Eliminemos el dinero (en metálico)

Article publicat a Nada Es Gratis

11-09-2016 

Ha llegado el momento de eliminar el dinero en metálico. Es una institución anticuada, casi barbárica, con serias consecuencias negativas para el bienestar de todos. Y eliminarlo no solo es factible, es sencillo. De entre todas las medidas de política económica que los países occidentales pueden adoptar en estos momentos, no existe ninguna otra con unos retornos tan altos.
Los motivos para eliminar el dinero en metálico (tanto monedas como billetes) son claros. Los podemos dividir en dos, que de manera un tanto imprecisa llamaré macro y micro. Empiezo con los motivos macro.
Las economías de mercado precisan de un mecanismo para realizar transacciones. Estoy escribiendo estas líneas unos minutos después de haberme comprado un bocadillo. Dudo que el dueño de la tienda que me lo vendió estuviese interesado en una clase de macroeconomía. A la vez, es probable que yo valore poco lo que los estudiantes de mi clase en Penn puedan darme a cambio de poder sentarse en mi asignatura. Este problema de doble coincidencia de deseos identificado con claridad por William Stevens Jevons se soluciona de manera simple y elegante con una ficha de intercambio: un estudiante me entrega esa ficha como pago a mis servicios y yo, a su vez, la cambio por un bocadillo. Si los agentes en una sociedad nos coordinamos en aceptar tales fichas, que podemos llamar dinero, alcanzaremos un nivel de actividad económica más alto que, por ejemplo, el que tendríamos con un sistema de trueque. Y, aunque existen otros mecanismos teóricamente equivalentes (basados en crédito o en el intercambio de favores), en la práctica el uso de fichas es más robusto a problemas como riesgo de incumplimiento de créditos o crecimiento de la red de pagos.
Las sociedades pronto descubrieron las ventajas de emplear dinero. Primero las fichas se fabricaron de metales preciosos, como el oro o la plata. Aunque llevó bastante tiempo darnos cuenta de ello (y avances tecnológicos como la capacidad de fabricar papel barato y duradero), hace unas décadas nos percatamos que tal uso era un despilfarro. El oro o la plata son costosos de obtener y pueden ser empleados para otras finalidades, como joyas o la industria. Las fichas que llegaron después, y que son las que utilizamos a diario, fueron la deuda pública al portador con cupón cero y con valor intrínseco cero. Pues nada más que eso es el billete de 10 euros que tiene usted en su cartera. Es deuda pública pues sirve para pagar impuestos: cuando le toca liquidar sus obligaciones tributarias con Hacienda, uno envía euros, no leche o carbón. Es al portador pues no acarrea identificación alguna. Es de cupón cero, pues cuando es puesta en circulación, lo es por un valor nominal de 10 euros y es redimida, no importa cuando, por una obligación tributaria de 10 euros. Con valor intrínseco cero porque no se puede emplear ni como hoja de borrador. Pero, por su gran liquidez (es al portador, en pequeñas denominaciones y prácticamente todo el mundo tiene obligaciones tributarias o comercia con alguien con obligaciones tributarias), los billetes y monedas emitidos por los gobiernos o los depósitos denominados en los mismos se han convertido en los medios de pago más habituales (en esta entrada hablo de muchas de estas ideas en más detalle).
Pensar acerca del dinero en efectivo como deuda pública al portador con cupón cero tiene muchísimas ventajas. Las que nos importa hoy es que el cupón cero fija una cota inferior al tipo de interés (neto) nominal. Un agente jamás invertirá en un activo que tenga un retorno neto mucho menor de cero. Más lejos de unos cuantos puntos básicos aceptados por la comodidad de que un tercero te guarde la inversión (por ejemplo, en un bono nominativo más difícil de ser robado), nadie aceptará entrar en contratos que ofrezcan un retorno menor que el acumular dinero en efectivo en un cajón.
Pero esta cota inferior de los tipos de interés nominales crea un problema tremendo en las economías de mercado. El mercado clave para que las mismas funcionen correctamente a lo largo del tiempo es el mercado de ahorro. El tipo de interés real que vacía tal mercado cuando la economía emplea adecuadamente sus recursos puede ser negativo y el que el tipo de interés nominal no pueda ser menor que cero dificulta alcanzar tal objetivo de tipo de interés real (recuerde que el tipo de interés real es el nominal menos la inflación).
A mucha gente le sorprende la idea de un tipo de interés real negativo. Pero tal sorpresa es consecuencia de no haber pensado en detalle lo que significa un intercambio intertemporal. Imaginémonos que somos un grupo de niños en el colegio a los que nos dan helado de postre en el comedor todos los viernes. Si yo hoy tengo más helado del que quiero comer (hoy he tenido suerte y la bola que me ha tocado era muy grande) y le ofrezco a mi compañero intercambiarle una unidad de helado hoy por una cantidad de helado <span class="MathJax" data-mathml="x» id=»MathJax-Element-1-Frame» role=»presentation» style=»position: relative;» tabindex=»0″>x

el viernes que viene, esta cantidad <span class="MathJax" data-mathml="x» id=»MathJax-Element-2-Frame» role=»presentation» style=»position: relative;» tabindex=»0″>x puede ser menor que 1 (le doy hoy media bola pero mi compañero me devuelve el viernes que viene solo 0.33 bolas), exactamente igual que 1 (media bola por media bola) o más de 1 (media bola por 0.66 bolas). Si por ejemplo, hoy nos han dado a todos bolas grandes (la persona haciéndolas es bien simpática) pero sabemos que la semana que viene tendremos bolas pequeñas (la persona que estará en el comedor en 7 días es una antipática), lo más probable es que el mercado de intercambio temporal de bolas de helado en nuestro colegio se vacíe con <span class="MathJax" data-mathml="x» id=»MathJax-Element-3-Frame» role=»presentation» style=»position: relative;» tabindex=»0″>x menor que 1. Una <span class="MathJax" data-mathml="x» id=»MathJax-Element-4-Frame» role=»presentation» style=»position: relative;» tabindex=»0″>x menor que 1 es un tipo de interés real negativo.
Los economistas identificamos dos mecanismos determinando esta <span class="MathJax" data-mathml="x» id=»MathJax-Element-5-Frame» role=»presentation» style=»position: relative;» tabindex=»0″>x

(más detalles en esta entrada). Uno, la que llamamos la tasa de descuento. Todo lo demás igual, los niños prefieren el helado hoy al helado el viernes que viene (cuando uno tiene 8 años una semana es una eternidad). La segunda es el cambio en las utilidades marginales del consumo (cuanto helado hay hoy en comparación con el viernes siguiente). Aunque normalmente el primer mecanismo domina (por eso los tipos de interés reales tienen a ser positivos), de vez en cuando el segundo puede inducir un tipo de interés real negativo. Eso es lo que nos pasa hoy en el mundo. Hay muchos niños con bolas de helado más grandes dada el hambre que tienen (los Chinos, los Alemanes, los Japoneses) y pocos niños con ganas de comer hoy mucho helado (poca demanda de inversión en bienes de capital en Estados Unidos y Europa por muchos motivos). Total, que la única manera que el mercado de bolas de helado se vacíe correctamente es con valores menores de 1.
El lector atento se habrá dado cuenta que en este mercado de bolas de helado las transacciones se realizan por trueque intertemporal y no hay dinero. Para hacer el ejemplo más realista (y reflejar la experiencia de cómo funcionaba el mercado de bolas de helado en nuestros colegios), imaginémonos que el intercambio se hace por cromos de la liga de futbol. Yo te doy hoy la mitad de mi bola a cambio de 50 cromos y el viernes que viene te doy 45 cromos, 50 o 62, según el mercado determine por la mitad de tu bola (olvidémonos por un momento que había cromos más valiosos que otros y asumamos que, como era el caso para el 95% de los mismos, eran equivalentes). Los cromos de la liga de futbol son el dinero de esta “sociedad”. Su valor intrínseco era pequeño (¿de verdad a alguien le importaba el cromo del tercer portero del Sporting de Gijón excepto para terminar la colección?). Pero incluso los niños que ya habían completado el álbum aceptaban el pago en cromos (y para los cuales eran ya una ficha sin valor intrínseco alguno) porque sabían que los mismos podían ser intercambiados por otros bienes. La relación entre el precio de la bola de helado hoy (50 cromos) y en 7 días (55), nos da el tipo de interés real: -9% (redondeando, el número exacto es 50/55-1). Pero, como dinero, los cromos crean una cota inferior de los tipos de interés nominales: si yo tengo hoy un cromo, salvo pérdida o robo, mañana seguiré teniendo un cromo. Aunque puede darse el caso que el tipo de interés nominal sea positivo (te doy hoy 1 cromo y mañana me devuelves 2), asumamos que estamos en la cota cero (a fin de cuentas el compañero seguro que negará que le prestaste un cromo, con lo cual nadie entra en ese contrato).
Si los precios de las bolas de helado en términos de cromos son perfectamente flexibles, el que el tipo de interés nominal no pueda ser negativo no tiene importancia: el precio de las bolas de helado en cromos se ajusta de manera automática para reflejar el tipo de interés real negativo que vacía el mercado de ahorro. Una bola de helado cuesta hoy 50 cromos, el viernes que viene 55. Resultado: hemos implementado un tipo de interés real negativo del -9% en un mercado sin regulación alguna de un gobierno. De hecho emplear cromos como dinero se parece mucho a un patrón oro. Ir al quiosco de la esquina a comprar sobres de cromos es similar a sacar oro de una mina: una actividad costosa que limita la emisión de nuevas unidades de pago. Como el patrón oro, tiene fluctuaciones exógenas en el nivel de precios (como cuando repartían de manera gratuita cromos a la salida del colegio). Y, de nuevo, como el oro, los cromos tienen un uso alternativo: pegarlos en el álbum.
El problema es que muchos precios en el mundo real no son perfectamente flexibles. La mayoría de nosotros tenemos sueldos que solo se ajustan una vez al año. Y el contrato con Movistar o el alquiler del piso solo se renuevan cada doce meses. Esto sería equivalente a unas bolas de helado que, por el motivo que fuera, solo pudieran cambiar de precio de manera paulatina. Por ejemplo, si el precio de una bola fue la semana pasada 50 cromos, esta semana solo puede subir hasta 52 cromos (quizás porque los niños se quejen en caso contrario que la otra parte es un abusica: “¡pero si la semana pasada era solo 50!”). El tipo de interés real ahora es -3.8% (50/52-1). Pero a ese tipo de interés real del -3.8% en vez del -9% induce a que los niños se comporten de manera más paciente. Hay muchos niños que prefieren “ahorrar” su bola de nieve (vendiéndola por cromos) y demasiado pocos que quieren “consumir” hoy bolas adicionales (comprándolas por cromos). Y mientras los niños intentan infructuosamente vaciar el mercado, las bolas se derriten sin que nadie las aproveche.
Esto es lo que pasa en las economías modernas: como los precios no son flexibles, no suben a la rapidez necesaria para conseguir que el tipo de interés nominal de cero se transforme en un tipo real suficientemente negativo. Con un tipo de interés real demasiado alto, mucha gente quiere ahorrar, no hay suficiente demanda y el nivel de actividad económica baja. Al bajar el nivel de actividad, cae el nivel de ahorro y el mercado de ahorro se vacía pero a un nivel ineficiente. Es más, al tener poca demanda, podemos entrar en una deflación, lo cual agrava el problema de los tipos de interés reales excesivamente altos. Como sociedad hemos perdido tontamente recursos valiosos.
La solución en el colegio vendría si el profesor pudiese “confiscar” cromos (por ejemplo, exigiendo a los niños que le entregasen 4 de cada 50 cromos al final de cada viernes y los niños no tener forma alguna de esconder los cromos). En un colegio donde los profesores dispusiesen de esta peculiar tecnología, el tipo de interés nominal de los cromos sería -8%: si tú me das 50 cromos por la bola de helado, el profesor me va a quitar 4, con lo cual solo me quedan 46. Recordemos que el mercado de bolas de helado se vacía a un nivel adecuado (ninguna bola se derrite) a un tipo de interés real de -9%. Con lo cual solo necesitamos una inflación del 1% para vaciar el mercado de ahorro al nivel correcto (-8%-1% = -9%). El precio de las bolas de helado solo tiene que subir la semana que viene de 50 a 51 cromos. Y esta modesta subida no genera acusaciones de abusica.
Eliminar el dinero en metálico es darle el poder al profesor (en este caso el banco central de cada país) de retirar cromos de la circulación. Por mucha tirria que seguro le tengan todos los chavales, el profesor, al retirar cromos mejora el bienestar de todos los niños. La clave es que el profesor puede atajar el problema de rigideces nominales creados por la concepción de abusicas (o cualquier otro motivo de rigideces nominales como contratos multiperíodos).
En el mundo actual, el BCE no puede bajar los tipos nominales muy por debajo de cero como consecuencia de la presencia de dinero en metálico y, en ausencia de inflación suficiente causada por las rigideces nominales, nos encontramos en un nivel de actividad inadecuada. En comparación, en un mundo sin dinero en metálico, el BCE podría haber reducido el tipo de interés nominal a -5% en 2010 y la eurozona habría empezado a crecer deprisa cinco años antes y con un mucho menor coste en términos de desempleo y producción perdida. ¡Ah, y sin partidos populistas creciendo al calor del paro y la frustración de muchos!
Es importante percatarse que los bancos centrales no han “creado” el tipo de interés real negativo. ¡Ya le gustaría a los banqueros centrales tener ese poder! El tipo de interés real es negativo por fuerzas como el ahorro de China o la falta de demanda de inversión en Estados Unidos que poco tienen que ver con lo que Janet Yellen pueda o no dejar de hacer (aquí me estoy refiriendo a los tipos a largo plazo; en tipos a corto el tema es un pelín más complicado pero irrelevante para esta entrada). El problema es que como sociedad, 1) al realizar transacciones financieras en una unidad nominal (el euro, el dólar, el yen); 2) existir rigideces de precios expresados en esa unidad nominal; y 3) tener una cota inferior de tipos de interés expresados en esa unidad nominal, de manera repetida (1929-1939, 2008-2016) nos “atascamos” en niveles de actividad insuficiente.
Eliminar el dinero de interés en efectivo afronta este dilema atacando una de las tres patas del problema, la cota inferior de los tipos de interés nominal. Es la pata más sencilla de resolver. Las otras dos son mucho más complejas. Dado que el gobierno es el emisor de la deuda pública que empleamos como dinero, el gobierno puede empezar a emitirla únicamente como apuntes electrónicos que podríamos transferir, por ejemplo, con tarjetas de crédito o débito (como las ya existentes) o con una simple app en el móvil. Y, después de un periodo de transición razonable, dejar de admitir el pago de impuestos con dinero en metálico (o depósitos basados en el mismo). La infraestructura social para saltar a un mundo sin dinero en metálico está prácticamente completa.
Esta reforma es además la manera de afrontar el problema de grandes recesiones periódicas que respeta de mejor manera la economía de mercado. Es una solución que intenta minimizar las consecuencias de las rigideces nominales causadas por los costes de transacción y acercar el funcionamiento de la economía de mercado a un ideal. Es más, se puede limitar la discrecionalidad del banco central estableciendo reglas monetarias estrictas. Al permitir tipos de interés negativos, estas reglas son más poderosas que las actuales y eliminan la necesidad de medidas de política monetaria no convencional más problemáticas. Las otras opciones de política es estas circunstancias, como una política fiscal expansiva (en nuestro ejemplo, el profesor llega al comedor y se come 10 bolas de helado, con lo cual no hay problema de que ninguna se derrita; en el mundo real: el déficit del estado ayuda a que el mercado de ahorro se vacíe al nivel adecuado absorbiendo el ahorro extra) otorga un papel mucho más grande al estado.
Este argumento anterior es importante porque son precisamente los defensores más convencidos (¿ingenuos?) de la economía de mercado los que más se oponen a la eliminación del dinero en metálico. Las alternativas que tales defensores pueden poner encima de la mesa (“liberalicemos la economía”, “hagamos que los precios sean más flexibles”) no funcionan para afrontar este problema (aunque sí que puedan servir para otros problemas). En una economía moderna nadie va a querer renegociar sus contratos de trabajo una vez cada día (o indiciarlos de alguna manera sofisticada) por el coste que tal labor supone siempre que la inflación se mantenga en niveles razonables. Y paradójicamente, pasar de tener poco flexibilidad a tener un poco más (pero sin llegar a la flexibilidad absoluta) empeora las cosas al hacer las deflaciones asociadas con episodios en la cota cero de los tipos de interés nominales más severas. Un defensor inteligente de la economía de mercado tiene que ser un defensor de la eliminación del dinero en metálico.
Los motivos micro para eliminar el dinero en metálico son bien conocidos. La mayoría del dinero en metálico se emplea para actividades ilegales (drogas, tráfico de armas, sobornos, fraude al fisco) y aunque existen alternativas al mismo (pagar en oro o diamantes) son más engorrosas. La mayoría de nosotros, gracias a las tarjetas de crédito y débito y los pagos por internet, ya empleamos muy poco dinero en metálico. Y en Escandinavia el uso es ya casi mínimo. Los billetes de 500 euros y de 100 dólares se emplean para cosas que no nos gustan como sociedad.
Pero a pesar de este reducido uso, la Reserva Federal sabe que yo siempre puede ir a mi banco y liquidar mi depósito en el mismo (los dólares electrónicos en reserva, que suponen el 99% de mi riqueza financiera) a cambio de dólares en metálico en billetes de 100 con un tipo de cambio de 1. Y esa posibilidad es la única necesaria para crear los problemas del dinero en metálico.
Existen detalles que requieren algo de cuidado. Los tres más importantes son la protección de la anonimidad (cuando tal anonimidad merezca protección), la integración de aquellas personas más desfavorecidas en la sociedad y de más edad para las cuales este salto final a una sociedad sin dinero en metálico puede ser costoso y la resistencia de la red de pagos electrónicos a caídas.
Para completar esta entrada, la semana que viene reseñaré The Curse of Cash, un excelente libro que Kenneth Rogoff acaba de publicar y en el que explica muchas de las ideas de esta entrada en mucho más detalle del que yo puedo suministrar en una entrada en el blog.
Pero mientras tanto, la lección es claro: eliminemos YA el dinero en metálico (en realidad esto lo llevo defendiendo desde hace bastante tiempo). Fácil, sencillo y útil.

Jesús Fernández-Villaverde

Jesús Fernández-Villaverde es Catedrático de Economía en la University of Pennsylvania e Investigador Afiliado del CEPR y del NBER. Antes de ello, obtuvo un doctorado en Economía por la University of Minnesota (2001) y ha sido Kenen Fellow en Princeton University y National Fellow de la Hoover Institution at Stanford University. Es miembro del consejo editorial de la International Economic Review. Sus campos de investigación son macroeconomía, econometría e historia económica. Su objetivo profesional en el largo plazo es encontrar alguna manera de poder dedicarse a esto de la economía desde Ribadesella, pero por el momento ha fracasado de manera absoluta en su empeño.

Tu dinero es la deuda de alguien

Article publicat a El Salmón Contracorriente

Propuesta de Positive Money para acabar con endeudamientos
25 de julio de 2016

Hoy en día sólo el Banco Central Europeo puede imprimir billetes. La banca crea dinero sólo cuando piensa que es rentable prestarlo, prefiriendo invertirlo en especulaciones inmobiliarias etc. mientras que muestra poco interés en estimular la economía real. Positive Money es un movimiento británico que ha resucitado una propuesta de reforma monetaria de la década 1930, denominada como Chicago Plan. Esta es su propuesta.
Tu dinero es la deuda de alguien

Alf Melin (CC)  

Tienes dinero gracias a alguien que se ha endeudado. Todo el mundo dirá que no se acuerda de haberle obligado a pedir préstamos, por eso vamos a ver cómo nace el dinero.
Una cosa que distingue el dinero de cualquier otro producto y/o servicio es que tú no puedes crear dinero y ponerlo en circulación. Puedes cultivar verduras para comerlas si tienes huertas, puedes coser ropas para vestirte si sabes hacerlo y puedes diseñar tu propia página web si lo sabes, pero no puedes imprimir billetes de 5, 10, 20 ó 50 euros y gastarlo porque es un delito. Hoy en día sólo el Banco Central Europeo puede imprimir estos billetes y emitirlos a través de otras entidades financieras cuando le piden efectivo con tal de que no sólo devuelva el principal sino también las tasas de interés.
Pero hoy en día la mayoría del dinero está creado y existe como saldos positivos en las cuentas bancarias. Cuando Jorge solicita al banco el préstamo de 150.000 euros para comprarse una casa y se aprueba este pedido, lo que hace esta institución financiera no es sacar efectivos de 150.000 euros desde el cofre y entregárselo al prestatario, sino teclear esta cifra a su cuenta bancaria y así nace el dinero. Jorge le paga al inmobiliario, el inmobiliario les paga a sus proveedores etc. por transferencia bancaria, y no hay necesidad de efectivo. En Reino Unido, donde este proceso de creación monetaria por la banca privada está ya en un estado avanzado, el propio Banco de Inglaterra admite el hecho de que el 97,4% de la libra esterlina está creada como dinero bancario (véase abajo). Vamos a ver lo que significa este hecho en un ejemplo.
Supongamos una comunidad de seis personas (Ana, Bruno, Cristina, David, Elena y Fernando). El 01 de enero de 2016, Ana y Bruno toman un préstamo de 100 € con tasas de interés de 5% por un año respectivamente y empieza a circular el dinero entre los seis para intercambiar bienes y servicios. A finales de 2016, las seis personas tienen los siguientes valores:

COMUNIDAD Ana Bruno Cristina David Elena Fernando Total
Saldo 110 60 10 5 15 0 200
Deuda 105 105 0 0 0 0 210

En este caso, Ana puede pagar su deuda mientras que Bruno no lo puede, y aunque todos los demás sean tan solidarios como para darle todo el dinero (35€) a Bruno, le falta 10€ y su bancarrota sería inevitable. Pero el 31 de diciembre de 2016 Cristina y David consiguen préstamos de 200€ respectivamente y le pagan a Bruno para que pueda cancelar su deuda. A finales de 2017, los seis tienen los siguientes saldos:

COMUNIDAD Ana Bruno Cristina David Elena Fernando Total
Saldo 5 5 60 50 10 250 380
Deuda 0 0 210 210 0 0 420

En este caso, ni Cristina ni David puede pagar la deuda porque Fernando retiene la mayoría del dinero. Si él se pone solidario, todavía es posible salvar a uno de ellos, pero obviamente es imposible que ambos cancelen su deuda porque falta 40€. De esta anécdota, podemos decir lo siguiente:

  • El dinero se pone en circulación exclusivamente como crédito bancario = deuda: Tienes dinero porque se ha endeudado alguien (tus clientes / vecinos / empresas locales / ayuntamientos / gobiernos autonómicos o el estatal…)
  • La única solución para posponer la bancarrota es inyectar aún más créditos
  • La acumulación del dinero puede impedir que los prestatarios devuelvan dinero

Además, la banca crea dinero sólo cuando piensa que es rentable prestarlo, prefiriendo invertirlo en especulaciones inmobiliarias etc. mientras que muestra poco interés en estimular la economía real.

Propuesta de Positive Money

Es en este contexto que ha nacido Positive Money , un movimiento británico que ha resucitado una propuesta de reforma monetaria de la década 1930, denominada como Chicago Plan. Sus tres propuestas son:

  1. Arrebatar a la banca el poder de la creación de dinero para convertirlo en un proceso democrático, transparente y que rinde cuentas
  2. Dinero creado libre de deuda
  3. Que el dinero llegue a la economía real antes que a los mercados financieros y a las burbujas inmobiliarias

Vídeo: 3 simples cambios para refundar nuestro sistema monetario actual

Se podrá aprovechar este nuevo dinero para cancelar las deudas existentes sin volver a endeudar a nadie. Será un sistema monetario más sostenible porque hay menos riesgos de insolvencia. Mientras que hoy en día la gente está reacia a gastar dinero en esta economía con dinero escaso, se cambiará su comportamiento radicalmente con este dinero afluente, y también se mejorarán los servicios públicos gracias a la disponibilidad de más presupuestos. Quizá el gobierno llegue a reducir impuestos porque sobra el ingreso.

A menudo se rechaza esta propuesta por el miedo a la hiperinflación. Es fundamental obligar que el nuevo mecanismo de la creación monetaria (quizá por el banco central o por un nuevo comité monetario) monitoree también los precios: que inyecte más cuando bajan precios e inyecte menos cuando suben.

Impactos globales

Hoy en día existen diferentes corrientes interesantes que apoyan esta propuesta:

“El capitalismo puede colapsar”

Article publicat a El País 

Pionero de la sociología económica, Wolfgang Streeck analiza la crisis del modelo

El sociólogo alemán Wolfgang Speeck en le Museo Reina Sofía de Madrid.
El sociólogo alemán Wolfgang Speeck en le Museo Reina Sofía de Madrid. Samuel Sánchez

El profesor Wolfgang Streeck (Lengerich, 1946) pasó más de tres décadas estudiando las relaciones entre capital y trabajo en las sociedades capitalistas. Sociólogo formado en la Alemania escindida por el Muro, desarrolló gran parte de su carrera en Estados Unidos, en las universidades de Columbia y Wisconsin-Madison, antes de asumir la dirección del Max Planck Institute, centro del que es director emérito. Nunca fue muy partidario de la teoría de los sistemas y análisis cuantitativo que triunfó en Estados Unidos a partir de los setenta —»las publicaciones académicas se convirtieron en un tostón»— y fue un pionero en la puesta en marcha de un programa de sociología económica. Pero en 2008, ante una crisis económica que describe como una experiencia casi mortal, fue cuando comprendió que la continuidad de las sociedades y de las oportunidades de la gente en el campo laboral dependían más que nunca del sistema global financiero: «Para entender las dinámicas de la sociedad moderna y la vida de la gente tienes que comprender el desarrollo y el papel de las finanzas globales como la condición dominante, había que integrar la política del sector financiero en la teoría macro de desarrollo social». En eso anda empeñado, como demuestran sus artículos en New Left Review. Invitado en abril por el Centro de Estudios del Museo Reina Sofía y el ­MACBA a impartir sendos seminarios en Madrid y Barcelona, Streeck disertó sobre las crisis del capitalismo, la vacuidad de la política y la construcción europea.

Es algo humillante para las sociedades democráticas depender de la buena voluntad de unos pocos filántropos
Wolfgang Streeck

Pregunta. Los sindicatos han sido una parte esencial de su área de estudio. ¿Estaban ahí los elementos para anticipar su actual pérdida de influencia?
Respuesta. Las predicciones son muy difíciles de hacer. A finales de los sesenta hubo una ola de agitación obrera, incluso en el bloque soviético. A partir de ese momento, los sindicatos tuvieron una fuerza creciente: la única manera de calmar ese malestar sin que subiera el desempleo era admitir tasas más altas de inflación, una especie de fuerza pacificadora. Pero esa medicina tenía contraprestaciones muy serias. La decisión de acabar con esto la tomó en 1979 Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal con Carter.
P. ¿Qué pasó?
R. Cuando yo era un estudiante se decía como una obviedad que un 5% de desempleo en una democracia era algo imposible, la gente haría saltar por los aires el sistema. El experimento político fue decidir jugársela. El desempleo subió al 20% en EE UU en los primeros ochenta, industrias enteras se borraron del mapa. Ahora incluso se han aprobado leyes para dificultar la organización sindical en Estados Unidos, el mismo país que en los años treinta introdujo legislación para promover esto, porque, siguiendo el modelo keynesiano, pensaban que unos sindicatos fuertes podrían redistribuir la riqueza, producir demanda agregada y crecimiento económico.
P. Señala tres tendencias que se retroalimentan: el aumento de la desigualdad, la caída del crecimiento y la impresión de moneda y de deuda, algo que considera insostenible. ¿A qué conduce esto?
R. A una situación impredecible de crisis potencial, de interrupciones emergentes o colapsos con una intensificación de conflictos entre países y clases sociales, y al declive del nivel y la esperanza de vida de una parte cada vez más grande de la población. El colapso del capitalismo es posible, lo ocurrido en 2008 podría repetirse pero a mayor escala, con muchos bancos cayendo al mismo tiempo. No digo que vaya a suceder, pero podemos estar seguros de una tendencia: el aumento del número de personas que quedan en los márgenes.
P. ¿Las sociedades avanzadas se acercan al Tercer Mundo?
R. Hay países considerados sociedades capitalistas altamente desarrolladas que presentan similitudes preocupantes con los llamados países del Tercer Mundo. Más y más gente depende de recursos privados para vivir bien. Luego, los países del Tercer Mundo están bajo mucho estrés y en un proceso rápido de deterioro: la clase media y las burocracias han perdido la esperanza. La promesa de desarrollo parece haberse roto totalmente.
P. Apunta que la falta de una alternativa al capitalismo produce una clase política interesada, un descenso de la participación electoral, más partidos y una inestabilidad persistente. Pero, tradicionalmente, la teoría política consideraba la baja participación como un síntoma de madurez en democracia.
R. Bueno, sobre esto no había consenso, pero la teoría era que la gente estaba tan satisfecha que no iba a votar. Yo me fijo en tendencias, y en la OCDE hay un descenso en la participación que coincide con otras curvas como el aumento de la desigualdad, la congelación salarial o las reformas del Estado de bienestar. Cabría pensar que la gente insatisfecha irá a votar, pero no. Es algo asimétrico: quienes recurrentemente se abstienen son quienes están en la base de la distribución de la riqueza. Ahora, sin embargo, estos ciudadanos que habían renunciado a la política están volviendo. En todas partes vemos un ascenso de los llamados partidos populistas.
P. ¿Qué implicaciones tiene esto?
R. Esa curva empieza a subir, pero a costa de la estabilidad política y de los partidos del centro que están cayendo; hay una mayor dificultad para formar Gobiernos porque los nuevos partidos tienen que entrar en el sistema y los viejos no se fían. Los conflictos inherentes en las sociedades empiezan a ascender y a subir al sistema político, después de 20 años de ver cómo quedaban fuera del discurso político oficial.
P. ¿Otras tendencias también cambian?
R. Las económicas se refuerzan de tal manera que algo muy gordo tendría que pasar para que alteraran su curso. Es como si el sistema tuviera muchas enfermedades al mismo tiempo, cada una de las cuales podría tratarse y curarse, pero no todas al mismo tiempo. Por ejemplo, el dramático aumento de la desigualdad se refuerza con esta gente que dispone de una increíble cantidad de herramientas y recursos para defender su riqueza.
P. La filantropía, especialmente en EE UU, es el mecanismo que muchos encuentran para compensar. ¿Qué opina?
R. El motivo por el que la esfera pública no puede hacer ciertas cosas por sí misma es porque no puede cargar impositivamente a los ricos; entonces estos se gravan a sí mismos, por supuesto de manera menor, y lo combinan con una gran operación de relaciones públicas. Es algo humillante para las sociedades democráticas depender de la buena voluntad de unos pocos. Es como una refeudalización.
P. ¿Qué piensa de la revolución tecnológica que promete otorgar más poder a la gente y plantea otro tipo de economías?
R. Es un tema muy amplio. A finales de los setenta, cuando estudié la industria automovilística, vi los primeros robots entrando en fábricas. Pensamos que significaría muchísimo desempleo, y así ocurrió en EE UU y en Reino Unido, pero no en Alemania o Japón, donde se diversificaron los productos que necesitaban de una mano de obra muy sofisticada. Las industrias se expandieron a un ritmo tan fuerte que el efecto del ahorro de trabajo quedó anulado por el volumen.
P. ¿Y ahora?
R. Hoy tenemos un problema parecido con el auge de la inteligencia artificial, estas máquinas que pueden programarse a sí mismas e incluso crear otras. Esto ataca a la clase media, es decir, a la gente que ha trabajado duro en la escuela y en la universidad para tener un empleo. El estadounidense Randall Collins, por ejemplo, predice que para mediados de este siglo la inteligencia artificial habrá causado un nivel de desempleo de al menos un 50% entre la clase media en todas las sociedades.
P. Se ha mostrado muy crítico con el euro y habla de un cambio en la estructura monetaria. ¿Una vuelta a las monedas nacionales?
R. En esta vida no hay vuelta atrás, pero algún tipo de restauración de la soberanía monetaria en los países que están quedando atrás es inevitable. Debemos empezar a pensar seriamente en un sistema monetario de dos niveles. Es una elección entre cirugía sin anestesia o con algún sedante. Y si quieres hacer una vivisección en Grecia ves que no tienen suficiente poder para resistir y está a punto de convertirse en un país del Tercer Mundo.
P. Escribe que el capitalismo no va a desaparecer por decreto, nadie va a salir a anunciar su caída, y habla más bien de una mutación.
R. Mi hipótesis es que atravesaremos un largo periodo de transición, en el que no sabemos hacia dónde vamos. Es un mundo de incertidumbre, desorden, desorientación, en el que todo tipo de cosas pueden pasar en cualquier momento. Nadie sabe cómo salir del problema, solo vemos que crece. No se trata solo de las desigualdades y las finanzas haciendo cortes por todas partes, es que también afrontamos límites en términos de medio ambiente y políticas energéticas, así como el ataque de las periferias. Todo simultáneamente.
P. ¿La desaparición del comunismo le está buscando la ruina al capitalismo, que ya no tiene competencia?
R. Desde el siglo XIX existía la presunción de que el capitalismo era estabilizado por sus enemigos, que forzaban crisis transformativas. El capitalismo hoy es muy distinto del de entonces, pero lo que tienen en común es el maridaje de la promesa de progreso social con la interminable acumulación de capital capaz de crecer por sí mismo, sin límite. La unión de estas dos cosas, la promesa de progreso y la acumulación de capital en manos privadas, es la cuestión crítica: ¿cuánto puede durar? Podría decirse que la acumu­lación de más y más capital no puede ser descrita como progreso, toca un límite. Y si el dinamismo capitalista empieza a tocar techo, entonces llegamos a la crisis.
P. ¿Qué diría hoy Max Weber?
R. Diría: “Karl y yo teníamos razón”.Si nos fijamos en los or´genes de la sociología y la teoría social, se consideraba que sus trabajos eran antagónicos, pero hoy parecen extremadamente similares.

Una propuesta de futuro

Post publicat a The Oil Crash



Queridos lectores,

Con cierta frecuencia se me reprocha que los análisis que aquí hacemos de los diversos tipos de recursos naturales existentes (fundamentalmente los de tipo energético, tanto renovables como no renovables) acaban concluyendo que ninguna fuente de energía en solitario o en combinación con las demás podrá producir en un futuro (nada lejano) una cantidad de energía semejante a la actual, sino una mucho menor. Se tacha a este blog de derrotista o apocalíptico porque el mero análisis factual y desapasionado de los datos crudos nos muestra que la única ruta posible a día de hoy es la del descenso energético. Por mi formación científica mi propósito es mostrar la realidad de la manera más objetiva posible, dejando al margen mis posibles preferencias o deseos, y por desgracia nada de lo que se propone o se investiga ahora mismo promete ninguna salida del atolladero actual, y para mayor mal el curso de los acontecimientos desde que comencé el blog (Enero de 2010) refrenda que nuestro camino inexorable sigue siendo el del descenso energético. Frecuentemente veo comentados algunos posts en diversos foros y siempre aparece una cierta cantidad de comentarios diciendo que me equivoco porque no he considerado tal o cual milagro energético que en realidad ya se analizó aquí algún otro día mostrando que en realidad era un fiasco. Al final, mi actitud aguafiestas, del «nada vale» es tan molesta que se considera socialmente inaceptable por algunos, y muchas personas acaban concluyendo que si digo lo que digo es porque tengo un sesgo (político) de agenda, una visión torcida de las cosas o que simplemente estoy mal de la cabeza. Cualquier cosa antes de acercarse a los datos y ver qué muestran, o de mirar alrededor y ver que ningún milagro energético o de ningún otro tipo está acudiendo en nuestro rescate después de pasados 7 años de esta crisis que no acabará nunca

Hace poco una persona me pedía un apunte de optimismo, que diera alguna alternativa, que propusiera alguna cosa que pudiera funcionar. Ya hemos discutido que ése no es en realidad mi cometido, aunque también es cierto que en realidad sí que puedo proponer medidas eficaces y que nos proporcionarían un futuro que merecería la pena vivirse (y no el futuro de exclusión y neofeudalismo en el que podríamos acabar si seguimos el camino actual). Puedo proponerlas porque son medidas sencillas, de sentido común, una vez que se acepta el diagnóstico simple de lo que está pasando. Al mismo tiempo, no son medidas realmente técnicas, o al menos no relacionadas con encontrar nuevas fuentes o aumentar la producción de energía. Sin embargo, son medidas inaceptables socialmente porque implican romper con un paradigma social y económico que se considera irreemplazable e inmutable, a pesar de que tiene menos de 200 años. Y es que estas medidas implican la necesaria y prioritaria modificación de nuestro sistema económico y financiero.

Casualmente, los compañeros de Véspera de Nada han estado estos días recabando ideas sobre medidas para aumentar nuestra resiliencia yproponerlas al nuevo Parlamento Europeo que votaremos en unos días. La mayoría de las medidas que se han propuesto son las lógicas proviniendo de asociaciones de carácter técnico centradas en el problema de los recursos: mejorar eficiencia, incentivar renovables, acabar con la obsolescencia programada, evitar la mercantilización del agua… Por mi parte, reflexionando sobre qué se tendría que proponer, he introducido ese elemento de debate, el de que el cambio necesario y que debe producirse primero es el del sistema económico y financiero. Algo inusual pero se se mira con detenimiento es lo más lógico del mundo.

Introducción: el problema del crecimiento

La cosa es simple. Nuestro sistema financiero funciona sobre la base del crédito. Cuando alguien presta hoy 100 euros con un interés del 5% está creyendo (crédito viene del latín credere, creer) que la persona a la que se lo deja será capaz no sólo de producir valor por los 100 euros que ha invertido, sino por otros 5 euros de interés. Es decir, un capital de 100 se convertirá en uno de 105, al margen del beneficio adicional que le pueda dejar al que solicitó el crédito. Todo el mundo considera normal hoy en día que cuando se presta dinero se devuelva ese dinero más un interés porcentual; sin embargo, ésta no era en absoluto la visión dominante hace pocos siglos: por ejemplo, hasta el siglo XVIII la Iglesia católica condenaba el préstamo con interés, al que calificaba genéricamente como usura (pecunia pecuniam parere non potest, el dinero no puede parir dinero, decía Santo Tomás de Aquino). Y es lógico que durante la mayoría de la historia de la Humanidad se haya visto como algo nocivo el crédito con interés. Piensen que si el capital se prestase a un interés de tan «sólo» el 5% anual, y cuando se recuperase se volviese a prestar indefinidamente, este capital tendría que crecer a ese ritmo exponencial. En sólo 14 años el capital se habría duplicado, en 28 años se habría multiplicado por cuatro, en 42 por 8, en 56 por 16… En sólo un siglo ese capital tendría que ser 131 veces mayor, y en doscientos años 17.161 veces. En sólo un milenio el capital tendría que haber aumentado en un astronómico factor con 21 cifras, casi comparable con el número de estrellas que hay en el Universo, y en los 10.000 años de historia de la Humanidad se tendría que haber multiplicado por una cantidad con 211 cifras, mucho mayor que el número de átomos en el Sistema Solar.

Por supuesto tal crecimiento es imposible (no puede haber más euros que átomos) y por supuesto algunas inversiones fracasan y el ritmo de crecimiento no es nunca tan rápido, pero en todo caso la lógica de nuestro sistema es la del crecimiento continuo, ilimitado, el cual tarde o temprano tendrá que detenerse por la simple razón de que el planeta es finito. Durante la mayoría de la Historia de la Humanidad los hombres vivieron con limitaciones: de recursos, de población, de velocidad de transporte… y así el crecimiento era escaso o nulo, y típicamente se producía después de una catástrofe poblacional o algún evento que permitía transgredir los límites previos (alguna mejora social o técnica, o la colonización de nuevos territorios – e.g., la expansión Occidental en América o en África). Los antiguos comprendieron que la lógica del interés compuesto empujaba a los hombres a una búsqueda de más riqueza que era simplemente imposible (en promedio; siempre hay quien se enriquece) en un mundo con limitaciones , y así las diversas iglesias condenaban el préstamo con interés, que en algunos países era perseguido como delito.

Pero llegó la Primera Revolución Industrial, con la introducción del carbón, y después la Segunda, con la introducción de la electricidad y el petróleo, y de repente las posibilidades se multiplicaron. El mundo pudo expandirse, y con él el capital, a ritmos desconocidos durante siglos. En ese momento se sentaron las bases de la teoría económica actualmente vigente, la cual no ha dado el valor económico correcto a los recursos, y en particular a la energía, ese fluido poderoso e invisible que ha hecho posible esta rápida expansión. Han pasado casi dos siglos, no quedan economistas de antigua hornada y se ha perdido prácticamente el recuerdo de una manera diferente de hacer las cosas; todo el mundo acepta acríticamente que para salir de la crisis lo que necesitamos es crecimiento, y no se piensa en otra alternativa. Y ahora que algunas voces dicen que la disponibilidad de energía ha llegado a su máximo, y que la cantidad de energía que consumimos cada año, aunque es grandiosa, ya no va a crecer sensiblemente más, e incluso que algunas fuentes como el petróleo están comenzando a retroceder, a ofrecernos menos cada año, los economistas educados en estas décadas de hiperabundancia insisten en que la energía y los recursos no son ni serán el problema, y dicen eso por convencimiento dogmático, puesto que ni se paran a mirar los datos de manera objetiva en vez de hablar de oídas ni intentan entender la geología, la física y la biología que subyacen a la economía pensando que esta disciplina es reina y soberana en vez de súbdita y subordinada de la Naturaleza. 

Con respecto a lo primero, demasiadas veces me he encontrado con el típico «experto en economía» que hace afirmaciones ridículas y fáciles de refutar, como por ejemplo exagerar la importancia de los movimientos a corto plazo del precio del petróleo (e.g., decir enfáticamente que «el precio del petróleo se acaba de hundir» porque ha bajado dos o tres dólares que recupera al cabo de un par de días) o que la producción de petróleo sigue aumentando sin problemas (como siempre, confundiendo petróleo crudo con los malos sucedáneos con los que completamos la categoría de «todos los líquidos del petróleo»). La realidad es que la producción de todos los líquidos del petróleo apenas crece, la de petróleo crudo convencional decrece desde 2005, y el precio se mantiene de manera bastante estable en máximos históricos, como muestra esta gráfica de un artículo de Gail Tverberg de hace unos meses:


Otras veces, en su intento por negar el problema con el petróleo evocan la quimera de unos EE.UU. energéticamente independientes(tergiversación de una información contenida en la edición de 2012 del informe anual de la Agencia Internacional de la Energía), basándose en la operación mediática que se ha montando para promocionar la burbuja financiera del fracking (y que ya se ha comenzado a desmoronar). Y si eso falla se apoyan en nuevas prospecciones y en otras fuentes milagrosas de las que se habla desde hace años sin que nunca lleguen a materializarse en plenitud. Tal grado de autoengaño es peligroso porque los años van pasando sin que el problema energético mejore sino que, al contrario, va agravándose, y porque a veces incluso lleva a movimientos geopolíticamente absurdos (como los llamamientos en EE.UU. a exportar gas natural a Europa para que superen su dependencia de Rusia, cuando en realidad no pueden ni en sus mejores sueños hacer tal cosa,  y a escala más local los patéticos intentos de España de promocionarse como distribuidor del gas argelino sin tener en cuenta los crecientes problemas de la nación africana que ya ha superado sus particulares peak oil y peak gas). Y eso sin tener en cuenta que el crecimiento a ultranza llevaría también a absurdas y peligrosas consecuencias cuando se transpone en demanda de energía.

Con respecto a lo segundo, para el pensamiento económico dominante la evolución de la producción de cualquier materia es cuestión simplemente de inversión y si es necesario de sustitución, la cual se considera siempre posible. La aceptación acrítica de estos dogmas impide entender que en realidad, como dice el informe de Tullett Prebon, «En última instancia la economía es – y siempre ha sido- una ecuación de excedentes energéticos, gobernada por las leyes de la termodinámica, y no por las del mercado» (página 11). El concepto clave de la rentabilidad energética, cristalizado en la denominada Tasa de Retorno Energético(TRE), es completamente ajeno al economista tradicional, demostrando una perseverante incapacidad para entenderlo. Algunos economistas, sin embargo, se dan cuenta de que efectivamente puede haber un problema con la energía, por lo cual abogan por la desmaterialización de la economía, cuando no hay ninguna evidencia histórica de que la economía pueda crecer sin crecer el consumo de energía, por más que nos autoengañemos con las mejoras en intensidad energética que han conseguido los países occidentales a base de externalizar las actividades industriales más primarias a otros países y luego importar los bienes producidos (aumentando así el consumo energético per cápita en vez de reducirlo, en realidad). De hecho, la evidencia apunta a que no se puede desligar energía de PIB por ningún medio.


Cómo no resolver el problema

Como no se conseguirá absolutamente nada es centrándose en las cuestiones técnicas, buscando nuevas fuentes de energía y mejores métodos de aprovechamiento. Sé que es chocante que diga esto, puesto que sé que al decir de algunos (casualmente, de orientación economicista en su mayoría) el análisis meramente técnico sobre la energía debería ser el único foco de este blog. Sin embargo, mejorar la eficiencia o incentivar el ahorro, cosas de por sí deseables, no llevan a una reducción del consumo de energía, por virtud de la Paradoja de Jevons: el consumo de energía siempre tiene sentido económico (si yo consumo más energía podré producir más bienes o servicios, y por tanto ganar más dinero). En un sistema en el que uno tiene que crecer siempre no se pueden desdeñar oportunidades de inversión y de crecimiento, así que nunca se va a dejar de consumir una energía disponible por poco que nos la podamos permitir. Al contrario: si ahora se reduce el consumo de energía en Occidente es justamente porque no podemos pagarla, con las conocidas consecuencias de contracción económica y paro creciente.

Peor aún: no sirven absolutamente de nada todas las campañas destinadas a incrementar la concienciación ciudadana e incentivar el ahorro de energía (he aquí un enlace que lo explica muy bien). Calman las conciencias inquietas, bien es cierto, pero los ahorros producidos, siempre bastante marginales, son sobre una fracción del consumo de toda la sociedad que es siempre bastante menor que el consumo de la industria. Y la industria no hace ningún esfuerzo en consumir menos energía; puede hacerlo, si le resulta económicamente atractivo, en consumirla más eficientemente, pero no menos, porque tiene que crecer, crecer y crecer e, insisto, si se consume menos es por necesidad, y no por voluntad. Con el esfuerzo de los ciudadanos éstos reducen sus facturas energéticas y dejan más energía disponible para la industria, pero al final el ahorro energético no se traduce en ahorro económico en el largo plazo: fíjense como en el caso de España, en el caso de la energía eléctrica – que aunque sea una fracción minoritaria de toda la energía consumida es significativa –  las compañías eléctricas han modificado las facturas domésticas aumentando la parte fija y disminuyendo la variable, con lo que al final la gente paga más aunque consuma menos. Así que el camino de la concienciación y el ahorro voluntario va empujando a la población hacia una frugalidad necesaria, preámbulo de la Gran Exclusión.

Es esta contradicción entre el objetivo de nuestra industria, nuestro sistema económico y nuestro sistema financiero (el crecimiento indefinido) y la necesidad de capear la escasez creciente de recursos y los efectos ambientales de tanto derroche (no sólo el cambio climático, sino toda la contaminación que se arroja sin más a la Naturaleza) lo que lleva a que no se haga nada o prácticamente nada para resolver estos problemas. Es igual lo que se diga de cara a la galería: no se toman medidas serias porque no se encuentra la manera de evitar su gran impacto económico, y en última instancia la necesidad de acabar con el crecimiento. Fruto de esta contradicción insalvable son discursos absurdos, esquizofrénicos, que son trasversales a nuestra sociedad y evidencian cómo estamos de confundidos. ¿Cómo se explican, si no, todas las campañas financiadas desde multitud de think tanks creados ad hoc para prefabricar y difundir la duda sobre el cambio climático, tirando por tierra el trabajo de miles de científicos especialistas de todo el planeta? ¿De dónde sale el recurrente discurso de que se puede hacer una transición a una economía verde (y se sobreentiende que creciente) basada en las energías renovables, a pesar de la multitud de evidencias (1,2,3,4,5,6,7) de que el aprovechamiento de la energía renovable es mucho menor que lo que actualmente consumimos de energía no renovable? ¿O que la energía nuclear es una energía con futuro, a pesar de que el uranio llega a su límite, el MOX tiene un reaprovechamiento limitado, los reactores comerciales de IV generación no acaban de llegar después de 60 años de experimentación con ellos y el mítico reactor de fusión está en un lejano futuro (si es que está en algún lado)? Por no hablar de las infinitas promesas nunca cumplidas de biocombustibles de 2ª generación, hidratos de gas, nuevos fuentes de hidrocarburos, la transición al gas natural o al coche eléctrico o al hidrógeno, o al carbón limpio o, en el extremos más desquiciado, las absurdas promesas de las energías libres. Mentiras que se repiten año tras año, década tras década, sin ningún avance porque éste no es físicamente posible; autoengaños de una sociedad enferma que se niega a aceptar lo más simple (que no se puede crecer infinitamente en un planeta finito) y para ello pone excusas de lo más complicado (infinidad de soluciones milagro que jamás se materializan).

Nuestra sociedad se parece a un hombre muy obeso que se autoengaña sobre su estado de salud y que no adopta un propósito firme de cambiar de hábitos hasta que no le da un infarto. Ése es por desgracia el camino que hemos adoptado, aceptando la mercantilización de los últimos bienes indispensables (ayer la tierra, hoy el agua, quizá mañana el aire) como una evolución lógica del capitalismo que se niega a cambiar y que nos lleva un paso más cerca de la exclusión social masiva; y ese infarto de la sociedad será una gran disrupción, una interrupción repentina de muchos servicios esenciales, una repentina falta de mercancías que hoy damos por garantizadas, incluyendo los alimentos… Y en eso estamos, esperando el infarto inevitable de este sistema hipertrofiado e inviable, deseando que el daño que cause no sea letal, que después de él podamos hacer borrón y cuenta nueva y por fin ponernos a dieta, por fin aprender a vivir dentro de los límites ecológicos de la biosfera que nos sustenta.


Una propuesta de futuro 

Sentarse a esperar un grave fallo de nuestro sistema productivo con serias consecuencias para la vida de las personas, que son muy dependientes del buen funcionamiento de este sistema, no es, obviamente, la mejor respuesta a nuestros problemas. De hecho es la más necia, la más idiota. Quienes tachan este blog de catastrofista deberían comprender que, si lo enunciado arriba es cierto (y es por eso que he dedicado tanto tiempo a hacer la exposición inicial) entonces la inacción es la actitud catastrofista, la que nos lleva irremediablemente al escenario indeseable, incluso apocalíptico.

Pero yo soy optimista, porque creo que aún podemos cambiar. Y volviendo a lo que me decía la persona que me pedía un apunte optimista: ¿qué podemos hacer para mejorar? He aquí mi propuesta:

  • Anulación de las deudas actuales: Quizá algunas se pudieran devolver, pero en general será imposible repagar la gran mayoría, no digamos ya pagar sus intereses. El mundo está cambiando, se está transformando, y las reglas que lo definen también han de cambiar. No se puede comenzar con una pesada losa que posiblemente no se podría remontar.
  • Reforma radical del sistema financiero: No se puede esperar seguir cobrando intereses por el préstamo de dinero. Si el sector financiero es crítico para el buen funcionamiento de la sociedad (y lo será durante el período de transición), no puede confiarse a la gestión privada (que tiende a privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, que a partir de ahora serán crecientes e inevitables) o como mínimo orientada al crecimiento.
  • Redefinición del dinero: La política monetaria no puede ser expansiva, y en un primer momento será más bien contractiva. El dinero es una representación del valor, no el valor en si mismo, y su gestión tiene que ser controlada por los sectores directamente involucrados: fabricantes, comerciantes, consumidores… La gente tenderá a usar divisas locales antes que la divisa nacional, por la mayor dificultad de garantizar el valor de ésta última en una sociedad que colapsa. Las divisas locales no pueden estar controladas por intereses especulativos foráneos y por tanto no se puede permitir que se atesore o capitalice (el análisis económico clásico nos dirá que de este modo se pierden oportunidades de inversión y de crecimiento). 
  • Reforma de los Estados: Desde su nacimiento los Estados y el capitalismo han compartido objetivos y se han complementado, con gran eficacia social hace décadas en algunos países (el Estado del Bienestar es un buen ejemplo) pero inevitablementeel Estado-nación entra también en crisis al dejar de ser viable el capitalismo. Es necesario relocalizar los centros de decisión y acercar la gestión a los administrados pero de verdad, no de boquilla. La gestión ha de ser antes municipal que comarcal, antes comarcal que regional, antes regional que nacional. La falta de energía llevará a una lógica de relocalización que tenderá gradualmente a hacer los ámbitos administrativos cada vez más locales, pero durante la transición la ineficiencia de un poder administrativo nacional hipertrofiado puede poner demasiadas trabas, sobre todo de tipo legal.
  • Definición de planes de transición locales: Cada población tiene que determinar cuáles son sus mayores problemas y debe invertir recursos en controlarlos. En algunas comunidades faltará el agua, en otras el problema será la falta de suelo fértil, en otras el exceso de población, la contaminación o la escasez de recursos fundamentales… Se ha de analizar cuidadosamente la situación, comprendiendo que no viviremos una continuación del sistema actual sino un cambio radical. Una vez identificados los puntos sensibles se han de invertir recursos y esfuerzos en moldearlos para posibilitar la transición, incluso aunque desde una perspectiva capitalista actual tal inversión no sea rentable Éste será uno de los grandes obstáculos, aunque bastante menor que la cancelación de deudas o del interés compuesto.
  • Preservación de los servicios básicos: Justamente ésta será una de las mayores dificultades de la transición: a la oposición del capital a perder sus privilegios se le unirá la dificultad de mantener un influjo de recursos suficiente para permitirse ciertos privilegios. Según el grado de escasez al que se vea sometida cada localidad se podrán mantener más o menos servicios. Los más fundamentales son la educación, la sanidad y la asistencia a la gente mayor y necesitada. Para poder conservar estos servicios fundamentales cada localidad deberá decidir qué sistema de financiación empleará, si por medio de impuestos o con el trabajo voluntario de los ciudadanos. Poder ofrecer más servicios dependerá de la riqueza relativa de cada lugar.


Ninguna de estas medidas habla explícitamente de energía sino de organización social; sin embargo, todas ellas tienen implicaciones de largo alcance sobre el uso y la disponibilidad de energía; de hecho, son las medidas que más impacto energético tienen, mucho más que las modestas medidas de ahorro y eficiencia que se proponen habitualmente. Más aún: las medidas arriba esbozadas son las únicas que tienen sentido en una situación de descenso energético. 

¿Es lo que propongo factible? No a día de hoy: cualquier economista o político que lo lea lo considerará utópico por excesivamente radical. Quizá lo sea el día de mañana si se hace la suficiente pedagogía, si la gente aprende a aceptar la verdad a la cara. Pero es fundamental hacer esta pedagogía: la alternativa es esperar esa gran disrupción, ese infarto quizá fatal de nuestra sociedad.

Salu2,
AMT

Defensa económica de una auténtica democracia

Article publicat a Sin Permiso

Yanis Varoufakis 07/02/2016

El 8 de diciembre pasado pronuncié una conferencia (TED Global Talk) en Ginebra sobre el futuro de la democracia y el capitalismo.

INTRODUCIÓN: LA DEMOCRACIA NO ES INEVITABLE

Democracia: en Occidente cometemos el colosal error de darla por sentada. Consideramos la democracia no como la más frágil de las flores que es, sino como parte del mobiliario de nuestra sociedad, como algo dado que no es transitorio.

Creemos también que el capitalismo engendra inevitablemente democracia. ¡No es así! El capitalismo puede haber producido democracias liberales en América y Europa, pero no hay nada inevitable en ello.

Lee Kwan en Singapur y sus grandes imitadores de Beiying han demostrado que el capitalismo puede prosperar, el crecimiento económico puede ser espectacular, en tanto que la política sigue exenta de democracia.   

No sería inexacto decir que puede que la mayoría de las sociedades emergentes de Asia y África estén dirigiendo sus antenas hacia Silicon Valley, pero no muestran entusiasmo por emular nuestro experimento occidental con la democracia liberal. China y Singapur seguirán siendo modelos para ellos. Desde luego, la democracia liberal retrocede hoy rápidamente hasta en aquellos lugares en los que se desarrolló.

A principios de este año, como ministro de Economía de un gobierno griego recién elegido, se me dijo en el Eurogrupo, el órgano de gobierno de la eurozona, que no podía permitirse que el proceso democrático de mi país, nuestras elecciones, interfiriese con la política económica establecida. No se me ocurre una reivindicación más potente de Lee Kwan Yew, del Partido Comunista chino y de los amigos cínicos que siguen diciéndome que la democracia se prohibiría si alguna vez amenazara con cambiar algo.

Hoy, ahora, deseo presentarles una defensa económica que abogue por una auténtica democracia. Sostener, contra los edictos de Lee Kwan Yew, el Partido Comunista chino y el eurogrupo, que es necesaria una genuina y bulliciosa democracia. Que sin ella, nuestro futuro económico será sombrío, nuestras sociedades, despreciables, y nuestras innovaciones tecnológicas, un desplifarro.  

Hablando de despilfarro, déjenme señalar una paradoja poco conocida que amenaza hoy a nuestras economías.

PICOS GEMELOS

Yo lo llamo la paradoja de los Picos Gemelos. Un pico es la montaña de deuda que arroja su alargada sombra por doquier. En Europa, en los Estados Unidos, en China, por todo el mundo. Todo el mundo puede ver su montaña de deuda. Pero pocos advierten su gemelo: un segundo pico que acecha a su sombra: una montaña de dinero ociosa que pertenece a ahorradores ricos y empresas demasiado aterradas como para invertir sus ahorros en actividades productivas que puedan generar los ingresos necesarios para acabar con la montaña de deuda y producir también cosas que la humanidad necesita desesperadamente; por ejemplo, energía verde.

Dos cifras cuenta la historia: en los últimos tres meses, se desembolsaron 3,4 billones de dólares en Norteamérica, Gran Bretaña y la eurozona en plantas industriales, maquinaria, equipamiento, carreteras, viviendas, ferrocarriles, escuelas, edificios de oficinas, etc… 3,4 billones suena a mucho dinero. Pero consideremos otra cifra: 5,1 billones de dólares de dinero ocioso que anda circulando por ahí en Norteamérica, Gran Bretaña y la eurozona no hacen sino inflar los mercados de valores y haciendo que suban los precios de la vivienda.

De modo que una montaña de deudas y una montaña de dinero ocioso forman picos gemelos que se niegan a cancelarse mutuamente mediante las normales operaciones de los mercados. El resultado son salarios estancados, tener a más de una cuarta parte de quienes tienen entre 25-y-54 años sin trabajo en Norteamérica, Europa y Japón, y una baja demanda que, en un ciclo interminable, refuerza el pesimismo de los potenciales inversores que temen….una baja demanda, ocasionándola así al no invertir. Exactamente igual que el padre de Edipo, el cual, motivado por la profecía del oráculo de que acabaría muerto a manos de su hijo, creó sin querer las condiciones que garantizaron que Edipo le matara.

Esta es mi lucha con el capitalismo: su absoluto despilfarro al utilizar los recursos disponibles. El desperdicio de tanto dinero ocioso que debería vigorizarse para desarrollar talentos humanos, mejorar vidas y, por encima de todo, financiar el desarrollo de nuevas tecnologías verdes que puedan salvar la Tierra.

Los mercados no pueden arrostrar el problema de los Picos Gemelos debido a su complejo de Edipo, que acabo de describir.  

  • Los estados nominalmente democráticos de Occidente no pueden, a causa de su fobia al deficit y de su escasa disposición a molestar a los amos de las finanzas.
  • Los estados autoritarios, de arriba abajo, del Este no saben cómo empoderar a sus ciudadanos para que gasten una mayor cantidad de sus ahorros, y gastarlos en cosas que sean buenas para el planeta.  

¿Puedo tener razón al proponer la democracia como remedio? Eso creo.

DEMOCRACIA, ANTAÑO Y HOY

Pero, en primer lugar, ¿qué entendemos exactamente por democracia?

Aristóteles definió la democracia como la constitución en la que los libres y los pobres, estando en mayoría, controlan el gobierno. Por supuesto, es verdad que la democracia ateniense excluía a demasiada gente: a las mujeres, los emigrantes y los esclavos. Pero sería un grave error desechar la Democracia Ateniense a causa de quien excluía. Pues lo que otorgaba a la democracia ateniense su substancia no era la exclusión de esclavos, mujeres e inmigrantes. Era la inclusión de los trabajadores pobres, que no sólo consiguieron el derecho a la libertad de expresión sino, de manera crucial, el derecho a expresar juicios políticos con igual peso a la hora de determinar las cuestiones del Estado.

Naturalmente, la democracia ateniense no duró mucho. Como una vela que arde brillante, se consumió rápidamente hasta apagarse. En cualquier caso, nuestras democracias no tienen sus raíces en la Antigua Atenas sino en la Carta Magna, en la Gloriosa Revolución [británica] de 1688 y en la Constitución norteamericana.

La democracia ateniense se se centraba en el ciudadano sin amo que no era servidor de nadie y empoderaba al ciudadano trabajador pobre. La Carta Magna era una carta para los amos. Por lo que respecta a la democracia liberal, surgió sólo cuando fue posible separar por completo la esfera política de la económica y limitar la democracia a  a la esfera política, a la vez que se garantizaba que la esfera económica, el mundo empresarial, siguiera siendo un terreno exento de democracia.

Una vez separadas, las esferas económica y política se enzarzaron en una lucha épica, en la que la esfera económica colonizaba constantemente la esfera política, devorando su poder.

¿Se han preguntado por qué los politicos de hoy ya no son lo que solían ser? No, no es que haya degenerado su ADN. En estos días los politicos pueden estar en el gobierno, pero no en el poder, porque el poder reside en una esfera económica separada fuera de su alcance. No es de extrañar que la política atraiga cada vez menos a la gente brillante.

Ah, ahí está el problema: exactamente igual que los predadores que se mueren de hambre después de haber diezmado a la población que es su presa, así la esfera económica cae presa de su propio éxito al canibalizar la esfera política. El poder empresarial ascendente rebaja el grado de demanda de los productos de las empresas  y así es que los altos ejecutivos tienen demasiado miedo como para invertir temiendo la baja demanda que producen sus temores.

En resumen, cuanto mayor éxito tiene el capitalismo en sacar al demos de la democracia, mayores los Picos Gemelos y mayor el desperdicio de riqueza humana.

¿QUÉ PODEMOS HACER? OPORTUNIDADES Y PESADILLAS

Para acabar con este despilfarro, debemos reunificar las esferas económica y política bajo control del demos, al igual que en la Antigua Atenas, salvo que sin esclavos y sin la exclusión de mujeres e inmigrantes.

No se trata de una idea nueva. La izquierda marxista la tuvo hace un siglo cuando trató de poner a los trabajadores pobres en primer plano. Ya sabemos cómo acabó de mal. Lo que nos enseñó la debacle soviética es que sólo por milagro podrán zafarse los trabajadores pobres del control del gobierno sin nuevas formas de brutalidad y despilfarro.

Pero hay una alternativa: ¡Eliminemos a los trabajadores pobres! El capitalismo está haciendo esto mismo, reemplazando a los trabajadores de bajos salarios por autómatas, androides y robots. Pero mientras las esferas económica y política sigan separadas, la automatización sólo hará que se eleven aun más los Picos Gemelos, se vuelva mayor el despilfarro y se hagan más profundos los conflictos sociales, hasta en China.

La solución consiste en utilizar las nuevas tecnologías para unificar de nuevo las esferas política y económica. Pero si las unificamos, mejor que democraticemos ese nuevo dominio unificado para que no acabemos con super-autocracia enloquecida con la vigilancia, una distopia en la que Matrix –la película- parecerá un documental.

Dicho de modo distinto, al capitalismo no le hace falta que la izquierda marxista lo derroque. Anda ocupado creando tecnologías que le segarán la hierba bajo los pies.

La cuestión no es si el capitalismo sobrevivirá a las tecnologías que está generando. La cuestión es lo que sucederá al capitalismo después de que se haya derrocado a sí mismo.  

¿Una distopía que se asemeje a Matrix? ¿O algo más parecido a una sociedad utópica de Star Trek, en la que las máquinas están al servicio de los seres humanos, que empeñan entonces su energía en explorar el universo y debatir inacabablemente el significado de la vida en cierta Ágora de alta tecnología?

Tengo la conviction de que es posible una hipótesis feliz. Es el Modelo Ateniense con Cambio de Imagen de Alta Tecnología.

¿Qué formas prácticas adoptaría?

DOS EJEMPLOS

Permítanme compartir dos ejemplos.

A escala empresarial, imaginemos un mercado de capitales en el que acumulas capital a medida que trabajas y que te sigue mientras te mueves de una empresa a otra, en la que cada empresa fuera propiedad solamente de quienes trabajan en ella en ese momento. Así, la renta de todo el mundo procede solo del capital, de los beneficios, y el mismo concepto de salario desaparece, pues cada trabajador recibe su parte de los beneficios, más cualquier prestación de un Estado que complementa los ingresos con la fiscalidad sobre los beneficios totales. No más separación entre los que trabajan, pero no son propietarios, y los que son propietarios, pero no trabajan en la empresa – ya no hay tira y afloja entre trabajo y capital – ni más brecha inmensa entre los que ahorran y los que invierten: sin Picos Gemelos descollantes.  

Pasando a la economía política global, imaginemos que todas las divisas nacionales tienen un tipo de cambio flotante con una moneda común, digital, llamémosla KOSMOS, que será emitida por el Fondo Monetario Internacional y el G20 en nombre de la humanidad. Imaginemos además que todo el comercio se realizara en KOSMOS y cada país pagara automáticamente a un fondo de inversiones global común una suma de KOSMOS proporcional a su deficit o superávit comerciales: dinero que se utiliza para invertir en tecnologías verdes en aquella parte del mundo en la que escaseen los fondos de inversión. No se trata de una nueva idea: es una version de alta tecnología de lo que John Maynard Keynes propuso en 1944 en la conferencia de Bretton Woods. Salvo que ahora tenemos la tecnología para ponerla en práctica en el contexto de una esfera política-económica democratizada.

EPÍLOGO

El mundo que les estoy describiendo es un mundo simultáneamente libertario (centrado en individuos empoderados), marxista (al haber consignado la distinción salario-beneficios al basurero de la Historia) y keynesiano, globalmente keynesiano.

Pero, por encima de todo, es un mundo en el que podemos empezar a imaginar una auténtica democracia.

¿Llegará ese mundo a nacer?

¿O nos hundiremos en una distopia a lo Matrix?

La respuesta depende la elección política que decidamos colectivamente.

Sí, la elección es nuestra. ¡Y mejor hacerlo democráticamente!

Gracias.

exministro de finanzas del gobierno griego de Syriza, es Profesor de política económica en la Universidad de Atenas. Su libro El Minotauro Global, para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de la evolución del capitalismo en las últimas 6 décadas, fue publicado en castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª edición inglesa revisada. Una extensa y profunda reseña del Minotauro, en SinPermiso Nº 11, Verano-Otoño 2012.

Fuente:

Traducción:

Lucas Antón

¿Por que la tasa de Interés cero es un error ?

Article de Herman Daly, publicat  a  The Daly News, (CASSE)  | 17 /9/ 2015
L’article es refereix a la política monetària d’EEUU, però és aplicable també a Europa
 
El mercado de valores ha sufrido  una caida, por lo que la Fed probablemente continuará manteniendo  la tasa de interés a cero siguiendo  con su objetivo de apoyar los precios de los activos a través de  la flexibilización cuantitativa. ¿Qué es lo que va  mal con un tipo de interés cercano a cero? ¿No es esta una medida para  impulsar la inversión, el crecimiento y el empleo?
Hay muchas cosas que van mal con un tipo de interés cero. Recuerde que la tasa de interés es un precio que se paga a los ahorradores,   prestando a los  inversores. A un precio cero, los ahorradores ahorrarán menos y recibirán  menos rentabilidad por  los ahorros acumulados, así que  ahorradores y pensionistas están penalizados. Con  un precio cercano a cero para los préstamos, se está subvencionando a  los inversores que invertirán en casi cualquier cosa, lo cual va a traer muchas malas inversiones y rendimientos  negativos, fomentando  la ya avanzada transición de la economía  desde un crecimiento económico   hacia un crecimiento antieconómico. El Interés Cero promueve una demanda infinita de ahorros con una oferta nueva nula. Pero la «oferta» se provee  artificialmente con  la impresión de dinero por la Fed.
La demanda infinita se  frenaría a través de los crecientes costos crecientes de los recursos naturales y de los daños al medio ambiente, si estos costos estuviesen  internalizados, pero no lo están. Sin embargo, los costos ambientales son reales y no desaparecen simplemente por el hecho de que no se contabilicen. Con dinero gratis y los costos ambientales no contabilizados, ¿por qué no invertir fuertemente en fracking?
Una distribución muy desigual de los ingresos frena  la demanda, por lo menos para los bienes que no son de lujo. Los ricos tienen un excedente cada vez mayor de dinero para invertir, lo que también ayuda a mantener baja la tasa de interés. Si las tasas hipotecarias caen, beneficiará  a los ciudadanos en el momento de comprar la vivienda, sin embargo  van a perder  más en sus cuentas de jubilación. Además, existe otra repercusión  significativa con la tasa cero que se  paga a los ahorradores y las tasas positivas que se cargan en la tarjeta de crédito y otras deudas,  lo cual a los bancos les va  bastante bien.
Pensemos también  por un momento en el cálculo del valor actual de las finanzas: el flujo perpetuo de ingresos futuros dividido por la tasa de interés da su valor capitalizado. Si la tasa de interés es cero, entonces el valor capitalizado actual de cualquier flujo de ingresos perpetuo positivo se hace infinito. Por decirlo de otra manera, un tipo de interés cero es equivalente a decir que un flujo hipotético de ingresos en el futuro infinito està totalmente disponible en la actualidad.  La oferta de capital financiero en términos de su valor actual es infinito. Pero se supone que el capital financiero es una medida de capital real que  no es infinito. La tasa de interés, en un grado significativo, también refleja el riesgo de pérdida. Con un capital infinito poco importa si se pierde algo, así que el riesgo tampoco se contabiliza.
  
A escala  macroeconómica, las tasas de interés cero estimulan el crecimiento agregado a niveles ecológicamente insostenibles además de antieconómicos. Las tasas de interés cero también negligen el  riesgo de la pérdida, fomentando la mala asignación microeconómica a proyectos estúpidos. Al mismo tiempo,  redistribuyen el ingreso de manera desigual. ¿Todo esto no induce a pensar que la política de establecer tasas de interés cero podrían ser insensatas?  Los economistas se enorgullecen de su conocimiento de las matemáticas avanzadas, pero no parece importarles el hecho de que sus políticas implican una división por cero!
Por supuesto que con un desempleo severo  vale la pena, como dijo Keynes, contratar a gente para cavar agujeros y llenarlos de nuevo con el fin de aumentar el gasto. Sin embargo, sería  mejor que el Tesoro pagara, emitiendo dinero nuevo, a los cavadores de agujeros en lugar de hacerlo a través de la Fed, mediante la distorsión de la escala, la distribución y la asignación de los recursos de toda la economía, con las tasas de interés cero con el fin de crear dinero bancario  nuevo. Además, el dinero creado por el Tesoro no le cuesta al ciudadano  ningún interés, mientras que el dinero creado por la Fed nos cuesta la tasa positiva con cargo a los prestatarios y no el tipo cero pagado a los depositantes. El dinero es un servicio público como una carretera. ¿Deberíamos  permitir a los bancos privados que establecieran  un peaje y nos cobrasen   por el uso de las carreteras  públicas? Por cierto, la Fed es propiedad de los bancos privados que son sus  miembros.
¿Cómo lo hace la Fed para mantener la tasa de interés a cero? Imprimiendo moneda con la llamada flexibilización cuantitativa. Algunos hiper-keynesianos quieren un tipo de interés nominal negativo (ya tenemos una tasa real negativa cuando se hacen las correcciones  relativas a la inflación) porque todavía no hemos llegado al pleno empleo, incluso a un tipo de interés cero. Pero esto es tan insensato  que por si solo requiere  una discusión aparte.
¿Por qué esta enorme expansión monetaria no ha provocado más inflación? Por un lado, porque el dólar es una moneda de reserva y otras naciones mantienen grandes activos en dólares. Además, otras monedas importantes, siguiendo la misma política expansiva, se han ido depreciando  frente al dólar aunque esta tendencia  no es probable que continúe. Por otra parte, en realidad ha habido  inflación, pero de una manera  oculta. En lugar de estimular la nueva producción y el empleo, el nuevo dinero ha incrementado la demanda de activos existentes, tales como acciones, casas, arte, etc., proporcionando poco empleo y dirigiéndonos a las burbujas especulativas. El Indice de Precios al Consumo (IPC), la medida oficial de la inflación, no incluye activos de capital. Y las políticas simultaneas de mano de obra barata, deslocalización de la producción y  tolerancia de  la inmigración ilegal deprime los salarios y mantiene  la inflación bajo control. Además, la externalización de los costos ambientales crecientes mantiene los precios más bajos de lo que deberían ser. Además, como cualquier consumidor puede testificar, la cantidad de alimentos por envase es cada vez menos y la calidad del servicio de las líneas aéreas, proveedores de Internet, servicios públicos, etc. se está deteriorando. Nuestro principal periódico, el New York Times, ahora repite muchos  los mismos artículos una y otra vez durante  semanas. Obtener  menos cantidad o calidad o más repeticiones por el mismo precio es equivalente a un incremento oculto de la  inflación. Así que la afirmación de que la flexibilización cuantitativa aún no ha dado lugar a la inflación es, en el mejor de los casos, una verdad a medias que, sin duda, nos  ha traído  substitutos inflacionistas no medidos por el IPC. Algunas versiones oficiales del IPC incluso excluyen conceptos básicos como la energía, los alimentos y la vivienda (demasiado «volátil» es la excusa). ¿Alguna vez no ha tenido  la sensación de que le están mintiendo?
Manipular la tasa de interés como una política variable es una mala idea. Tiene demasiados efectos secundarios, repercutiendo en demasiadas direcciones diferentes, sobre todo en un sistema monetario de reserva fraccionaria. Sería mejor controlar la oferta de dinero directamente,  con un cambio  hacia un sistema bancario de reserva completo. Deberíamos abolir la Fed, dejar que el Tesoro controlase directamente la oferta de dinero, restringido por la necesidad de  evitar la inflación y  no por el  presupuesto. Una entidad que puede crear dinero no se enfrenta  a ninguna  restricción presupuestaria y no tiene ninguna necesidad de pedir prestado, pero sí que tiene una restricción con el índice de precios y tiene que  ser controlada para la evitar la inflación (o deflación).
Mientras el público quiera tener más dinero, el Tesoro podrá seguir creándolo y gastándolo. Cuando la gente se incline más por  mantener  bienes reales y menos  dinero, irán a cambiarlo  por mercancías que impulsarán a la alta el índice de precios: Esta es la señal para que la Tesorería detenga  la emisión de dinero y, si es necesario, retire una parte de él. El dinero en un sistema bancario de reserva completo, se convierte en un deuda pública que no devenga intereses, en lugar de ser una  deuda privada que sí los devenga. El señoreaje (beneficio de la creación de dinero token  ( vales de dinero) a un costo insignificante y recibiendo su valor nominal a cambio) se destinaria íntegramente al gobierno y no principalmente a los bancos privados. Además, los bancos ya no tendrían  el poder extorsionador  con la posibilidad de poder quebrar todo el sistema bancario  como ahora se le permite con  las reservas fraccionarias. La tasa de interés, al igual que otros precios, puede autorregularse  y  determinarse a través de la oferta y la demanda. El foco de la política debería  estar en  gestionar la oferta de dinero, limitada por un índice de precios constante. En efecto, el valor real del dólar está respaldado  por todos los productos básicos del índice de precios, más que el oro, o la «confianza y credibilidad en eel gobierno de los Estados Unidos.» (Véase   «Nacionalizar el dinero y no los bancos»).
Las políticas de este tipo, pero elaboradas con  mucho más detalle, actualmente son defendidas  por la ONG británica conocida como  Positive Money. Esta ONG  está revitalizando  y actualizando  la economía monetaria sólida de Frederick Soddy, Irving Fisher, Frank Knight y otros destacados economistas de la década de 1920. La banca de reserva fraccional está apoyando  toda la estructura de pirámide financiera de Ponzi (timo financiero) y nosotros necesitamos urgentemente, avanzar hacia un sistema bancario de reserva completo para escapar de la inestabilidad.
Traducció N.C

I jornades sobre recursos i política a Catalunya del segle XXI. Resum de les intervencions

Hem fet un resum de les intervencions dels ponents de les  I jornades sobre recursos i política a Catalunya del segle XXI.
Hi van participar i col·laborar moltes  entitats. entre elles destaquem: Som lo que SembremLa Xarxa per la Sobirania energètica Ciutats en Transició  ,  350BCNEcologistes en Acció  , la  Plataforma Auditoria del Deute.
L’objectiu de la jornada era poder compartir idees i propostes  i crear xarxa entre totes les associacions amb voluntat de treballar per canviar un sistema que ens està duent al col·lapse.

Antonio Turiel 

Ens dona algunes xifres:
El consum mundial d’energia és de 17Tw
El consum d’electricitat  a Espanya (2014) és només d’un 23% del consum final d’energia  (pràcticament la resta  són energies fòssils)
El discurs de fons és el mateix que s’explica al capítol del llibre  MESSE sobre crisi energètica  crisi energètica .   L’Agència Internacional de l’Energia AIE  reconeix per primera vegada el peak oil  al World Outlook 2010, però les previsions sobre els derivats del petroli estan molt inflades, estan calculades en volum, no en capacitat calorífica,  i no tenen en compte la TRE.  Fent  les correccions oportunes A. Turiel arriba a la conclusió que  a 2015 s’arriba al zenit  del total del petroli ( el petroli cru convencional ja hi va arribar al 2005).  Això significa que a partir d’aquesta dada l’oferta , la producció de petroli ja anirà en davallada i que haurem d’adaptar-nos a disminuir la demanda. Més informació  aquí
A. Turiel  estima que  a 2015 s’arriba al zenit  del total del petroli
 Considera  però que en els darrers anys la relació tant  forta entre PIB i Energia s’ha trencat seguint dos models molt diferenciats entre els països  del 1º mon i els del 3ª , molt més consumidors que els primers. També considera que actualment ens trobem al plateau  de la producció del petroli i que a partir del 20015 ja haurem passat el zenit de producció. Estima que a finals d’aquest any tornaran  a elevar-se els preus del cru  a mesura que la demanada es recuperi i això tornarà a portar a una nova recessió.. Va reiterar   la idea que quan el petroli es va escà el preu no puja si no que oscil·la.
Va donar estimacions de l’informe del l’outlook  BP 2015 : el zenit de la producció  del petroli total es dona a 2015, el del carbó a 2014, el gas cap el 2012 i el del urani també al 2020. Va parlar dels deutes del fraking i que les grans companyes s’estan retirant del negoci. La AIE
Estima que el zenit de les fonts d’energia no renovable serà al 2018 (actualment representa el 91% de l’energia primària
 Existeixen  limitacions de producció amb les energies renovables. A grans números:
·         Energia  hidràulica representa un 6,8% de l’energia primària a Europa (2014) i no té gaire més marge
·         Eòlica  té una limitació de producció de 1 TW (segons estudis de la Universitat de Valladolid) i té una dependència al petroli d’1% de l’energia primària
·         La Fotovoltaica té una limitació de 4,5 TW (segons estudis de la Universitat de Valladolid) i té forta dependència de materials escassos i de <1% de l’Energia primària
·         E.s solar de concentració: té un bon potencial però de moment està poc explotada i és poc coneguda
·         Altres (biomassa, geotèrmia, marea motriu..tenen potencial limitat<1% de l’energia primària)
Recordar també que la  OMS  calcula que 1 de cada 8 morts ho és degut a la contaminació.
Hi ha unes quantes guerres directament relacionades amb els recursos energètics. Síria, Yemen, Egipte…
Ens trobem a la fi de capitalisme que es basa en que qui té el capital té dret a una remuneració proporcional a aquest capital i això significa creixement , la qual cosa aviat deixarà de ser possible per motius de limitació dels recursos energètics.
Tenir en compte també que les mesures d’estalvi i eficiència en un sistema productivista són estèrils ja que al final el que alguns estalviem s’ho acabaran gastant uns altres (Jevons)

Marcel Coderch

Després d’haver donat moltes voltes sobre les causes del creixement , del deute i  de la crisi, havia arribat a la conclusió que la creació de diner amb interès n’era la causa primera i, per tant, va centrar la conferència en aquest tema.
Es va posicionar en contra de l’austeritat . No hi havia cap necessitat de restringir el dèficit dels estat en temps de crisi perquè es podia haver resolt amb creació de més  diner per part del banc central que l’hauria d’haver deixat als estat directament  als estats per invertir-lo, en coptes d’haver de passar pels bancs privats que a sobre els  cobraven interessos .
Actualment  els bancs privats tenen el dret  de  crear el diner  a partir del no res. La quantitat de diner que circula creix constantment  perquè si no  no es podrien cobrar els interessos.  Només es pot pagar el deute creant més deute. Hi ha una tendència a l’acumulació en mans de pocs .
Ha estat un  error  dels governs d’haver concedit la creació del diner  als bancs privats . Cal recuperar altre cop aquest dret pels  poders públics.  La concessió dels crèdits és una funció social que els governs han delegat  en els bancs privats. Qui té el dret de crear els diners és qui decideix  en què s’ha d’invertir  i que aquest prerrogativa ha d’estar en mans dels estats.
 

 Actualment les inversions productives són una mínim part en relació de les inversions en productes financers  amb els problemes que això comporta.
La solució a aquests desgavell financer i del deute  no passa només per recuperar pel sector públic el sector financer , si no per canviar  el sistema monetari.
Va defensar les tesis i les demandes del moviment  “Positive Money”     que es resumeixen en:
1.       El poder de creació del diner no ha d’estar en mans dels bancs privats
2.       El diner només pot ser creat a través d’un control democràtic
3.       El diner s’ha d’invertir a les activitats que produeixen riquesa real
4.       El diner ha de ser creat lliure de deute
Va defensar la creació del Eurocat , però amb la necessitat que els impostos es poguessin pagar amb aquesta moneda  si volíem que la moneda arrelés.

Antonio Garcia Olivares

Va tornar parlar del zenit de molts materials :
Fòssils al 2013; Producció de grans (blat…) 7-8T/Ha.  IPPC pronostica caigudes de producció del 20-40% a finals de segle ;  Fòsfor (2040-50); degradació del sol :abandonament anual de 10M Ha, Disminució d’aqüífers: 1.700 milions d’humans viuen en zones d’aqüífers declinants.
Es preveuen punts de no retorn, processos irreversibles a partir de 2025-2040 Barnosky  (Notícia relacionada:      La Tierra está entrando en una nueva fase de extinción )
Existeix una discussió de fons sobre si amb una perspectiva de TRE en descens serà possible sostenir la societat industrial  (tesis que per sota de TRE=9 no es possible mantenir la civilització industrial)  i si la societat del futur serà una societat ruralitzada tal com  preveu   David Holmgren ( article “Colapso por Encargo” ) o si es podrà mantenir una societat industrialitzada tal com defensa  Herman Daly
És possible una economia 100% renovable?
A partir d’un estudi de Garcia Olivares et al. :Un mix renovable a escala global con tecnologías probadas y materiales comunes  (Energy policy 2012) proposa  la combinació de producció d’energia a la zona del Sàhara i similars  amb la producció distribuïda a nivell municipal  donaria una producció mundial  total de fins a 12TW, equivalent al consum de l’economia del 2006.
El mix de producció és:
12,5% producció municipal (aprofitant  les teulades)  Potència produïda de 1Tw residencial. Un 8,5%  a a partir de PV, estimant que una  TRE PV =2,5 equival a una TRE elèctrica = 8
Calcula que la TRE global del mix de  totes les energies renovables (PV, eólica, concentració solar en els deserts, Hidroelec.) és  aprox. TRE= 18 , similar a la TRE actual del petroli.

 

El model consisteix en  xarxes intel·ligents que integrin les xarxes locals i xarxes generals. Integrant totes les fonts  deserts+locals) es resolt el sistema de la intermitència.
La producció màxima de 12Tw  ve limitada per la necessitat de materials per a les infraestructures elèctriques i per altres  necessitats industrials. Amb aquest límit de producció elèctric es calcula que s’utilitza  un 50%  del  Cu, 70% del Ni; 50% del Li. Energy and Mineral Peaks, and a Future Steady State Economy, A. Garcia Olivares et al.
Quins són els sectors susceptibles de ser electrificats i els que no?
La majoria de sectors poden ser electrificats però hi ha alguna colls d’ampolla:
Li i Ni, necessari per les bateries obligaran a una disminució del tràfic del 50% . L’aviació funcionarà amb H2 i també haurà de disminuir.
El sistema ferroviari serà el gran guanyador ja que la transformació elèctrica  a mobilitat és molt alta:  rendiments del 90%
Treball agrícola electrificat necessitarà  subestacions elèctriques a distàncies d’entre 20-40 km. Per carregar bateries.
Nitrats i Amoni es poden produir a partir de biogàs (residus i excrements)
Producció d’acer és factible a partir del carbó vegetal. També les petroquímiques d’olefines i aromàtics són  factibles  per substitució de petroli per carbó vegetal. Això comporta produccions de biomassa global del doble que les actuals i , per tant, caldrà reduir a la meitat la indústria petroquímica.
Conclusió:  És possible una civilització 100% renovable amb reduccions molt importants en el transport i la indústria  petroquímiques i amb un consum energètic similar al dels anys 60. 

Enric Tello

Cal  reterritorialitzar la indústria i l’electricitat i a la vegada fomentar la agricultura local, però hi cap tot al territori?
A Europa la ocupació del territori es distribueix així:
·         zona urbana-industrial ocupa un 5%
·         Espais  naturals (protegits) o aiguamolls 8%
·         Mosaics agro-forestals  85%
 Resultado de imagen de mosaic agroforestal

S’ha comprovat  (R. Margalef) que  aquests  mosaics agroforestals  són una perturbació “intermèdia” dels ecosistemes deguda a l’activitat humana tradicional (agronòmica, agroforestal, agroramadera) han resultat ser un instrument de conservació molt eficaç  que  ajuda a  mantenir i fins i tot a augmentarla diversitat de lescomunitats  vegetals.

A partir dels anys 60 fins ara el territori s’ha anat degradant per un efecte doble:  1º La substitució dels mosaics per macroconreus ( més tansport, alimentació de bestiar) i 2º l’abandonament dels espais agrícoles que port al creixement del bosc sense cap gestió.
El resultat és una disminució d ela biodiversitat. La clau per afavorir i conservar la biodiversitat  està  en mantenir l’estructura de mosaic  i la connectivitat ecològica del  territori entre aquests mosaics i  els espais protegits que ara mateix es troben molt fragmentats i aïllats. Més informació aquí
La solució passa per compartir el territori entre l’home i la resta d’espècies. L’agroecologia, l’agricultura ecològica, la ramaderia sostenible , en definitiva, la sobirania alimentària en són la clau.
La perspectiva de futur és el decreixement. La qüestió està en decidir quin tipus de decreixement volem: un decreixement catastròfic o be  un decreixement ordenat que ens doni bona vida i que sigui atractiu.

Sergi Sastre  (Fundacio Ent)

Va fer una presentació del treball El metabolismo económico regional español   que estudia el flux de materials i energia  entre les diferents regions d’Espanya i entre aquestes i l’exterior.  L’autor es va centrar en el metabolisme de  Catalunya  .
 
La producció catalana de biomassa és de 1,1 Tones/ cap. que està molt lluny d eles 3 Tones/cap necessàries per ser sobirana  alimentàriament. Si augmentéssim els cultius acabaríem sense boscos. Necessitaríem 1,5 milions d’Ha  addicionals  agrícoles  per poder ser sobirans alimentàriament, o be, canviar la dieta amb menys consum de carn. 
Caldria definir més acuradament el concepte de sobirania alimentària. Quines són les fronteres? Quines i com de grans  han de ser les biorregions?
L’actual organització econòmica no permet un creixement del PIB sense anar associat a un creixement en el consum de materials .
Si volem una organització social diferent caldrà primer de tot, identificar els colls d’ampolla de la nova organització:  quants habitants hi viuen?; Quants aliments són necessaris i quina dieta?  a on es conreen els aliments ?  al mateix país o a l’exterior?;Quina part de la mat`ria orgànica ha de tornar al sòl i quina es pot utilitzar per gasificar?. Existeixen diferents solucions al puzle de l’ organització del sistema, cada un d’ells té diferents colls d’ampolla que haurem de conèixer i solucionar per resoldre el puzle.

Iolanda Fresnedillo    (Observatori del deute)

De on trauríem els recursos per fer un canvi d model?
Les pensions es paguen amb les cotitzacions dels treballadors, per tant, si fóssim un estat independent les pensions dels catalans serien suportades  pels treballadors catalans  seguint el model actual.
Els nostres creditors són l’estat (tècnicament estem intervinguts), la Caixa, el BBVA i el Banc Europeu d’Inversions BEI.  El problema és que els criteris d’inversió del BEI són molt poc sostenibles ja que es basen en més creixement i més consum energètic.
Si ens tanquen l’aixeta del crèdit el principal problema que ens trobaríem seria el de pagar el petroli. Als països que se’ls va perdonar el deute,  va ser a canvi de condicions molt injustes (privatitzacions de recursos  primaris, etc) . Actualment estan tant endeutats com ho estaven perquè han d’importar el petroli.
És útil conèixer el web de l’ Observatori Ciutadà  Municipal  on podrem trobar les dades detallades del pressupost municipal  i es poden realitzar consultes als Ajuntaments. Tant consultes com respostes  es visualitzen per tothom al mateix web

 

Positive Money, movimiento británico de reforma monetaria

L’article publicat a El País   el 12/12/2014 ens dona peu a presentar  l’organització  Positive Money que declara  que el sistema de creació del diner amb interès i en mans dels bancs  privats és l’arrel de l’elevat deute, la desigualtat i les bombolles financeres. Defensa que la  banca ha de treballar per a la societat i no en contra d’ella, com ara està succeint.

Por Miguel Yasuyuki Hirota, experto en monedas sociales
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Este mes quisiera enfocarme en Reino Unido donde un colectivo, denominado Positive Money, ha hecho grandes logros este año hacia la reforma monetaria.
Ya en mi post anterior expliqué problemáticas de la creación monetaria como deuda (véase también este breve artículo) y en Reino Unido el 97,4% de la libra esterlina está creada como crédito bancario sin tener ni siquiera el respaldo de efectivo. El mayor problema para Positive Money es este hecho, ya que toda la economía británica depende de los banqueros que tienen el monopolio de conceder crédito a proyectos económicos. Dijo ya Amschel Rothschild en el siglo XVIII “Déjame emitir y controlar el dinero de una nación y no me importa quién escriba las leyes”, pero hoy en día en el siglo XXI seguimos viviendo una situación idéntica donde nuestras vidas están definidas por esta élite financiera.
Documental “97% owned” (subtítulo en castellano y otros idiomas)
Positive Money ha hecho un corto vídeo para presentar su propuesta, que consiste en los siguientes tres puntos:
  1. Despojar a la banca del monopolio de creación monetaria para convertirlo en un proceso democrático, transparente y donde se rinden cuentas: No se puede fiar a los bancos comerciales por su efecto procíclico y por no inyectar dinero al estímulo de nuevos emprendimientos sino a las especulaciones. El emisor de la nueva moneda, sea el propio Banco de Inglaterra u otra entidad pública, necesita rendir cuentas al Parlamento Británico.
  2. Queremos que la creación de dinero no esté ligada a ninguna deuda: Si el Estado Británico puede emitir dinero, no habrá problemas de deuda y, sobre todo, tasas de interés que actualmente está pagando a sus acreedores.
  3. Queremos que el dinero llegue a la economía real antes de llegar a los mercados financieros y a las burbujas inmobiliarias: Hoy en día la mayoría del dinero creado está inyectado en el mercado inmobiliario sin estimular la economía real, pero el nuevo dinero, creado por el Estado, deberá ser gastado para aumentar el bienestar.
En este caso el Estado Británico controlará la masa monetaria, por apretar el cinturón para reducirla y por tomar medidas keynesianas para aumentarla, con el fin de evitar inflaciones y deflaciones. También se impondrá el 100% de la reserva a los depósitos para impedir la creación monetaria que hoy en día están haciendo los bancos comerciales.

Este año se han dado pasos importantes para este movimiento. En marzo el Banco de Inglaterra ha publicado dos artículos (aquí y aquí) en su boletín trimestral donde admitió que la gran mayoría del dinero está creado por bancos comerciales. En abril Martin Wolf, principal comentarista del periódico The Financial Times, se ha sumado a esta corriente por publicar un artículo “Quitemos a la Banca el poder de crear dinero”. Y por último el 20 de noviembre se ha celebrado un debate sobre la creación monetaria en el propio Parlamento Británico, por la primera vez desde 1844, donde diputados conservadores y laboristas han expresado sus puntos de vista bastante críticos y también algunas propuestas (véase este PDF, páginas 21 a 38).

Vídeo del debate en el Parlamento Británico sobre la Creación Monetaria (20/11/2014)
Ha habido distintas propuestas, por ejemplo, desregulación a las monedas sociales, aceptación del pago de impuesto en monedas sociales, emisión de dinero estatal para los pobres e inyección de créditos a las actividades productivas, entre otros. Positive Money tiene simpatizantes fuera de su país también, incluso en España, y esperemos que este movimiento llegue a concretar algunas reformas monetarias.

Lo que ‘Salvados’ no cuenta sobre Enric Duran

Publicat a  Huffington Post

  Biólogo postcapitalista Publicado: 08/05/2015 

2015-05-06-1430932534-2257117-s_enricduran.jpgComo cada semana, el equipo de Jordi Évole me regala ese oasis televisivo que es Salvados. Digo regala con algo de mala conciencia, ya que no pago por verlo; me encantaría hacerlo, pero no sé cómo. En este caso no quiero colaborar con la Sexta ni con los anunciantes que la infectan, ni con Atresplayer o el Terrat, ni pagar impuestos al Gobierno para que fomente la cultura. Quiero ayudar exclusivamente al programa, o sólo a Jordi, o a Lupe y Víctor, por ejemplo. Y desde luego, no quiero que mi aportación pase por ningún banco, sino que vaya directamente de mi bolsillo al suyo. Pero ¿cómo?
Admiro a Lucio Urtubia. Coincido con él en todo lo que dice y hace. Aunque él no necesita mi admiración; él querrá, supongo, que me ponga manos a la obra: menos admirar y más hacer. Lucio, yo no sé robar bancos, lo siento. Si alguien me enseña, estaré encantado de hacerlo; mientras tanto, prometo evitarlos siempre que pueda, y ayudar a otra gente a que también se independice de la casta bancaria, causa de tanto dolor y destrucción. Pero para eso hace falta tener una alternativa realista. Y en eso estamos…
El programa da voz a esos pequeños héroes silenciados por el resto del establishment mediático, que ya es mucho decir. Pero lo hace en tono anecdótico, como si hablara de una entrañable curiosidad histórica. No enlaza con la actualidad, no es plenamente consciente de la importancia e influencia que tales personajes pueden tener en la sociedad contemporánea.

Lucio Urtubia habla para la campaña #OccupyBanking #RetornoEnLibertad from Radi.ms on Vimeo.
En el caso de Lucio, siguen la estela del documental de RTVE con el calculadamente despectivo título de El último anarquista. En el caso de Enric Duran, omite descaradamente los datos más significativos de su relato: omite el intento de abrir el debate sobre la nula legitimidad democrática y moral de banqueros, políticos y hombres de negocios, así como de algunos jueces que trabajan en connivencia con los banqueros; sobre las posibles alternativas que la sociedad civil está diseñando; y en especial sobre el verdadero quid de la cuestión, el mecanismo de creación del dinero, que hasta el propio Bank of England admite que es injusto y perjudicial para la sociedad.

Comunicado #OccupyBanking #RetornoEnLibertad Enric Duran (Subtitulado Castellano) from Radi.ms on Vimeo.
Enric es conocido más allá de nuestras fronteras por las innovadoras cooperativas que ha impulsado pese a sus dificultades legales. Salvados omite, por ejemplo, las cooperativas integrales, como la CIC, una compleja red de personas jurídicas y aplicaciones informáticas que está permitiendo que miles de catalanes vivan cada vez más al margen del Estado capitalista, de sus bancos y de su terrorismo financiero. En Cataluña, el miedo ya está cambiando de bando, y eso no es algo que periodistas de la talla de Évole debieran pasar por alto. Paradójicamente, el interés internacional por la CIC y su modo de operar es creciente y abrumador.

Retorn. Una història que vam construir juntes from Radi.ms on Vimeo.
Se omite también la FairCoop, un ambicioso proyecto que con menos de un año de vida ya se presenta como una posible alternativa. Este nuevo ecosistema global cooperativo y descentralizado cuenta ya con algunos servicios que nos permiten recuperar nuestra soberanía financiera.
Con faircoin, la criptodivisa que utiliza FairCoop, cada persona es dueña de sus ahorros, y decide cómo quiere gastarlos. Ya se puede comprar y vender todo tipo de cosas en faircoins, gracias a aplicaciones que está desarrollando FairCoop conjuntamente con Entropy Factory y otros. Se puede incluso pagar la factura del teléfono, del alquiler o de cualquier otro servicio usando faircoin o la criptomoneda que más te guste, sin siquiera tener que registrarte. Gracias a Litepaid y Bitswop, cualquier comercio puede elegir aceptar pagos en euros, faircoins o lo que quiera. Con Ukash y Halcash puedo enviarte dinero directa e instantáneamente desde la otra punta del planeta, y tú lo puedes sacar del cajero sin necesidad de que ni tú ni yo tengamos tarjeta ni cuenta bancaria. Getfaircoin y Fairtoearth permiten intercambiar fácilmente euros por faircoins, y viceversa.

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El faircoin como reserva de valor (via Coinmarketcap)

Todo esto ya es una realidad, y son sólo algunas de las alternativas que facilitan la migración progresiva a otro sistema económico más equitativo, democrático y transparente.
No se trata de que la nueva economía mundial esté en manos de un ladrón de bancos, ni de un puñado de hackers y activistas; para evitar la creación de una nueva oligarquía, es necesaria una estructura inclusiva y horizontal de democracia participativa, gobernada por unos férreos valores y principios éticos que antepongan el bien común al privado. Por eso, FairCoop es una cooperativa abierta: significa que tú también puedes influir, opinar y formar parte de la toma de decisiones, votando o participando en la fairNetwork, la red social de FairCoop.
Gracias a estas herramientas, tal vez algún día pueda pagarle a Salvados lo que merece, sin pasar por el banco. Y tal vez algún día Salvados pueda liberarse del entramado empresarial al que pertenece, y alcanzar así una verdadera independencia y una libertad de expresión completa.
Vivimos en un país en el que la primera causa de muerte no natural es el suicidio, en un continente con las playas manchadas de sangre, en un planeta que se asfixia. Honestamente, no sé si ésta es la solución, ni siquiera sé si es el camino, pero si esto no funciona lo seguiremos intentando, hasta el fin de nuestras fuerzas. No podemos seguir dejando nuestras vidas en manos de draghis, lagardes, botines, florentinos, merkels y ratos. Como dice Enric, el planeta no puede esperar.
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Economistas de Harvard y Citigroup llaman a eliminar el dinero en efectivo

Publicat a  El Blog Salmón

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La profunda crisis que vive el sistema financiero tiene a la economía en un callejón sin salida. Los bancos centrales han agotado todo su arsenal de políticas de estímulo y la economía permanece estancada. A siete años del estallido de la crisis y las cuantiosas inyecciones de liquidez, el dinero sigue sin fluir, y la promesa de la recuperación se ha desvanecido. El precario equilibrio entre inflación y deflación tarde o temprano se romperá. Para muchos, el problema es el dinero y las múltiples operaciones que escapan a su control: desde la creación de dinero de la nada por parte de la banca, a los abusos de los paraísos fiscales y los contrabandistas. Tarde han detectado los inconvenientes de los paraísos fiscales, el lucrativo negocio del lavado de dinero, la evasión y los fraudes fiscales a gran escala.

Por eso que la idea de terminar con el dinero en efectivo ha comenzado a tomar fuerza en el último año. Si inyectar cientos de miles de millones de euros y dólares a la economía no la ha reanimado, significa que el dinero se va justamente al lado oscuro donde no queda ninguna huella de su uso. Para evitar esta metástasis que deja en estado de coma a la economía, Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, y Willem Buiter, economista jefe de Citigroup, están proponiendo la abolición del dinero en efectivo. Ambos son de la opinión de que las actuales tasas de interés negativas a los depósitos no están significando un repunte de la economía dado que los grandes capitalistas evaden impuestos al transar sus operaciones en efectivo. Rogoff recuerda el caso de una redada realizada contra los barones de la droga en México, donde se encontraron 250 millones de dólares contantes y sonantes.
No deja de ser de interés que esta vez sean dos economistas del mainstream, de la corriente principal del capitalismo, quienes aboguen por una práctica de control monetario que elimina una de las características centrales del dinero como es el anonimato de su poder y las operaciones que facilita. Para Rogoff y Buiter la existencia del dinero en efectivo es hoy el principal obstáculo para salir de la crisis y avanzar hacia la prosperidad, dado que el dinero real, al parecer, está en muy pocas manos. Con esto promueven el fin de los billetes y la creación de una sociedad en la que no exista el dinero en efectivo, y en la cual los pagos puedan hacerse a través de la multiplicidad de dispositivos móviles y digitales.

Hay que abolir los billetes y monedas

Rogoff ha sido uno de los principales economistas en proponer la abolición del dinero en efectivo. En su documento de trabajo Costs and Beneficts to Phasing Out Paper Currency Costos y beneficios de la eliminación del papel moneda, propone deshacerse de los billetes y monedas a favor de las transacciones electrónicas. Para Rogoff la única manera de evitar la evasión de impuestos, el lavado de dinero y el contrabando es eliminando el dinero físico. Los bancos centrales han fracasado con sus planes de estímulo y sus tasas de interés negativas a los depósitos dado que la economía no se ha reanimado. Esto es porque los grandes capitales prefieren mantener el dinero en efectivo.
Hasta el momento los planes de limitar los pagos en dinero en efectivo han fracasado, o se mantienen en cotas aún muy elevadas. Francia, cuyo límite a las transacciones en efectivo a los no residentes es de 15 mil euros, ha intentado bajar el límite a mil euros, pero aquí choca con los intereses de Alemania, que no tiene ningún límite a las transacciones en efectivo. Para Rogoff, las transacciones en efectivo deben abolirse dado que la situación económica empeora día a día por el abuso de los barones del dinero, cuyos grandes flujos de dinero en efectivo no son declarados.

Sólo billetes de 5 euros

Buiter, más cauto, señala en su informe que solo deberían permitirse los billetes de pequeña denominación (5 euros), eliminando todos los billetes superiores a esa cifra. Hace años, se pedía la eliminación de los billetes de 500 euros (es el billete de mayor denominación mundial) y todavía está vigente, ¿a quien sirve? Buiter reconoce la inefectividad de las tasas de interés negativas dado que «nadie va a tener su dinero en el banco a una tasa negativa que va reducir su riqueza cuando lo puede tener en efectivo sin sufrir ninguna reducción». Mantener el dinero en efectivo es una manera fácil y eficaz de evitar las tasas nominales negativas.
Para evitar este problema y salir del estancamiento económico Buiter propone tres medidas directas: i) abolición del papel moneda, ii) existencia de una moneda tributaria, y iii) eliminar el tipo de cambio fijo entre la moneda y el coeficiente reservas/depósitos de la banca. Buiter aplica una estricta Regla de Taylor para demostrar que la Reserva Federal debió aplicar una tasa negativa desde el año 2009 que debió llegar a -6 por ciento en 2010.
Us Effective Rate Taylor Rule
Consciente de que su idea es bastante polémica (Orwell, Huxley y Ray Bradbury se sonrojarían), Buiter se encarga de plantear y responder las desventajas que observan sus detractores: i) de partida, sostiene que deben seguir existiendo los billetes de pequeña denominación (5 euros), para las transacciones de los más pobres, aquellos que no tienen ninguna opción de hacer operaciones vía teléfono móvil; ii) los gobiernos y los bancos centrales perderían ingresos por señoreaje, algo que puede crear resistencias; iii) el uso único del dinero electrónico puede hacer perder privacidad (lo comparan con la Stasi, de la ex-Alemania Oriental, olvidando que EEUU, como mostró Edward Snowden, es aún peor); iv) la exclusividad de los pagos electrónicos puede crear nuevos riesgos de seguridad; v) la abolición del dinero en efectivo creará serias resistencias. Para Buiter, estos últimos argumentos para rechazar la eliminación del dinero en efectivo son débiles.
Actualmente el dinero en efectivo se utiliza en el 85 por ciento de las transacciones globales, lo que da cuenta de la magnitud del cambio que proponen Rogoff y Buiter, idea que está encontrando serias resistencias dentro de la misma ortodoxia de la que provienen estos autores.
La idea de personas intercambiando pagos a través de sus teléfonos móviles revive algunas imágenes de la ciencia ficción como en las obras de Ray Bradbury. Pero el mundo está formado por clases sociales muy dispares y solo los «alfa», como en la obra de Huxley, Un mundo feliz, gozan de los privilegios tecnológicos y de los respaldos financieros para desenvolverse en el mundo con los widgets de su móvil. A su vez, la idea de un mundo centralizado donde un gran ojo vigila lo que hace cada ciudadano remite a Orwell y su 1984. Esto es lo que asusta de los ideas de Rogoff y Buiter, hasta ahora defensores del modelo económico que lanzó a la economía mundial por el barranco… Pero si tras siete años de crisis están promoviendo ideas que tienden a coartar la libertad de las personas para manejar su dinero, es porque las cosas se pondrán mucho peor.