento inicial de Ganemos me gustaba, porque se hablaba de la lista y a la vez se apostaba por un movimiento municipalista.
¿No vale con llegar a las instituciones para que todo cambie?
Los cambios que hay que hacer son de un calado muy grande y no le van a gustar a todo el mundo. Dentro del 99% hay unas diferencias de clase enormes. No hablamos solo de aplicar reformas fiscales para el 1% que todo el mundo piensa que es cualquiera menos él, sino que son para todo el mundo. Muchas de las cosas que hay que hacer van a depender de que la gente las quiera y de que estén dispuestas a defenderlas y apoyarlas en la calle, por eso creo que construir el movimiento de esa manera es necesario.
¿Qué necesita Ganemos Madrid para cuajar?
Tengo la sensación de que está en un estado más lento de lo deseable esperando a que Podemos se decida. Espero y deseo que Podemos Madrid plantee cuanto antes qué quiere construir. Y también me parece que tiene que haber personas concretas que sirvan de referentes.
Barcelona tiene ese liderazgo en la figura de Ada Colau. ¿Quién podría ser en Madrid?
A mí lo que más envidia me da de Barcelona es el equipo que tienen tan sólido y tan plural. En Madrid yo no conozco una persona que lo englobe todo, pero hay muchas personas activistas que tienen una trayectoria importante pero que no tienen una proyección mediática que las haga ser conocidas.
En nueve años han pasado muchas cosas, ¿qué diferencia la Ecologistas en Acción de entonces y la actual?
En lo interno lo que más destacaría es que estamos mucho más cohesionados. Ya tenemos 16 años y eso se nota. Hemos aprendido a conceder mucha importancia y a dedicar mucho tiempo a la resolución de conflictos internos. Yo dejo la coordinación de Ecologistas pero sigo en la organización encargada de la parte de mediación y resolución de conflictos. No es que salgan muchos, pero para tener una organización cohesionada hay que abordarlos para que nadie sienta que ha perdido.
¿Qué tipo de conflictos surgen en una organización como Ecologistas?
Son diferencias de posición. Tenemos muchos grupos territoriales y, por ejemplo, una determinada obra puede afectar a dos zonas con visiones distintas. Ecologistas es una organización hiperplural, con grupos muy conservacionistas y otros que vienen de la ecología política, que tenían visiones encontradas en el tema de la energía eólica o del uso de agrocombustibles. Es fundamental llegar a una posición de consenso; aunque se tarde en llegar.
¿Por qué las organizaciones intentan que desde fuera la sensación sea de que no existen disputas y conflictos?
Si tú empleas tiempo para el debate, en pié de igualdad, limpio y sincero, la postura a la que llegas al final es mucho mejor que a la que hubieran llegado las partes por separado. Tendrá más matices y se llega a una postura mucho más defendible y con la que la gente se siente más cómoda. Eso sí, lleva tiempo y hay que armarlo bien.
En lo externo, ¿qué cambios aprecia?
El movimiento ecologista ha jugado un papel importantísimo en mucho de lo que estamos vivienda. Ecologistas en Acción ha estado en la mayor parte de los procesos judiciales que han hecho aflorar los escándalos de corrupción, que han permitido evidenciar cómo se trasvasaban cantidades ingentes de dinero público a constructoras vía sobornos y que han desvelado cómo se han invertido cantidades tremendas en proyectos sin contenido social.
¿Ha sido sencillo poder implicarse en tantos casos?
Los grupos locales, a veces de cinco personas, se han revisado toda la documentación, han hecho alegaciones y han planteado denuncias donde es difícil hacerlas. Denunciar en Madrid la  Marina Isla de Valdecañas es bastante más fácil que hacerlo en El Gordo [Cáceres, municipio donde se sitúa el complejo turístico] para que te acaben echando del pueblo tus vecinos y vecinas. que han interiorizado los mitos de que todos estos atropellos se hacen para crear puestos de trabajo. Aunque seamos un país récord en infraestructuras y en paro.
Ha sido muy difícil oponerse a estas cosas. Somos una organización muy cohesionada y con la autoestima alta, pero nos llamaban cavernícolas y catastrofistas. Ahora la gente ha interiorizado que no somos catastrofistas, sino que vivimos en la catástrofe.
¿Y ha servido para algo?
Cuando vas a un círculo de Podemos o una asamblea de Ganemos o IU, a un espacio donde se junta gente, es muy fácil que salga el asunto del pico del petróleo y de la crisis energética; que se hable de cambio climático y de los límites físicos del planeta. Esto hace cinco o seis años no salía en ningún sitio. Y ha sido gracias al movimiento ecologista.
También hemos podido abrir el diálogo entre el ecologismo y el feminismo o el sindicalismo, de tal manera que al final te das cuenta de que es la voracidad de los negocios quien se está cargando el empleo decente, los ecosistemas e intenta recluir los trabajos que sostienen cotidianamente la vida a la esfera del hogar y sus relaciones patriarcales de por medio.
En algunos de esos casos, como el que menciona en Extremadura o el desdoblamiento de la carretera de los pantanos en Madrid, la Justicia les ha dado la razón pero no se han ejecutado las sentencias. ¿Tiene sentido destruir parte de una carretera una vez que se ha construido aunque se declare ilegal?
Podríamos llenar paredes de sentencias ganadas y no ejecutadas. La M30 es una vía ilegal, ganamos la sentencia y mira la de coches que pasan por ahí. Salvo en casos como el del Bernabéu, donde el juez ha decretado una paralización cautelar, lo que suele suceder es que ganas el juicio en primera instancia, el tribunal impone una fianza para paralizar cautelarmente la obra mientras se resuelven los recursos y, si no la puedes pagar, nada. En el caso de la Marina Isla de Valdecañas era una fianza millonaria. Tú ganas la sentencia pero tienes que poner dinero para que, si al final el empresario es el que gana en un órgano superior, no haya perdido ningún tipo de inversión en ningún momento. Es la misma lógica del caso Castor o del tratado de libre comercio que negocian la UE y EE UU.
Yo esto lo veo como el tema de la impunidad y la memoria histórica. Cuando nos planteamos desenterrar a las personas que están en las fosas no vamos a recuperar su vida, pero hay un tema de dignididad. Para nosotros, cuando se gana una sentencia y esta no se ejecuta asentamos esa idea de impunidad; de que aquí no pasa nada aunque te saltes la ley.
¿Y cuál ha sido la cruz de estos nueve años?
No hemos conseguido conectar con el imaginario colectivo de la gente, con las ideas de progreso, riqueza y bienestar que las personas tenemos metidas en la cabeza. Para la mayoría de la gente siguen siendo las mismas que le vienen muy bien al capital. Ahí tenemos un esfuerzo muy grande que hacer.
La campaña de Podemos y su salida a la política me ha dado mucho que pensar porque hay que reconocer que el esfuerzo que hicieron Pablo [Iglesias] o Íñigo [Errejón] ha ido muy directamente a conectar con preocupaciones que tenía la gente. Eso no lo hemos sabido hacer, aunque es verdad que no es lo mismo conectar con la preocupación por la corrupción cuando era visible y estaba demostrada que conectar con otras menos tangibles como el cambio climático.

Malentendiendo el significado de decrecimiento

Article publicat a  Público 

Giorgos Kallis y el colectivo Research & Degrowth
Podemos es una de las formaciones políticas más frescas y más prometedoras que la izquierda europea ha visto en décadas. Para aquellos que creemos que una sociedad igualitaria sólo puede ser aquella que denuncia la obsesión por el crecimiento, el hecho de que Pablo Iglesias firmara el manifiesto “la Última Llamada” fue una gran noticia. Aunque alguno pueda pensar que no tan grande, después de enterarnos de que posteriormente Podemos asignó su programa económico al profesor Vicenç Navarro, quien en una serie de artículos ninguneó el decrecimiento, a menudo con declaraciones duras. Preferimos seguir siendo optimistas y constructivos, ya que detestamos el sectarismo de izquierdas, especialmente cuando algo nuevo y potente está naciendo. Pero intelectualmente es importante especificar con precisión de qué trata el decrecimiento, aclarando algunos malentendidos incluidos en estos concretos  textos de Navarro (quien tan buen trabajo ha hecho durante décadas) y de ahí centrarnos sólo en nuestras diferencias reales, abriendo la posibilidad de converger.
En primer lugar, es importante señalar que se han producido avances importantes en el debate acerca del decrecimiento, señalados en  la cuarta Conferencia Internacional sobre Decrecimiento en Leipzig, el septiembre pasado, a la que asistieron 3.000 personas, avances que Navarro tal vez no conozca. En la conferencia destacó  una convergencia  significativa  entre el pensamiento radical de  izquierdas y  el verde, simbolizado por  el apoyo de las dos  fundaciones, Rosa Luxemburgo y  Heinrich Böll. En los textos de Navarro, el Decrecimiento se entiende en gran medida con referencia a los límites que los recursos naturales imponen al crecimiento y a la necesidad de adaptar nuestras políticas económicas a esta nueva realidad. Sin duda, esto forma parte de la teoría del decrecimiento, pero no es el único ni el principal punto como hemos explicado en nuestro reciente libro: vocabulary.degrowth.org.
El decrecimiento argumenta no sólo que el crecimiento no es posible, sino también que es indeseable. Es indeseable porque el crecimiento es destructivo para el medio ambiente y nos está llevando al borde del desastre climático. Tiene más costos que beneficios sociales en los países ricos, se produce a expensas de las comunidades situadas en las fronteras de las materias primas de donde se extraen los recursos. Y todo ello no nos hace más felices. El crecimiento tampoco puede erradicar la pobreza, una pobreza que es relativa y solo puede solucionarse con la redistribución.
A continuación  detallamos los principales errores en los que, en nuestra opinión, cae Navarro:
Primero, critica el decrecimiento por ser malthusiano. Pero lo que él describe no tiene nada que ver con lo que muchos de los que nos llamamos “decrecentistas” pensamos. Él dice que una figura de referencia para el movimiento pro decrecimiento es Paul Ehrlich, el autor en 1968 de “La bomba demográfica”. Acabamos de publicar ese volumen internacional sobre decrecimiento con más de 50 capítulos y 300 referencias (vocabulary.degrowth.org). Paul Ehrlich se cita una sola vez y esto, en un texto que sostiene que los decrecentistas no comparten su malthusianismo “top-down”. Los decrecentistas no se inspiran en Malthus, sino en los neo-malthusianos anarco-feministas de 1900, con Emma Goldman, Madeleine Pelletier, etc. Goldman y sus compañeras reclamaban el control sobre sus cuerpos y no querían producir un ejército de reserva barato y prescindible de mano de obra para las fábricas capitalistas ni “carne de cañón” para los militares imperialistas. Su elección prefiguraba el mundo que querían crear. Por cierto, apoyadas en Cataluña por Francisco Ferrer y Guardia.  Como escribió Maria Lacerda de Moura de Brasil, “amaos más y no os multipliquéis tanto”.  Del mismo modo, los decrecentistas, hoy, simplifican sus vidas y reducen el consumo, no para salvarse o salvar un “planeta” abstracto, sino como un acto político para socavar un sistema capitalista que se alimenta del consumo. Consumen menos y producen de manera diferente para crear un mundo más igualitario y más ecológico.
Segundo, sostiene que el decrecimiento es nostálgico de un pasado romántico que nunca existió. Cita a Serge Latouche que, durante su trabajo de campo en Laos, descubrió una sociedad que “no estaba ni desarrollada  ni sub-desarrollada, sino literalmente ” a-desarrollada “, es decir, fuera del desarrollo”. Navarro sostiene que Latouche omite que Laos era una sociedad feudal. Nos sorprendería que a Latouche, un antropólogo y economista capacitado, se le escapase que Laos era feudal. Cuando uno invoca una sociedad diferente para extraer lecciones para la nuestra, no significa que acepte todo lo que esta sociedad trae consigo; sólo está postulando posibilidades para la nuestra. El movimiento a favor de los bienes comunes (Commons), por ejemplo, se inspira en la gobernanza de los bienes comunales que precedieron a los cercamientos (enclosures) capitalistas. ¿Significa esto que aboga por un retorno al feudalismo y a las monarquías “por Dios, por la Patria y el Rey” contra el liberalismo burgués privatizador de bienes comunales? Claro que no. Extraemos del pasado lo que puede ser útil para hoy: por ejemplo, la idea de los bienes comunes es útil para repensar la gobernanza de los espacios públicos en las ciudades o de los espacios digitales en  Internet. De  forma parecida, Latouche se basa en Laos para reflexionar sobre la posibilidad del “a-desarrollo” en nuestra sociedad. Una tercera opción al dilema desarrollo o subdesarrollo, o crecimiento o crisis.
Como Latouche y otros antropólogos, los decrecentistas rechazan una marcada distinción entre  “un antes” y “un después” (después de ilustración, modernidad, desarrollo), esta distinción temporal que toma una expresión geográfico-espacial entre  “nosotros,  el Occidente avanzado ” y “ellos, el resto atrasado”. El decrecimiento ve el presente capitalista como lleno de elementos latentes de un pasado no capitalista, como las economías del regalo o los mercados de trueque o los bienes comunes de los parques urbanos; y es allí donde se encuentran  las semillas para un futuro diferente. Los restos de la “economía moral” como escribió E. P. Thompson, que hay que reavivar.
Tercero, afirma que “ser anticrecimiento, sin más, es una actitud que refleja un cierto inmovilismo que perjudicará a los mas débiles de la sociedad” y que “las necesidades de la población mundial son enormes” por lo que “una enorme redistribución de los recursos será necesaria pero insuficiente ya que habrá la necesidad de producir más y mejor. ” No está claro porqué el decrecimiento tiene que promover el inmovilismo. Lo que es cierto es que el argumento a favor de la redistribución se fortalecerá más que lo que se consigue en los periodos de bonanza económica, cuando los problemas se alejan simplemente porqué la marea sube elevando a la vez el nivel de todos los barcos. En un escenario de decrecimiento, ciertas actividades decrecerán y otras florecerán, abriendo oportunidades para nuevos trabajos y la innovación creativa. Decrecerá el uso de energía de los combustibles fósiles, por ejemplo, y el uso de muchos materiales. La movilidad social no es una cuestión de recursos totales, sino de acceso relativo a los bienes comunes, a las infraestructuras públicas, a la educación y la creatividad; nada de esto requiere crecimiento económico per se. Si todavía hay  necesidad de “producir más”, Navarro debería decirnos entonces, cuánto será suficiente, finalmente, para satisfacer las necesidades democráticas que él tiene en mente. Nuestra economía ha multiplicado el tamaño de sus fuerzas de producción varias veces desde el tiempo en que Marx escribía, o incluso Keynes. Sin embargo, todavía no  parece ser suficiente y la pobreza todavía está aquí. Esto podría ser un recordatorio de que el problema no es que no tengamos suficiente, sino que todavía no hemos establecido las relaciones de poder necesarias para una distribución equitativa y asegurar que todo el mundo tenga lo básico para una vida digna. Extraer y producir más es lo que el capitalismo sabe hacer mejor. Sólo una sociedad que finalmente se da cuenta de que ha tenido suficiente y que establece las instituciones para vivir con lo suficiente, se escapará del capitalismo.
Cuarto, declara que el decrecimiento no es, políticamente, ni de derechas ni de izquierdas. No podemos hablar en nombre de  todos, pero nosotros en Research&Degrowth, así como casi todas las 3.000 personas que fueron a nuestra Cuarta Conferencia Internacional, en Leipzig, se consideran de izquierdas (y la mayoría, radicales de izquierdas). La conferencia,   raramente para un evento científico, terminó con los 3.000 participantes saliendo juntos del auditorio y manifestándose en las calles de Leipzig contra el crecimiento y contra el capitalismo. A esto le siguió  un ejercicio de desobediencia civil en el exterior de una central térmica de carbón. ¿Suena esto a ser conservador? Serge Latouche escribe que no hay una postura más anticapitalista que el decrecimiento ya que no sólo critica los resultados, sino el espíritu del capitalismo. Escapar del crecimiento implica escapar del capitalismo, pero escapar del capitalismo no significa escapar del fetichismo del crecimiento, como la experiencia de los regímenes del socialismo real del siglo 20 nos enseña. De ese tema podemos aprender mucho de Navarro, un crítico del productivismo en la URSS como fue él mismo.
Quinto, de forma reiterada, Navarro sostiene en sus textos que el decrecimiento es una vieja idea, y que todo lo que se puede decir ya se dijo en los debates de la década de 1970 entre él y Ivan Illich o entre Paul Ehrlich y Barry Commoner. Los ecologistas ibéricos más viejos han citado continuamente a Barry Commoner desde 1971 (releamos las páginas de Mientras Tanto, por ejemplo). Y la mayoría de los miembros de Podemos ni siquiera habían nacido en los años 70. Los jóvenes tienen derecho a descubrir por sí mismos los viejos debates y quién sabe si podrían llegar a nuevas respuestas o, incluso, a nuevas preguntas. La historia no se repite y  cada generación debe  tener su propia oportunidad de hacer historia.
En lo específico de estos debates, Navarro tiene argumentos válidos en contra del  extremo al que podrían llegar  las ideas de Ivan Illich sobre autonomía en los sistemas médicos y de educación. Pero nada es blanco o negro. Illich sin duda tenía razón en su famosa crítica al automóvil y en general al afirmar que los sistemas industriales modernos, basados en expertos, tienen un sesgo de desigualdad inherente, quitándoles a las personas y colectivos el poder de controlar de forma autónoma aspectos importantes de sus vidas y sus cuerpos. Lewis Mumford tambien criticó la “megamáquina” desde mucho antes, y la energía nuclear “pacífica” desde 1952. No tenemos  porqué llegar  al extremo la lógica de la crítica de Illich y proponer el desmantelamiento de tales servicios públicos. En cambio, podemos inspirarnos en el pensamiento de Illich para hacer lo que varios colectivos están haciendo hoy en Barcelona, es decir, auto-organizarse para complementar los servicios públicos vitales, desde la provisión de alimentos, el cuidado de niños y la educación, hasta la  asistencia primaria de la salud (ver Cooperativa Integral Catalana, Aurea Social, COS). Estos proyectos no tienen porque demoler el Estado y cumplir el sueño de Milton Friedman, como sugiere Navarro que hacen las teorías de Illich. No sabemos que Illich haya hecho nunca un elogio de Milton Friedman. Por el contrario, estos proyectos pueden apoyar al Estado mediante la participación de los ciudadanos en los servicios, en lugar de  externalizar y privatizar. Cuando el estado es reivindicado por una fuerza de izquierdas como Podemos, son estas iniciativas autónomas las que habrán cambiado el sentimiento común de la sociedad civil, así como, a la vez que proporcionan un proyecto de reforma y de control para un sistema del bienestar coste-efectivo que funcione.
Los decrecentistas no tienen figuras paternas. Les gusta Illich pero también leen a  Gorz que pedía una sociedad dual, con la industria socializada y los servicios públicos. Si uno viene a nuestras conferencias, oirá hablar  de la bioeconomia de Georgescu-Roegen y Odum, pero también de Marx, Gramsci, Foucault, Hanna Arendt o Judith Butler. Estamos creando nuevas ideas mezclando y sintetizando, no dividiendo y separando en sectas.
Sexto, Navarro rechaza el decrecimiento (o incluso “la prosperidad sin crecimiento” de Tim Jackson)  porque no quiere pedir a las clases trabajadoras que reduzcan su consumo y porque cree que el crecimiento es necesario para el estado de bienestar. Estamos de acuerdo con él en que el apoyo del Estado a la salud y la educación públicas, al cuidado a las personas  y a los bienes comunes,  ha sido un gran logro en los lugares donde se ha dado y debe ser sostenido y ampliado. No deberíamos olvidar, sin embargo, que en muchos casos los recursos que se utilizaron para financiar estos servicios han sido, al menos en parte, tomados de los excedentes obtenidos por el poder occidental colonial del resto del mundo. Así, a la vez que Gran Bretaña organizaba en National Health Service y otros logros tras el 1945, otros ingleses al servicio del mismo estado organizaban la división del Golfo Pérsico en pequeños principados para el suministro de petróleo barato y otras fechorías.  Para una izquierda internacionalista, la apuesta para el futuro es cómo mantener el estado del bienestar sin crecimiento y sin una mayor explotación del entorno y de los territorios de otras partes del mundo. Es decir,  con una alianza entre el decrecimiento y el movimiento global de justicia socio-ambiental, reconociendo y pagando parte de nuestra deuda ecológica al Sur global. Esto podría implicar una reducción del consumo. Esto no es necesariamente malo si lo que se reduce es innecesario o es consumo por presumir de estatus social y si se reduce de manera que  la gran carga de la reducción recaiga sobre los ricos.
Séptimo, uno de sus principales argumentos es que hay un crecimiento bueno y otro malo y, mientras que el crecimiento capitalista es malo, otro tipo de crecimiento, presumiblemente socialista, puede ser bueno. A modo de ejemplo, utiliza el trabajo de Barry Commoner que argumentaba que podemos sustituir productos sucios por limpios y combustibles fósiles por energías renovables. Suscribimos esto al 100%, pero Commoner no discutió y mucho menos demostró, que podemos hacer todo esto y tener todavía un crecimiento de actividad económica del 2 o 3% anual no ya en las periferias del mundo sino en las propias metrópolis. Navarro sostiene que podemos crecer construyendo escuelas o curando el cáncer. Todas estas son actividades formidables, pero es difícil ver cómo van a hacer crecer la economía año tras año. No tenemos conocimiento de ningún caso histórico en que una economía permanentemente haya crecido mediante la construcción de escuelas, sino que se construyeron escuelas debido al crecimiento. Hasta ahora, el único crecimiento que hemos conocido es crecimiento cuantitativo de energía y materiales y siempre ha ido acompañado de más emisiones nocivas y más agresión.
Sí, podemos y debemos invertir en el cuidado de los unos a los otros, en la producción limpia, en la educación de de niñas y niños y en la creación artística. Pero, ¿por qué tenemos que enmarcar el florecimiento de este tipo de actividades maravillosas en los términos cuantitativos y economicistas del crecimiento? La educación y la salud son buenos en sí mismos, no porque lleven al crecimiento económico. ¿No deberíamos enseñar  humanidades o curar enfermedades si esto tuviese un coste muy alto y un efecto negativo sobre el crecimiento? Nos parece bien que haya sectores de la economía que  florezcan (la educación, el cuidad, la salud, la agricultura orgánica, la rehabilitación de viviendas) mientras le economía en conjunto decrece. Navarro ha declarado explícitamente que cuando habla de crecimiento no está pensando en el PIB sino en el bienestar. Abolamos el PIB, entonces, y no discutamos nunca más si estamos creciendo o no. Centrémonos en las buenas políticas que nos  lleven al bienestar y en en sus indicadores concretos.
Finalmente, estamos de acuerdo con sus palabras: “la  solución pasa por un cambio en estas relaciones de poder, con la democratización del Estado que originaría no solo una nueva redistribución …”. Sí, la democratización es clave para las soluciones futuras. Pero el poder no es sólo algo que está “allá afuera” que transformaremos mecánicamente y luego democratizaremos el Estado y generaremos una nueva redistribución. El poder también reside en la colonización de nuestro imaginario por conceptos y principios que han causado estragos a nuestro alrededor y han justificado la desigualdad y la destrucción en nombre del progreso. El crecimiento es el rey de estos conceptos. Y el desarrollo uniformizador (denunciado por Arturo Escobar, Gustavo Esteva, Wolfgang Sachs…) es el emperador.   Es ya tiempo de inciar el proceso de echar el “crecimiento” y el “desarrollo” al basurero de la historia.